Una habitación ya cuesta tanto como alquilar un piso entero hace cuatro años
Compartir apartamento con desconocidos en Vigo supera ya los 330 euros de media | Algunos cuartos ascienden a más de mil
Hace poco más de cuatro años, cuando el mercado de la vivienda estaba más o menos estabilizado y no se había vuelto loco, el mercado inmobiliario de Vigo ofrecía pisos de alquiler de una y dos habitaciones por poco más de trescientos euros. Los jóvenes podían emanciparse sin dejarse más de la mitad de su sueldo en una vivienda. Pero ahora la situación ha dado un vuelco. Esos precios ya no existen y es imposible encontrar un apartamento con esas características con un alquiler tan bajo. A lo único que se puede aspirar con esas cantidades es a rentar una habitación en un piso compartido, algo por lo que están optando muchas personas.
Actualmente hay 140 cuartos disponibles en el mercado inmobiliario de Vigo en apartamentos en los que se conviviría con compañeros desconocidos, a una media de 330 euros la habitación. Es decir, con lo que cuesta ahora un cuarto en un apartamento compartido se pagaba hace cuatro años un piso entero.
Es una paradoja más de las convulsión que vive actualmente el mercado de inmobiliario de la ciudad. Y es que esos 330 euros que cuesta al mes un dormitorio suponen casi un tercio del Salario Mínimo Interprofesional (SMI). Pero esa cifra es el promedio.
Lo que más llama la atención echando un simple vistazo a los anuncios de portales de Internet como Idealista es que hay habitaciones en pisos compartidos con hasta cinco personas por los que piden la friolera de más de mil euros al mes. Es decir, se compartiría zonas comunes con desconocidos y la privacidad se reduciría al dormitorio y aún así el propietario pide unos 1.200 euros por cada cuarto.
Los prohibitivos precios de los alquileres están provocando efectos colaterales. Entre ellos destaca un afloramiento cada vez mayor de lo que se puede denominar como un mercado negro de pisos compartidos. Es decir, un propietario arrienda una vivienda a un inquilino y éste, para conseguir una “ayuda” para el pago de la renta mensual e incluso en ocasiones para lograr algún beneficio, subarrienda habitaciones a otras personas, que le pagan en dinero negro el coste de la habitación al carecer de contrato.
Esta práctica, precisamente, suele estar prohibida por prácticamente todos los propietarios, que incluyen en el contrato de alquiler inicial una cláusula que especifica que no está permitido el subarriendo de habitaciones. Pero lo cierto es que cada vez este tipo de situaciones es cada vez más común.
Tal y como informó FARO el pasado lunes, detectives privados también constatan que existe un auténtico mercado negro de pisos enteros de alquiler. Los dueños de los inmuebles que tienen sospechas están contratando a investigadores privados para recabar pruebas que verifiquen que los inquilinos están subarrendando la vivienda completa o habitaciones sueltas a otras personas, elaborar un informe y testificar en un juicio para poder desalojarlo. “Hay mucha gente que ya no vive en el apartamento y lo subarrienda a un precio mucho más alto del que paga a espaldas del propietario. Lo comprobamos continuamente”, explica Pedro Rodríguez, gerente de la agencia viguesa Ábaco Detectives.
Según el último informe de la Federación Galega de Empresas Inmobiliarias (Fegein), en Vigo hay actualmente 435 viviendas en alquiler, 3.640 en compraventa y 1.093 destinadas a uso turístico.
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