Una de cada cinco mujeres que dan a luz en Vigo tiene ya más de 40 años

La cifra se dobla respecto a hace una década: las madres que tenían hijos en 2010 a esas edades apenas suponían el 8% | Las técnicas de reproducción asistida se disparan

María Cabaleiro, que fue madre a los 41 años.

María Cabaleiro, que fue madre a los 41 años. / José Lores

En Galicia, y especialmente en la provincia de Pontevedra, la natalidad sigue un descenso progresivo y, además, cada vez comienza a ser más normal ser madre con 41 años que con 29. Es una realidad que se va acentuando con los años y que trae consigo un aumento de la necesidad de técnicas de reproducción asistida para lograr un embarazo. A pesar de los esfuerzos que se están realizando desde la Xunta por incrementar la tasa de natalidad –como la ayuda de 1.200 euros anuales durante el primer año de nacimiento del niño a través de la Tarxeta Benvida–, los últimos datos del Hospital Álvaro Cunqueiro de Vigo, que atiende a más del 93% de los partos del área sanitaria, revelan que los números van en descenso y las madres cada vez son más mayores (lo que a su vez también hace decrecer el número de hijos por mujer).

En 2021, un 18% de las madres que dieron a luz en el Álvaro Cunqueiro habían cumplido los 40 años (un total de 569), cuando en 2010 esta cifra era apenas del 8% del total. Es decir, la percepción general de que cada vez las mujeres eran madre a edades más tardías se refleja también en los datos. El motivo principal es social: las futuras madres prefieren retrasar el momento de tener hijos hasta conseguir la necesaria estabilidad económica o laboral, porque prefieren disfrutar de más años de su plenitud vital sin cargas familiares o porque simplemente no han encontrado todavía a la pareja adecuada con la que compartir su vida.

El retraso en la edad de maternidad también se está haciendo patente en el aumento en las cifras de mujeres que recurren a la vitrificación de óvulos para contar con un “seguro de fertilidad” que les permita ser madres en un futuro sin renunciar a serlo con sus propios óvulos. En este sentido, IVI Vigo, la clínica de referencia de este tipo de técnicas, ha experimentado un crecimiento exponencial en el número de mujeres que han preservado su fertilidad mediante la vitrificación de óvulos por motivos sociales, registrando un aumento del 38% respecto a 2020. En el último lustro, el incremento es del 145%. Y es que la edad media a la que las mujeres vitrificaron sus óvulos en IVI Vigo el pasado año alcanzó los 36 años, la edad límite a la que es más probable obtener óvulos de calidad, lo cual repercutirá en el futuro en el resultado de los tratamientos reproductivos si se decide hacer uso de estos óvulos vitrificados.

Con la vitrificación, los óvulos se conservan a 196º bajo cero en vapor de nitrógeno, garantizando su misma calidad en el momento en que vaya a hacerse uso de ellos, es decir, preservando la misma edad biológica que cuando fueron congelados.

Pero más allá de la vitrificación de óvulos, reflejo de la maternidad tardía está siendo el aumento de procedimientos de reproducción asistida en IVI Vigo, que en 2021 registró un crecimiento del 16% en el número de tratamientos frente a los realizados durante 2020, superando así los 1.800 tratamientos llevados a cabo.

En el caso concreto de Vigo, en los dos últimos años el incremento vivido en las clínicas de reproducción asistida en cuanto al incremento en el número de tratamientos a mujeres que deciden ser madres solteras ha sido del 23%. Una cifra que en la propia ciudad ha ido aumentando progresivamente y que demuestra que esta nueva tendencia social es ya más que una realidad.

Dependiendo del perfil e historial médico de cada paciente, una mujer que decide afrontar la maternidad en solitario puede conseguirlo mediante diferentes técnicas de reproducción asistida: desde la inseminación artificial y fecundación in vitro con semen de donante, hasta la donación de ambos gametos (semen y óvulos) o la transferencia de preembriones donados por otras parejas.

Respecto al perfil de paciente que inicia este proceso, suele ser una mujer de entre 35 y 40 años, que ha alcanzado una estabilidad en el plano laboral y financiero, y con una madurez emocional que le lleva a tomar con firmeza la decisión de formar su familia de esta manera. Son mujeres que han alcanzado sus principales objetivos vitales, pero tienen pendiente uno de los más importantes para ellas: la maternidad. La prueba de que en Vigo cada vez un mayor número de mujeres sin pareja deciden tener hijos es que según los datos facilitados por IVI, las tres ciudades con mayor incremento de tratamientos a mujeres solteras son Ibiza, Málaga y Almería. Pero detrás de estas tres vienen Mallorca, Las Palmas, Vigo, Madrid y Valencia. Es decir, la urbe olívica es la sexta con una mayor demanda de técnicas de reproducción asistida en mujeres que no tienen pareja y que deciden ser madres en solitario.

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