Durante los meses de confinamiento motivados por la pandemia de COVID, el encierro y, en muchos casos, la soledad y ausencia de comunicación e interacciones sociales motivó que ciertas descompensaciones terminasen en hechos delictivos. Un ejemplo de ello tuvo ayer como escenario el Juzgado de lo Penal 3 de Vigo, donde un varón se sentó en el banquillo de los acusados por un delito de acoso sobre una joven con la que mantuvo una relación de amistad a través de redes sociales que terminó convirtiéndose año y medio de acoso, tanto telefónico como presencial.

Descompensación psicótica

La Fiscalía pedía por estos hechos una pena inicial de año y medio de cárcel, si bien los informes médico-forenses presentados por la defensa del acusado demostraron que padecía un trastorno o “descompensación psicótica”. Por lo tanto, la fiscal le aplicó en su escrito de acusación la eximente completa de anomalía psíquica. Esto, traducido al ámbito penal, implica que desaparezca la culpabilidad en la persona que ha sido autora de un delito.

Medidas

Por todo ello, la magistrada lo absolvió del delito de acoso si bien dictaminó una serie de medidas: su ingreso durante ocho meses en un centro psiquiátrico, la libertad vigilada por dos años y medio con la prohibición de acercarse a menos de 200 metros de la víctima y, por último, la obligación de someterse a controles médicos periódicos. A esta condena se llegó tras una conformidad entre las partes.

Relación en pandemia

Los hechos que se le atribuyen al acusado, y que fueron reconocidos por él en esta vista oral, se iniciaron en febrero de 2020, cuando conoció a la mujer a través de la red social Badoo. Desde entonces mantuvieron contacto telefónico y por internet “de forma esporádica”, si bien a partir del mes de julio, ya inmersos en plena pandemia, la situación cambió radicalmente, insistiendo en tener una relación con ella que ésta negaba.

Más de 15 perfiles falsos

El hombre, natural de O Morrazo, trabajaba y residía en Zúrich desde hace años –tal y como confirmaron ayer fuentes próximas al caso–, lejos de su familia y amistades. Sin ningún tipo de antecedente médico ni consulta de salud mental, fue entonces cuando sufrió un brote psicótico que motivó “decenas de llamadas” y wasaps. Llegó hasta a inventarse hasta 15 perfiles diferentes en redes sociales para contactar con la víctima, natural de Redondela.

"Almas gemelas"

También le remitió vídeos donde el hombre le decía que eran “almas gemelas” y le declaraba su amor como la mujer de su vida. En su escrito de la Fiscalía, cuenta cómo el hombre llegó a personarse varias veces en su domicilio o incluso en el trabajo de una amiga de la víctima, saltándose por lo tanto el cierre perimetral desde Suiza a Redondela. A mayores le hizo varios regalos hasta que la mujer llamó a la Policía para denunciar los hechos, motivo por el que desde el juzgado se dictó una medida cautelar de alejamiento y prohibición de comunicación con la mujer.

Ansiedad y pánico

A consecuencia de estos hechos, la víctima ha visto gravemente perjudicada su vida cotidiana, puesto que sufre mucha ansiedad, no se atreve a salir sola de casa y necesita ir a trabajo acompañada por familiares “dado el pánico que sufre”.

En cuanto a la responsabilidad civil, el acusado deberá indemnizar a la víctima con 6.950 euros.