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Carlos A. Valcárcel Araújo Excomisario de la Policía Nacional en Vigo y Redondela

"El futuro comisario de Vigo debería tener bagaje profesional, saber lo que es la calle"

“Lo que me hicieron tras 44 años y vivir la lucha contra ETA es miserable”, afirma

El ya excomisario de Vigo, Carlos Alfonso Valcárcel. P. HERNÁNDEZ

La jubilación del hasta este lunes máximo responsable de la Policía Nacional en Vigo y Redondela estuvo rodeada de polémica. A Carlos Alfonso Valcárcel Araújo le prohibieron celebrar su acto de despedida en dependencias oficiales: tuvo que hacerlo en la calle. “No me lo merecía; fue algo totalmente indigno y miserable”, resume.

  • FICHA PERSONAL

    Carlos A. Valcárcel Araújo (Pontevedra, 1956) empezó su carrera profesional en 1977 y, en su amplia trayectoria, luchó contra ETA y participó en el operativo que llevó a detener a Luis Roldán en 1995. Estuvo desde marzo de 2020  –los primeros meses en funciones– al frente de la comisaría de Vigo. El lunes fue su último día.

–El lunes los medios de comunicación estaban convocados a una reunión informal con motivo de su jubilación. ¿Qué ocurrió para que le impidiesen celebrarla en el interior de la comisaría?

–Lo que había era una convocatoria oficial para una reunión informal mía con los medios de comunicación: no iba a hablar de intervenciones policiales o servicios en curso, que es lo que está sujeto a la normativa y autorización desde Madrid. Pero camuflándolo con dicha normativa la comisaria provincial de Pontevedra, con el visto bueno del jefe superior de la Policía Nacional de Galicia en funciones, que al final fue el que decidió que no se llevase a efecto, debieron de creer que iba a decir cosas improcedentes. No sé de dónde lo sacaron: soy una persona correcta y agradecida y nunca pensé, ni pienso, en perjudicar a la institución a la que pertenecí hasta este lunes. Con una trayectoria de 44 años, no voy a tirar piedras contra lo que me dio de comer y me permitió educar a mis hijos. Solo quería dar un agradecimiento a los medios de comunicación de Vigo y contestar a preguntas sobre mi trayectoria profesional. Ese era el contexto de la reunión, ni más ni menos.

–Llama la atención que siendo el comisario de Vigo se cursase dicha prohibición. ¿Cómo se gestó?

–A mí empezaron a llamarme el viernes, de malas maneras y por cauces inadecuados, obviando mi categoría profesional. En vez de llamarme directamente la [comisaria] provincial, lo que hizo fue usar a un mando [de Vigo] que estaba en esos momentos bajo mi jerarquía, al segundo de comisaría, impartiéndome a través de él una orden, y no voy a aceptar una orden de una persona que está bajo mi jerarquía. Que [ella] no se dirigiese directamente a mí demuestra poca cortesía profesional y falta de respeto. Es miserable pensar que alguien como yo fuese a usar su último día para decir cosas improcedentes: no lo haría ni contra la institución ni contra las personas.

“Alguien debió pensar que iba a sacar a relucir trapos sucios y eso es impensable; nunca perjudicaría a la institución a la que pertenecí”

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–Entonces cree que le denegaron la comparecencia por miedo a lo que pudiese decir...

–Efectivamente. Y después intervino el jefe superior [en funciones]. Y me faltó al respeto, llamándome chaval, en tono ofensivo. Llegó a amenazarme con la Fiscalía. Pues ese señor, junto con la comisaria provincial, se acogió a la circular de la oficina de prensa de la Dirección General de la _Policía y prohibió de forma taxativa el uso de las instalaciones de la comisaría, incluso mi despacho, y ordenó que no se dejara pasar a periodistas. Alguien debió de pensar que iba a sacar a relucir los trapos sucios y eso es impensable: soy de los que piensa que la ropa sucia, si la hay, se lava en casa. A lo largo de mi carrera claro que tuve desencuentros. Es como en un matrimonio, tras tanto tiempo surgen desavenencias, pero son profesionales y ahí quedan.

–¿Ahora cómo se siente?

–Pienso que tengo mis fallos y defectos, como todos, pero con una trayectoria profesional de 44 años no me merecía esto. Una trayectoria además con reconocimientos, porque sino no habría llegado a la categoría superior, la de comisario. Lo que me hicieron este lunes no se le hace a un profesional de la Policía, no se le hace a una persona que como yo estuvo tantos años en la lucha contra ETA. Es algo indigno y miserable, propio de personas que no tienen conocimiento... Porque lo que pasaba aquellos años en el norte [estuvo destinado en Pamplona] solo lo sabemos las personas que vivimos allí: el día a día, el tener que subirse a un coche sin saber lo qué podía pasar, el tener que salir de tu casa sin saber quién te estaba esperando... Porque yo además estaba en la Brigada de Información, en la Brigada Antiterrorista… Y estar en ese grupo llevaba consigo un coste social, personal y familiar muy elevado. A día de hoy cuando hay una detención de un asunto antiterrorista los policías van todos encapuchados, pero en aquella época no, íbamos con la cara al descubierto… Pues por todo esto como mínimo merecía un reconocimiento personal.

