Vigo ha vuelto a pisar las calles nuevamente. Tras dos años de movilizaciones limitadas a causa de la pandemia, la ciudad que fue referente de la lucha obrera en el Estado español durante los últimos latigazos de la Dictadura, se ha visto la cara de nuevo con su pasado sindical este primero de mayo. Lo ha hecho, además, en un año con una significación singular. Este septiembre se cumple medio siglo desde las movilizaciones de 1972. Durante quince días, Vigo se paralizó y decenas de miles de trabajadoras y trabajadores se jugaron el empleo y la vida para exigir unas condiciones laborales dignas. En la jornada de hoy no han faltado referencias a aquella época de un sindicalismo de clase poderoso. La convocatoria de CC.OO y UGT ha reunido a 3.000 personas mientras la de la CIG congregaba a 2.500 y CUT a 300, según datos de la Policía Local.

Aquellos logros que se llevaron también alguna vida configuraron muchos de los fundamentos sobre los que hoy se sostienen las relaciones laborales. Jornadas de ocho horas, derecho a descanso, creación de comités... Un sinfín de derechos que en ningún caso fueron ofrecidos por las diferentes patronales sectoriales, sino que fueron conquistados por la clase obrera organizada. Así lo explica Pepe Núñez, activista jubilado, mientras sostiene una pancarta en la manifestación del Día del Trabajo en Vigo: "Debemos manter tódalas conquistas que se lograron naquela altura. Por iso estamos aquí, por todos os que loitaron e tamén polos que quedaron no camiño". Junto a otros compañeros, Núñez marchó en la manifestación convocada conjuntamente por CCOO y UGT, que arrancó a las 11.30 desde Vía Norte. Presidida por una banda de gaitas y el ya mítico autobús de dos plantas, también estuvieron presentes representantes políticos de todas las fuerzas de izquierdas.

Todas las personas entrevistadas por FARO durante la marcha señalan la subida del salario mínimo como reivindicación principal de este Primeiro de Maio: "As subidas salariais son o único xeito que temos os traballadores de conter esta inflación desbocada. Non pode ser que esta crise volvamos pagala os mesmos", argumenta Rosa María Acuña, afiliada de UGT.

Con media hora de diferencia y unos cuantos cientos de metros Urzáiz arriba, arrancaba la manifestación convocada por el principal sindicato gallego, la CIG, junto a otros colectivos de corte nacionalista. La líder de la oposición del Parlamento de Galicia, Ana Pontón, escogió esta opción para la celebración del Día Internacional de los Trabajadores: "Vigo sempre foi o epicentro galego das reivindicacións do Primeiro de Maio coa súa historia sindical. Hoxe debémolo poñer en valor e mobilizarnos para reclamar máis industria e máis emprego".

Tanto el la movilización aupada por la CIG, como por la de CCOO y UGT, se reivindicaron decenas de mejoras para los convenios colectivos sectoriales, de la empresa privada así como de las concesionarias con presencia en la comarca.