Canido sigue la estela de O Vao y ampliará su arenal

Continúa la apuesta del Concello por la recuperación dunar. Tras el éxito cosechado en O Vao y el ambicioso proyecto ya en marcha para Samil, donde el gobierno local y el Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico prevén una actuación de 2,12 millones de euros con la retirada del actual paseo, una nueva senda de madera y más árboles, es el turno para la playa de Canido, que presume de bandera azul. El equipo de Abel Caballero tiene entre ceja y ceja lograr la ampliación del arenal a través de una intervención respetuosa con el entorno y el medioambiente.

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Las intenciones del gobierno municipal se recogen en un anteproyecto con dos actuaciones clave: la demolición del actual muro y la explanación del terreno, de modo que la acción propia de la dinámica litoral permita recuperar el entorno dunar original de la zona de actuación. De esta forma, no solo se alcanza la regeneración dunar del ámbito, sino que, además, se logra la ampliación de la playa, una de las pequeñas joyas de la costa olívica, con 270 metros de largo y 40 metros de ancho. Por ahora, no se han dado a conocer ni plazos ni presupuesto estimado para la ejecución de esta propuesta.

Para llevar a cabo esta solución, aparte del muro, se requiere desmontar las instalaciones ya deterioradas del club de remo –será trasladado– y realizar el movimiento de tierra que posibilite retirar el material existente para allanar toda la zona. Posteriormente, se ejecutarán las medidas necesarias para la regeneración del sistema dunar, como pueden ser el aporte de arena y/o la colocación de un paseo de madera pilotado que evite el tránsito sobre toda el área de actuación, lo que favorecerá el enraizamiento de la vegetación propia del ámbito costero y la formación de las dunas.

Por proximidad y analogía, confían desde la entidad de la Praza do Rei que esta intervención traiga bajo el brazo un resultado similar al alcanzado en el complejo dunar O Vao-Baluarte, declarado Espacio Natural de Interés Local (ENIL) en 2020 por la Xunta de Galicia –el primero en Vigo–. Como avanzó FARO, en imágenes captadas por el Concello con un dron, se observa la morfología que presenta este ámbito en época invernal, el avance de la duna primaria fuera de la zona delimitada en la zona oeste –proceso importante para ampliar la superficie de arena seca– o cómo se distribuye la vegetación en franjas según la exposición al viento dominante y los aerosoles marinos.

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Una de las grandes noticias que se extrajo de la supervisión de este ámbito es la acumulación de arena en todo el frente dunar, siendo mayor en las zonas más expuestas, proceso que incrementó la altura de la arena entre 10 y 15 centímetros. En la superficie protegida (O Vao-Baluarte) de la zona este de la playa, también se detectó la recuperación de la cubierta de arena y que, en algunas zonas, ya tapa por completo el área rocosa. Además, comienza a haber una proliferación de especies autóctonas, que favorecerán el incremento de arena acumulada de forma progresiva.

Las mediciones realizadas descubrieron, a su vez, que la altura de la duna con respecto al nivel del mar en la zona oeste de O Vao está entre los 7,52 y 7,90 metros, por lo que los expertos consideran bastante factible que se supere la barrera de los 8 metros en un futuro próximo. La inspección con dron también permite la planificación de las futuras acciones centradas en mejorar la conservación, protección y uso público de la duna, la playa y su entorno.

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Protección y conservación

Los sistemas dunares, que juegan una importante función de protección –frente a temporales marítimos, por ejemplo– y conservación de los frentes costeros, son uno de los ecosistemas más alterados debido a la presión humana. Sufren la frecuentación, las gestiones no planificadas y el pisoteo excesivo, que se produce durante la temporada de baño y desencadena procesos erosivos en verano. Además, poseen una riqueza de fauna y de vegetación exclusiva y funcionan como reserva de arena para la regeneración natural de las playas.

Los elementos que más socavan la salud de las dunas son la intervención humana directa, las labores de limpieza con maquinaria pesada o el cambio climático, con un protagonismo cada vez mayor. Expertos exponen la necesidad de conservar estos ecosistemas tan frágiles y comunicar sus beneficios al conjunto de la población.

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