Competía con Rotterdam, Hamburgo, Vancouver y Australia, y hasta la semana pasada le costaba colarse entre los favoritos, pero al final el Puerto de Vigo ha ganado, otra vez, el “Óscar del Medioambiente”. Ha triunfado en la categoría de Infraestructuras Sostenibles de la cuarta edición de los World Ports Sustainability Program Awards 2022 con el visor submarino de A Laxe, un proyecto actualmente en avanzada ejecución que pronto permitirá a los vigueses la observación directa del ecosistema marino que crece en la céntrica dársena presidida por el edificio de Portocultura.

La decisión de la Asociación Internacional de Puertos (IAPH) se dio a conocer en la madrugada de este miércoles en el transcurso de una gala en la ciudad canadiense de Vancouver organizada con motivo de la Conferencia Mundial de Puertos. Por parte de la Autoridad Portuaria de Vigo asistieron el jefe del Departamento de Sostenibilidad, Carlos Botana, y el jefe de División de Proyectos y Obras, Gerardo González. En su discurso, Botana atribuyó el premio al “fruto de un trabajo conjunto” del equipo del Puerto de Vigo que preside Jesús Vázquez Almuiña y su “apuesta decidida por las infraestructuras verdes”, sin olvidar la implicación crucial de los socios del proyecto, ECOncrete, la Universidad de Dinamarca, el astillero vigués Cardama y la Unión Europea.

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Por dentro y por fuera: así es el visor submarino de A Laxe A. O.

Hace dos años el Puerto de Vigo conseguía este prestigioso galardón en la categoría de “Diálogo con la comunidad y la ciudad portuaria” con el proyecto “Peiraos do Solpor”, un complejo de pantalanes flotantes diseñado sobre la escollera de Bouzas que además de mirador de la ría ofreciera al visitante, a través de su suelo acristalado, observar la fauna marina bajo sus pies.

El jefe de Sostenibilidad del Puerto de Vigo, en el discurso de agradecimiento del premio en la gala celebrada esta madrugada en Vancouver (Canadá) FdV

Los rivales

A la fase final de la convocatoria de este 2022 habían llegado, tras la criba del jurado de expertos, tres proyectos por cada una de las seis categorías quedando a expensas de una votación pública el 30% del resultado. Vigo competía con las propuestas de los puertos de Rotterdam (Holanda), Hamburgo (Alemania), Vancouver y alianza de puertos australianos de Gladstone.

El proyecto portuario vigués se presentó bajo el nombre Living Ports (“Puertos Vivos”). Presupuestado en 3,1 millones de euros (2,4 millones de fondos europeos), involucra a un consorcio formado por cuatro socios de tres países: ECOncrete, una empresa israelí especializada en tecnología ecológica; el astillero Cardama; y los institutos de Ingeniería Civil y Recursos Acuáticos de la Universidad Técnica de Dinamarca (DTU).

Botana (tercero por la drch.), con el resto de premiados FdV

El “Living Ports” consta de dos actuaciones, la del visor submarino de A Laxe y otra sobre la escollera de Bouzas. La inauguración de la primera está prevista para este año. Aparte del observatorio submarino de más de 300 metros cuadrados ejecutado por Cardama desde el que los visitantes podrán seguir la colonización de las estructuras creadas por ECOncrete, el complejo visitable dispondrá de pantalanes flotantes con sus respectivas pasarelas de acceso. En cuanto a la segunda actuación, consistirá en colocar en un tramo bordeando el paseo de la terminal Ro-Ro en Bouzas un centenar de unidades de CoastaLock, como así denomina la firma israelí a sus estructuras fabricadas con principios ecológicos-biológicos.

"Peiraos do Solpor" y "Living Ports" nacen de la estrategia de Crecimiento Azul (Blue Growth) impulsada por el anterior del presidente del Puerto de Vigo, Enrique López Veiga, y por la que su sucesor, Vázquez Almuiña, ha apostado con empeño desde que lo relevó en el cargo.