Imagen de archivo del acto de toma de posesión de Carlos Alfonso Valcárcel Araujo, como nuevo comisario jefe de Vigo en 2020 Marta G. Brea

“La Policía no olvida casos como el de Déborah; se trabaja para evitar el desenlace de la prescripción”


–La comisaría de Vigo tiene varios casos criminales que siguen sin ser resueltos. Uno de ellos es el caso Déborah, ahora reabierto judicialmente y del que la familia de la víctima ha denunciado además los fallos y errores que se produjeron en la investigación policial.

–Comprendo que cuando una familia se encuentra en unas circunstancias así, todo lo que se pueda hacer lo considere insuficiente. Pero igual que a ellos, a todos nos interesa que esto se esclarezca lo más rápido posible. Es una premisa que ningún policía del mundo pierde de vista: ningún policía deja de realizar su cometido para defender a un delincuente. Las circunstancias a veces no son favorables en un primer momento, pero siempre hay que confiar en que en algún momento la tortilla puede girar. Así que, como en todos los casos sin resolver, seguimos trabajando y se seguirá trabajando. La Policía no olvida los casos y trabaja para evitar que llegue el desenlace de la prescripción. Y lo que se intenta por todos los medios es identificar al autor, de eso no se puede dudar.

–La pandemia provocó un desplome de la delincuencia en 2020.

–La delincuencia bajó, y es lógico porque debido al estado de alarma y las medidas que se aplicaron la presencia de personas en la calle era mínima. Los delincuentes lo tenían difícil para ir de unas ciudades a otras. Pero los delincuentes de Vigo no se quedaron en casa: salir a la calle es su día a día y muchos tienen adicciones por las que necesitan un consumo diario. Y como no tienen actividad laboral para obtener dinero, lo que hacen muchas veces es robar... Y eso lo siguieron haciendo. En todo caso, en 2020 el único problema que tuvo la comisaría de Vigo, la única mancha negra, fueron los robos en el interior de vehículos, que después bajaron a un número asumible gracias a los dispositivos que se realizaron.

–¿Los hechos más destacados de su etapa en Vigo por gravedad?

–En abril de 2020 hubo uno que causó alarma social y que se resolvió en septiembre: el caso de dos personas que se hicieron pasar por sanitarios y asaltaron a un matrimonio mayor. Y recientemente se resolvió el homicidio de Chapela.

–¿Ha presentado alguna queja formal? ¿Pedirá explicaciones?

Elevé un escrito en base a los hechos que fueron acaeciendo desde el viernes: primero hubo una orden verbal que no acepté, solicité otra por escrito y tras recibirla contesté replicando que se vulneraban mis derechos como policía y el derecho de reunión. Me respondieron la mañana del lunes, derivando ya el tema a que era una orden directa de obligado cumplimiento. Y decidí atender a los medios de comunicación fuera de las dependencias policiales. Yo a día de hoy ya no soy funcionario policial. Desde la medianoche del lunes estoy jubilado y no me pueden aplicar el régimen disciplinario. Y en cuanto a las explicaciones en esta entrevista [concedida ayer a FARO], ya las puedo dar libremente. Ya no pertenezco al Cuerpo Nacional de Policía. He procurado ser correcto y no decir nada improcedente, pero lo que creo es que lo que hicieron el jefe superior en funciones y la jefa provincial merece que como mínimo los altos órganos de Madrid valoren lo sucedido. Y tomen medidas en el asunto.

“La comisaría más importante de Galicia no puede permitirse el tener un solo comisario

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–No lo pudo hacer el lunes. ¿Podría hacer ahora un balance de su trayectoria como comisario vigués?

–Claro. Pues fue estupenda. Vigo tiene la suerte de contar con agentes muy responsables que hacen todo lo posible para que la ciudad tenga el porcentaje de seguridad de la que goza. Esta comisaría es un ejemplo de profesionalidad en todos sus funcionarios y prueba de ello es que el absentismo es inexistente.

–La comisaría viguesa queda ahora huérfana de mandos.

La plantilla de Vigo tiene cuatro puestos de comisario. Y ahora solo hay uno [el desde ayer comisario jefe en funciones Juan José Díaz]. Es de suponer que la superioridad hará la oferta pública y el concurso correspondiente para que esa deficiencia sea subsanada lo más rápido posible. La comisaría más importante de Galicia no se puede permitir el lujo de tener solo un comisario, no puede ser. Sería un despropósito.

"El futuro comisario debería tener bagaje profesional, saber lo que es la calle"

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–¿Queda la Policía Nacional de Vigo en buenas manos?

–No voy a entrar en esa consideración. Pero pienso que la dirección, independientemente de que decida que el mando actual es el competente para hacerse cargo del puesto, debería de valorar mucho y sopesar a la persona que va a poner al frente de la comisaría. No solo basta con tener conocimiento intelectual o formación universitaria; también se trata de que quien se ponga al frente cuente con bagaje profesional y experiencia, que sepa lo qué es la calle y cómo funciona la delincuencia, que esté preparado para tomar decisiones… Ese, considero, es el perfil que necesita la comisaría de Vigo.

“Las bases de mi proyecto quedaron asentadas; es algo que no debe ser menospreciado”

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–Usted apenas estuvo un año en el cargo, ¿pudo desarrollar su proyecto?

–No tuve tiempo de desarrollar mi proyecto al 100%, pero dejé las bases asentadas. Lo que deben hacer ahora es sopesarlo, valorarlo y mejorar lo que haya que mejorar, claro que sí. Pero no debe ser menospreciado.

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