“Yo no sé si le di esos golpes; si aparece en el informe, será así”

Tras diez días de silencio, Ángel Rodríguez da Costa decidió dejar a un lado el mutismo y afrontar la causa penal a la que se enfrenta por el crimen de su exmujer Beatriz Lijó en su vivienda de Baiona. Hoy afronta su tercera comparecencia ante la magistrada del Juzgado de Violencia sobre la Mujer 1 de Vigo en una vista en la que se le informará de los delitos por los que será investigado así como la solicitud de práctica de diligencias.

Vagos recuerdos

Todas las pruebas indiciarias recabadas hasta ahora –a falta del hallazgo del arma principal, un objeto contundente compatible con un hacha– apuntan a da Costa, profesor de matemáticas de 46 años, como el autor del asesinato de su exmujer. Poco o nada asegura recordar sobre estos hechos. Según ha podido saber este periódico, el docente sí se acuerda de haber llegado la noche del 5 de febrero a sus dos hijos menores a casa de Beatriz, en el barrio de Percibilleira, tras haber pasado el fin de semana con ellos. Precisó también recordar cómo llamó al timbre y cómo ella le abrió la puerta. Ahí se terminan los recuerdos, las lagunas sobre lo que ocurrió después, dice, son totales.

Traumatismos

El cuerpo de Beatriz fue hallado junto al portalón de la finca de su casa. Presentaba diversas punzadas en tórax y espalda así como un fuerte traumatismo en la parte posterior de la cabeza. “Yo no sé si le di esos golpes; si aparece en el informe (de los forenses), será así”, relató a su defensa el investigado. “Ni cómo, ni con qué”, precisó.

Mutismo absoluto

Ángel Rodríguez da Costa, profesor en un instituto de Redondela, fue detenido el pasado 6 de febrero, cuando se entregó en la Comisaría de Policía Nacional de Ourense, doce horas después de haber matado supuestamente a su exmujer.

Hechos

El hombre llegó el domingo a última hora a la vivienda de la víctima con los dos hijos menores de ambos, que habrían presenciado el crimen. Tras matar supuestamente a su exmujer, se llevó a los niños a casa de un familiar.

Evaluación psiquiátrica

Tras su detención, el investigado se negó a declarar, y ni siquiera habló con su familia o abogado. De hecho, su primera comparecencia ante el juzgado de Vigo acabó con un traslado al hospital Álvaro Cunqueiro para una evaluación psiquiátrica. Horas después recibía el alta, con informes médicos que descartaron que se encontrara en estado catatónico y que señalaban que tenía capacidad procesal. Con todo, y de nuevo en el juzgado, volvió a negarse a hablar, y ni siquiera aceptó la oferta de declarar por escrito que le hizo la jueza, que acabó ordenando su ingreso en la prisión de A Lama como presunto autor de un homicidio o asesinato.

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