“Algo más de la mitad de los nuevos alumnos que tenemos para marzo son de segundos hijos”
Fernando Rolland - Vicepresidente Agadei
Fernando Rolland - Vicepresidente Agadei
Entre los que se estrenan estos días en la escuela infantil está Moisés, el hijo de Sara Fernández. “No lo metimos en septiembre por la pandemia, no tanto por que se contagiara como porque tuviéramos que estar en cuarentena de forma repetitiva y eso pudiera afectar a nuestros trabajos”, explica.
Por aquel entonces, su marido no estaba empleado y se podía quedar cuidándolo. Pero ahora sí. Además, ambos trabajan en colegios y han podido comprobar que la transmisión entre niños es escasa. Ayer visitaron uno de los dos centros Lúa y están “supercontentos” de que Moisés, de año y medio, empiece el lunes. “Todo está cerrado y se pasa con mayores todo el día. Es muy activo y sociable y queremos que pueda relacionarse con otros niños”, explica.
“No vino antes por miedo a tener que estar en cuarentena muchas veces. Ya sabemos que no pasa”
Sara Fernández - Moisés empieza ahora
Sara Fernández - Moisés empieza ahora Alba Villar
También Laura Gómez quiere que su hija Lana “tenga la oportunidad de aprender” en la escuela. Ya acudió el curso pasado y estaba matriculada este, pero ante la situación epidemiológica, decidieron esperar. “Hay personas de riesgo en casa y, por nuestra organización, necesitábamos que cuidaran a la bebé y no queríamos exponerlos”, explica. Ahora “que está bajando, aunque aún está mal”, se han decidido a que aproveche, al menos, los últimos meses de curso. “Me encanta saber que no hay muchos casos en las escuelas”, añade.
“No quisimos exponer a las personas de riesgo de casa. Ahora decidimos llevarla por ella”
Laura Gómez - Lana irá ya el lunes
Laura Gómez - Lana irá ya el lunes
El vicepresidente de Agadei –que representa a 18 escuelas en la ciudad– cuenta que varios centros prevén abrir ahora algún grupo más y destaca que es en el sector de menos de un año donde los padres están empezando a tener problemas para encontrar plaza. Son aulas con pocos alumnos, que se llenan pronto.
Las visitas para empezar estos días se mezclan con las de los padres que ya están buscando centro para septiembre. Por la pandemia, reciben solo a una familia a la vez e intentan que no coincidan ni en la puerta, cuenta Rolland. Ana Rodríguez irá la próxima semana a conocer la escuela, con la idea de matricular a Darío para septiembre, cuando tenga 10 meses. “Por un lado, pensamos en dejarlo con los abuelos, pero supone restringirles su actividad y también creemos que él necesita socializar. Dentro de un entorno controlado es positivo para él y la escuela ofrece unos conocimientos que fomentan el desarrollo y que yo no tengo”, explica esta madre, que guarda muy buenos recuerdos de su guardería y quiere que su hijo la disfrute también.
El Gobierno local reclama a la Xunta que autorice el traslado de la escuela Santa Marta al CEIP Ramón y Cajal
La situación de los alumnos y docentes de la escuela infantil Santa Marta estuvo ayer presente en el pleno municipal por partida doble. Se abordó de la mano del PSOE, que impulsó una moción en la que reclama a la Xunta que autorice el traslado de la actividad del centro al CEIP Ramón y Cajal para habilitar allí una escuela infantil permanente. Y también de la del BNG, que presentó otra iniciativa sobre el mismo tema pero con una redacción distinta. En su caso, el acento se ponía en “la continuidad de la escuela infantil Santa Marta en el Casco Vello”. Solo prosperó la primera, con los votos a favor del PSOE, que hizo valer su mayoría para tumbar la segunda. Durante el debate el concejal de Educación, Gorka Gómez, defendió el traslado –motivado por las futuras obras en Barrio do Cura– y recordó que en el CEIP Ramón y Cajal hay aulas vacías y espacios infrautilizados. El concejal socialista recordó que en un inicio la propuesta tuvo buena acogida en el centro, pero que tras expresar su oposición la Xunta “todas las facilidades se convirtieron en obstáculos”. El edil recalcó que una vez finalicen las obras en Barrio do Cura se abrirá una nueva escuela, con lo que finalmente el entorno dispondrá de dos centros. Censuró también lo que considera una “decisión política” de la Xunta. PP, Marea y BNG criticaron sin embargo lo que juzgan “improvisación” por parte del Gobierno local y recordaron que –según el convenio suscrito por el Concello y la promotora de Barrio do Cura– la concesión de la licencia de obra está condicionada a la construcción de una nueva escuela infantil. El edil nacionalista Xabier P. Igrexas exigió, a su vez, garantizar la continuidad del centro e incidió en la próxima matriculación.
Los niños hasta tres años son un 14% menos que hace un lustro
La ciudad de Vigo perdió en los últimos cinco años casi 1. 400 niños de hasta tres años –incluidos–. Los 8.258 que figuran en el último registro del Instituto Nacional de Estadística –con datos del 1 enero de 2020– son un 14% menos que los que figuraban en el año 2015. Este freno demográfico es más acusado en los menores de dos años. Así, figuran 1.801 bebés por debajo del año, casi una quinta parte menos que hace un lustro –un 19%, en concreto–. De un año hay 1.945 vigueses, un 16% menos. Es muy similar la cifra de los niños de dos y de tres años: 2.243 y 2.269, respectivamente. Pero la primera baja casi un 10% y la segunda, algo más, un 12%. Los niños en edad de acudir a una escuela infantil ya representan solo el 2,8% de los 296.692 habitantes que, según los registros del INE, estaban censados en el año 2020 en la ciudad de Vigo. Cinco años antes, este colectivo tenía algo más de peso en el total y llegaban al 3,3% del padrón –294.098–.