El cantante, guitarrista, compositor, fotógrafo y filántropo canadiense Bryan Adams, conocido a nivel musical como uno de los mayores exponentes del pop rock anglosajón –en más de 40 años de carrera ha vendido más de 100 millones de copias–, protagonizó este martes, en el campo de fútbol de As Travesas (Vigo), uno de los conciertos en directo más esperados por gran parte de la ciudadanía olívica.

El show, que se hizo de rogar tras ser aplazado el pasado jueves como consecuencia del positivo por COVID de dos de los cuatro riggers (trabajadores especialistas encargados de la elevación y suspensión de cargas en escenarios), no defraudó. Al son de variados temas, que se abrieron paso entre los gritos de casi 11.000 personas, revivió un género musical que el público vigués –por un momento– creyó dar por muerto.

La actuación del legendario músico de Kingston (Ontario), que ya carga con 62 años a sus espaldas, se sintió con fuerza en los alrededores del entorno y esa potencia aumentaba conforme uno se acercaba a su guitarra. Tras empezar a las diez de la noche –si bien la apertura de puertas dio comienzo a las ocho de la tarde, –, sus letras se extendieron durante cerca de dos horas. Bajo las mismas, los participantes bailaban, coreando las líricas e incluso acompañando algunas de ellas con las luces de sus linternas móviles.

Como adelanto del concierto, el músico canadiense sorprendió a quienes se encontraban en el entorno del pabellón de As Travesas con una actuación en una cafetería de la avenida de Castrelos. Agolpadas ante las puertas del local, La Batalla de Rande, custodiado por varios agentes de seguridad privada, decenas de personas asistieron en la calle a la grabación, en el interior del local, de un vídeo para el que Adams interpretó uno de sus temas más populares, “Have you ever really love a woman?”.

Con el concierto del artista canadiense, Vigo se consolidó ayer, robustamente, como la primera parada de Adams en su vuelta a España para retomar su gira ‘So Happy It Hurts’, con la que está promocionando su nuevo disco, que recibe el mismo nombre. Hace unos meses, en febrero, el canadiense ofreció dos actuaciones seguidas en Madrid y Barcelona (los días 1 y 2 de febrero, respectivamente), en las que fueron sus primeras citas en nuestro país.

El compromiso del cantante se hizo patente a lo largo de esta semana, desde que el pasado jueves el concierto se viese amenazado ante la falta de profesionales que garantizasen las instalaciones sobre las que tendría que haber actuado. Bryan, quien lejos de dejarse guiar por su apretada agenda veraniega hizo “un enorme esfuerzo” –así lo indicaron los promotores del espectáculo– cumplió con esa voluntad de no dejar tirada a la urbe olívica. Los asistentes, como era de esperar, lo agradecieron en forma de aplausos al fin de una intervención musical tan magistral como ansiada.