La Unidad de Glaucoma ha logrado reducir en un 30% el infradiagnóstico en el área sanitaria

Hace dos décadas, la mitad de los pacientes que padecía esta patología crónica que daña el nervio óptico lo desconocía | Su prevalencia es del 3% en adultos mayores de 40 años

El responsable de
la Unidad de
Glaucoma, Javier
González. |   // M.G. BREA

El responsable de la Unidad de Glaucoma, Javier González. | // M.G. BREA / Carolina Sertal

Carolina Sertal

Carolina Sertal

No suele presentar síntomas y, sin embargo, el deterioro es progresivo. La pérdida de visión se produce tan lentamente que el paciente apenas lo percibe y, si no se detecta a tiempo, el daño en el nervio óptico puede provocar una gran reducción del campo visual e incluso ceguera. Hace tan solo dos décadas, cuando la población general apenas disponía de información al respecto, la mitad de los pacientes con glaucoma desconocía que estaban afectados por este conjunto de afecciones oculares que causa daños irreparables en el nervio óptico. Ante aquel infradiagnóstico, los oftalmólogos se fijaron como meta rebajarlo al 20% en la década del 2020 y los profesionales del Complexo Hospitalario Universitario de Vigo (Chuvi) han hecho los deberes, puesto que el área sanitaria se encuentra muy próxima a esas cifras.

Desde la Unidad de Glaucoma, el doctor Javier González explica que en la actualidad la población tiene un mayor conocimiento sobre esta patología crónica y ello ha contribuido a que el infradiagnóstico en el área viguesa se haya reducido, aproximadamente, un 30%: “No es que la prevalencia aumente, sino que hay más diagnósticos gracias a que hay un mayor conocimiento de la enfermedad y desde las sociedades científicas se ha potenciado la celebración de la Semana Mundial del Glaucoma, además, hoy en día prácticamente todas las ópticas disponen de tonómetros que, aunque no van a sustituir las consultas, pueden detectar tensiones oculares elevadas y eso es mejor que nada”, destaca el responsable de la unidad del complejo hospitalario vigués.

La recomendación general para la prevención es que, a partir de los 40 años, se lleven a cabo revisiones bianuales

La edad es uno de los principales factores de riesgo y la prevalencia del glaucoma se sitúa en la actualidad en el 3% de los adultos mayores de 40 años. Dado que la tensión ocular elevada apenas presenta síntomas y que, en muchas ocasiones, los que aparecen llevan al paciente a confusión, puesto que cuando se manifiestan cuadros dolorosos en la zona estos suelen definirse como migrañas, los oftalmólogos hacen especial hincapié en la importancia de los exámenes oculares específicos para su detección. En este sentido, el doctor González comenta que “la recomendación general para la prevención es que, a partir de los 40 años, se lleven a cabo revisiones bianuales en el especialista. No tiene por qué ser en la Unidad de Glaucoma, basta con la consulta en el oftalmólogo. Las ópticas también cuentan con tonómetros para detectar tensiones elevadas y también hay clínicas privadas con programas de detección precoz gratuitos que se pueden aprovechar”.

Este oftalmólogo vigués señala que los pacientes que son diagnosticados son sometidos a un seguimiento prolongado en la unidad específica del Chuvi, con cambios de tratamiento y cirugías. De hecho, Javier González indica que “entre un 30 y un 40% de los pacientes del servicio que van a quirófano es por glaucoma”, que este facultativo define como “un síndrome de varias enfermedades que cursan de forma distinta y con un final común, el daño del nervio óptico”.

Si pasa desapercibido y se confunde con migrañas, esos episodios pueden ser peligrosos porque se pueden repetir en el tiempo y dañar el nervio

A la hora de analizar los distintos tipos de este conjunto de afecciones oculares, el responsable de la unidad del Chuvi menciona que “el más frecuente es el de ángulo abierto, mientras que el de ángulo cerrado es mucho más agresivo, aunque menos común, de hecho, la mayor parte de los pacientes que lo padecen se quedan ciegos”.

El doctor González apunta que, hoy en día, “sabemos que en los casos de glaucoma de ángulo abierto se produce una elevación brusca de la presión intraocular y un cuadro doloroso que, normalmente, no da tiempo a que dañe el nervio óptico. El problema es que si pasa desapercibido y se confunde con migrañas, esos episodios pueden ser peligrosos porque son situaciones que se pueden repetir en el tiempo y, ahí sí, dañar el nervio”.

La Unidad de Glaucoma del Hospital Meixoeiro destaca por ser referente en el empleo de una técnica quirúrgica mínimamente invasiva a la hora de intervenir a pacientes con esta patología y Javier González pone en valor que en el servicio se realizan “pequeños implantes que se colocan en el trabéculo (la zona de filtración del ojo), en glaucomas no excesivamente avanzados, y al tocar poco el ojo casi podemos decir que las alteraciones colaterales son mínimas y seguras”, añadiendo que los ensayos y tratamientos que se efectúan actualmente “están funcionando bien”.

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