Los peritos del caso Déborah emprenden el complejo análisis de su móvil tras buscar terminales idénticos en países como Azerbaiyán y Singapur

Los expertos de Lazarus, que estuvieron hoy en Vigo por otro procedimiento judicial, usan un método similar al utilizado en el caso de Marta del Castillo | Trabajan con réplicas antes de intentar extraer los datos del terminal original

Los peritos Manuel Huerta y Javier Vicente, hoy en la Ciudad de la Justicia.

Los peritos Manuel Huerta y Javier Vicente, hoy en la Ciudad de la Justicia. / M.F.

Marta Fontán

Marta Fontán

Tras analizar el disco duro del ordenador, los peritos de Lazarus Technology del caso Déborah están ahora inmersos en el estudio de su teléfono móvil, un modelo Nokia 3310 antiguo que apareció en 2022 extraviado en dependencias policiales en Madrid.

La tarea es compleja, pero ya están trabajando en el método para intentar extraer datos, según confirmaron este jueves Manuel Huerta y Javier Vicente. Ambos peritos de la empresa madrileña han estado en la Ciudad de la Justicia de Vigo con motivo de su intervención en otro procedimiento de revelación de secretos cuyo juicio, que finalmente se suspendió, estaba señalado para hoy.

Dadas las características del teléfono, que había sido entregado por la familia de Déborah a la Policía Nacional en 2006, un modelo antiguo que nada tiene que ver con los smartphones actuales, el método para obtener la información (no se halló la tarjeta SIM) está ahora en período de pruebas.

Se están usando réplicas de modelos idénticos con la misma versión de ingeniería que la del terminal que usaba la joven fallecida. Algunos de esos viejos teléfonos se obtuvieron en Azerbaiyán y Singapur. Una vez se tenga el método adecuado, se trabajará sobre el teléfono original.

Los datos que se podrían obtener, con un período máximo de tres meses hacia atrás desde que se apagó el móvil, es sobre posicionamientos del teléfono, llamadas y SMS. También se podría saber si se borraron datos. Los expertos admiten que es una labor compleja, pero confían en obtener información. “Lo que no sabemos es si será útil para el caso”, explican.

Cuando Déborah desapareció no llevaba consigo el móvil, ya que lo había dejado en casa.

El método en el que están trabajando es similar al que usaron con éxito en el caso de Marta del Castillo, en el análisis del teléfono de Miguel Carcaño. Un informe, este último, que están a punto de entregar.