Hace poco más de un mes, el 4 de diciembre, el área sanitaria viguesa abandonaba el riesgo extremo de incidencia acumulada a 14 días de nuevos casos de COVID-19. El cierre perimetral de la ciudad, las limitaciones en las reuniones sociales y en la hostelería habían hecho efecto con una fuerte desaceleración en noviembre y el territorio bajaba a nivel alto. El descenso continuó en diciembre, pero de forma mucho más paulatina. De hecho, se estancó a mediados de mes. Ahora, las celebraciones navideñas han disparado los contagios y la comarca regresa a alerta máxima.

La subida ha sido muy rápida. En solo una semana, la incidencia de la infección en el área ha experimentado un incremento del 35%. Ha pasado de 187 nuevos diagnósticos por cada cien mil habitantes a 252. La ciudad de Vigo resiste aún un peldaño por debajo, en nivel alto –con 211 casos por cien mil habitantes–, pero su evolución también es mala –llegó a estar en 171 a finales de año–.

En riesgo extremo se encuentran 12 municipios de los 26 del área sanitaria. Aglutinan el 22,7% del total del área. El más grande es Ponteareas. Con una evolución formidable en diciembre, había descendido el número de contagios hasta tener solo 17 infectados en fase activa el 29 de diciembre. Ahora va camino de cuadruplicar esa cifra –62 pacientes, con una incidencia a dos semanas de 271 nuevos diagnósticos por cien mil habitantes–. Moaña volvió al máximo nivel de alerta también ayer –258 casos por cien mil habitantes–. Tui lleva casi dos semanas en ese índice. Aunque el brote en la residencia Paz y Bien, gestionada por las Hermanas Franciscanas, ha disparado más sus cifras en los último días, con 51 usuarios, 15 trabajadores y varias monjas afectadas. Está en 814 nuevos casos por cien mil habitantes en dos semanas.

Incidencia acumulada

En incidencia acumulada, solo le supera Oia, que rebasa el millar proyectado sobre cien mil habitantes –1.048, en concreto–. Son 32 casos activos en este municipio de tres mil personas. La gran mayoría se destaparon con un cribado del Sergas. Ofreció pruebas PCR a 2.124 residentes. Aceptaron el 60% y dieron positivo 25 de los contagios.

En Tomiño, con más del doble de incidencia que la media del área –607 casos por cien mil habitantes–, un 73% de los 2.197 invitados a las PCR aleatorias participaron y se descubrieron 18 contagios asintomáticos que podrían continuar propagando la infección.

En Mos, donde llevan dos semanas en riesgo extremo –272, ayer–, inició ayer otro barrido a una quinta parte de su población –3.000 personas–.

Completan el listado Baiona –330–, A Cañiza –386–, Arbo –504–, Crecente –795–, O Rosal –417– y Salvaterra –448–. En nivel alto están la ciudad, Cangas –196–, Gondomar –189–, A Guarda –221–, Nigrán –170– y Redondela –219–.

Presión asistencial

En la red de hospitales vigueses, el aumento de contagios –hay 1.484 pacientes en fase activa de la infección, 256 más en tres días– se empieza a notar. Sobre todo, en los pacientes críticos. Han subido en tres hasta los 19. Es la mayor cifra desde noviembre. Catorce están en el Álvaro Cunqueiro, donde mantienen tres de sus 20 quirófanos sin programar. El Área Sanitaria de Vigo señala que, “a día de hoy no se ha tomado ninguna medida de ampliación ni de incremento de recursos”, en previsión de que la situación empeore.

El BNG, por su parte, urge el refuerzo de personal de Atención Primaria para agilizar el proceso de vacunación. El portavoz en Vigo, Xabier P. Igrexas, reprochó la falta de explicaciones de la Xunta sobre el calendario que seguirá.