Vigo es la urbe gallega con la segunda peor ratio de mujeres por matrona en Primaria

El Sergas ha aumentado en tres el número de profesionales en la ciudad en los últimos tres años | El colectivo demanda una por cada 5.000 usuarias mayores de 15 años

Área de la mujer, en Rosalía de Castro.

Área de la mujer, en Rosalía de Castro. / MARTA G. BREA

La cartera de servicios de las matronas en Atención Primaria ha aumentado con los años. El último documento del Servizo Galego de Saúde (Sergas), de 2022, incluye una veintena y abarca desde la atención a la juventud hasta la menopausia o la salud sexual en todas sus etapas. Es decir, de los 15 años en adelante. En la ciudad de Vigo, según los últimos datos del Instituto Galego de Estadística (IGE), hay 127.697 mujeres que superan esta edad. Para atenderlas, el Área Sanitaria de Vigo ha incorporado a seis nuevas enfermeras especialistas en Obstetricia en los últimos tres años y tres de ellas han ido a los centros de salud de la urbe. La última, la décimo tercera, se incorpora este mes al de Navia, para dar servicio también a Bouzas. Aún así, Vigo presenta la peor ratio de las siete metrópolis gallegas, tras la de Ferrol.

Según los cálculos efectuados en base a los últimos datos del IGE –de 2022–, en Galicia hay 162 matronas –no tiene en cuenta la última incorporación en Vigo–. De media, cada una de ellas tendría a 7.556,5 mujeres mayores de 15 años de media. Pero se trata de un promedio y la realidad es diferente según cada territorio. En la ciudad olívica es un 40% mayor. Corresponde una matrona por cada 10.641 usuarias. Entre el resto de urbes, solo está peor Ferrol –12.873–.

Desde la Dirección del Área Sanitaria de Vigo destacan que calculan la ratio en base al número de las que están “en edad fértil” y especifican que el rango abarca de los 16 a los 49 años –incluidos–. Según los datos del IGE, son 62.021 viguesas. Según las tarjetas sanitarias registradas por el Sergas –que no tienen porqué corresponder con el empadronamiento– son 65.349. En todo caso, una media de unas 5.000 usuarias por matrona. Aún así, es un 50% más carga que la media gallega. Y en esta franja etaria, de hecho, Vigo arroja la peor ratio de las siete ciudades.

media matronas

media matronas / Hugo Barreiro

Desde la Dirección del Área explican que son “conscientes” del aumento de la cartera de servicios de las matronas de Primaria para abarcar edades más allá de la “fértil” y que por ello se han incorporado tres más en tres años en la ciudad –seis en todo la comarca–. Sin embargo, destacan también que está bajando el número de embarazos y, por tanto, el grueso de su actividad.

Desde la Asociación Galega de Matronas señalan que, con estas incorporaciones, en Vigo “están mejor, pero no están bien”. Explican que otro de los problemas que se suman en la ciudad es la falta de espacio físico en los centros de salud para crear nuevas consultas.

Cuentan que el Sergas les ha transmitido la voluntad de que haya una especialista por cada tres mil mujeres en edad fértil. Una meta que ya se acaricia en el conjunto de Galicia. El colectivo demanda que no solo se tenga en cuenta a esta franja etaria –de 16 a 49 años – para realizar los cálculos y que se abarque a todas las mujeres a las que prestan servicios: las mayores de 15 años. La recomendación de la OCDE es de una enfermera obstétrica por cada cinco mil. Las matronas subrayan que ya atienden desde adolescentes a ancianas. Concretan que, por ejemplo, el programa de cribado de cérvix, para el que ellas realizan las pruebas, abarca desde los 35 a los 65 años. O que también son las responsables del control de los pesarios –dispositivo que se coloca en la vagina para sujetar los tejidos que cuando se produce un prolapso de los órganos pélvicos–.

En su extensa cartera se incluye el asesoramiento afectivo-sexual en todas las etapas de la mujer, el consejo contraceptivo, el acompañamiento a la diversidad sexual, la educación sanitaria en centros educativos, la prevención del cáncer de mama, la atención a infecciones de transmisión sexual y otra patología ginecológica de baja complejidad y el manejo de problemas del suelo pelviano, entre otras.

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