Partió de Gibraltar el pasado martes y esta noche tiene previsto llegar al fondeadero de Cíes, con un par de días de adelanto sobre lo previsto. Es el Azzam, el yate más largo del mundo, con sus 180 metros de eslora y cargado de lujo y exclusividad por sus cuatro costados. A primera hora del martes se situará frente al Muelle de Trasatlánticos, donde permanecerá más de tres meses para ser sometido a tareas de mantenimiento por parte de Freire Shipyard.
Su llegada a Cíes coincide la presencia en la ría de otro titán del mar, el megavelero A, fondeado desde el viernes frente al puerto en una escala técnica que durará hasta mañana.
Un tercer megabarco, el Sea Cloud, surca también las mismas aguas, lo que convierte a la ría en un gran escaparate de "palacios flotantes".
"Azaam"
El Azaam, encargado en 2013 por el presidente de los emiratos Árabes Unidos, el jeque Jalifa bin Zayed Al Nahayan, el Azzam está construido por los astilleros alemanes Lürssen. Fue botado el 5 de abril de 2013 y además de sus 180 metros de largo, tiene una manga de 20,8 y un calado muy poco profundo, de solo 4,3 metros. Cuenta con un helipuerto e incluso se dice que posee un sistema antimisiles, pero todo apunta a que el jeque no aterrizará en Vigo durante los meses de trabajo en el barco.
El megayate dispone de seis cubiertas, cine y discoteca y su construcción duró tres años. El barco “puede navegar en aguas cálidas y poco profundas, al tiempo que proporciona a sus ocupantes un alojamiento de lujo y una habitabilidad sofisticada”, según las publicaciones especializadas, que añaden que este “palacio flotante” tiene un salón principal “de 500 metros cuadrados totalmente diáfano y sin pilares. Alcanza una velocidad máxima de 32 nudos gracias al impulso de dos turbinas de gas y dos motores diesel que ofrecen una potencia total de 94 000 CV”. Se estima su coste en 605 millones de dólares.
"Sea Cloud Spirit"
Es un buque premium, con espacio para 136 pasajeros, que se estrenará el 2 de junio con una travesía de diez noches por aguas del Mediterráneo, con salida y regreso al puerto italiano de Civitavecchia. Pero, como todos los barcos en construcción, ha de cumplir el hito de las pruebas de mar, durante las que testará los sistemas de propulsión, el velamen o su estabilidad. Este primer viaje del Sea Cloud Spirit, construido en Metalships & Docks, se inició a las 11 horas de este sábado. Se prolongará durante unos cuatro días.
Se trata del segundo crucero a vela más grande del mundo, con tres mástiles, cinco cubiertas y 4.200 metros cuadrados de velamen izado. Es el tercer barco de la naviera alemana Sea Cloud, que ofrecerá a los clientes estancias amplias y de gran lujo, además de restaurante, lounge de cubierta, biblioteca, área de fitness y tiendas. El camarote de mayor tamaño tendrá hasta 39 metros cuadrados, con terraza exterior, aunque solo estarán disponibles tres de este tipo por viaje. El grueso de la oferta la comprenden habitaciones de entre 26 y 30 metros cuadrados, también con espacio exterior.
El viaje inaugural costará entre 6.775 y 12.255 euros por persona.
Metalships & Docks amarró este contrato en noviembre de 2018, fue el primer pedido que puso en vigor la compañía desde diciembre de 2017, cuando se adjudicó la construcción de un arrastrero de 80 metros para la armadora Niisa Trawl, el Regina C, un diseño de la prestigiosa oficina técnica Skipsteknisk. El contrato del Sea Cloud Spirit ha proporcionado a la atarazana de Teis alrededor de 750.000 horas de trabajo, equivalentes a la creación de 350 empleos. Se entregará previsiblemente a finales de abril.
"A"
Consignado por Joaquín Davila, igual que el Azzam, el A, es el otro titán que pasea por la ría la opulencia de sus 143 metros de eslora y 12.558 toneladas de registro bruto. Su armador es Andrey Melnichenko, séptima fortuna de Rusia y los tres mástiles del A se alzan a 90 metros de altura. Están construidos en fibra de carbono, mientras que su velamen está regulado por ordenador. Al parecer la singular embarcación está construida a prueba de bombas y cuenta con medio centenar de cámaras de seguridad. Entre sus singularidades, cuenta con una cápsula de vidrio alojada en la quilla de 30 centímetros de espesor para la contemplación del fondo marino. Las zonas acristaladas de la embarcación están equipadas con cristales antibalas de 44 milímetros de espesor, casi invisibles desde el exterior.
El barco, de casco plateado que le confiere un aspecto metálico, suele ir tripulado por 37 personas, 10 de las cuales son cocineros. Cuenta con lujosa habilitación para 20 huéspedes y llega a Vigo procedente de las factorías cartageneras de Navantia donde ha sido reparado y puesto a punto durante mes y medio.
