El Consejo Europeo de Investigación (ERC) acaba de otorgar una de sus cotizadísimas Consolidator Grant a la física de partículas viguesa Leticia Cunqueiro Méndez. La convocatoria, que distingue a los mejores investigadores con trayectorias de excelencia, reunió a más de 2.500 aspirantes y ella forma parte de los 327 seleccionados. Recibirá 1,8 millones de euros –el máximo son 2– para estudiar durante cinco años el plasma de quarks y gluones, la materia que formaba el universo en sus primeros microsegundos, dentro del experimento CMS del CERN de Ginebra.
Doctora por la Universidad de Santiago, lleva más de una década trabajando en el CERN como investigadora adscrita a diferentes instituciones, el Instituto Nacional de Física Nuclear de Italia, la Universidad de Münster y el Oak Ridge National Laboratory (ORNL) de EE UU, al que pertenece actualmente.
Para emprender su nuevo proyecto, Cunqueiro se unirá a la Ecole Polytechnique, una de las universidades públicas más prestigiosas de Francia, y también cambiará de experimento en el CERN, ya que hasta ahora formaba parte de Alice. Además se mudará desde Ginebra a París, aunque seguirá realizando visitas frecuentes al centro suizo. Todo un reto ante el que se encuentra muy ilusionada.
"Son muchos cambios pero es una oportunidad enorme de quedarme y de hacer investigación en Europa, que es donde quiero estar"
“Estoy feliz, muy contenta. Son muchos cambios pero es una oportunidad enorme de quedarme y de hacer investigación en Europa, que es donde quiero estar. EE UU está construyendo un nuevo colisionador de hadrones en Long Island, el EIC, para 2030. Y los laboratorios nacionales como el ORNL están empezando a concentrar sus fuerzas en él, por lo que antes o después me iban a transferir allí”, comenta.
“El experimento Alice es donde he crecido científicamente y obtenido muchos resultados, pero cambio al CMS por necesidad, ya que necesito medir partículas muy energéticas. Además, lo conozco bien y también al grupo de la Ecole Polytechnique, por lo que voy a poder avanzar más rápido y concentrarme en los problemas que quiero resolver”, explica.
Su proyecto tratará de entender aspectos de la física todavía por explorar, en concreto, la materia que formaba el universo en los primeros microsegundos, llamada genéricamente plasma de quarks y gluones, y su transición a la materia ordinaria de protones y neutrones.
“La cromodinámica cuántica es la teoría que explica la fuerza fuerte, que gobierna las interacciones entre los constituyentes fundamentales de la materia, quarks y gluones. Yo estoy muy interesada en entenderla en los límites extremos de temperatura, cuando tiene lugar una especie de transición y se produce ese plasma, que es casi un líquido perfecto. Y quiero estudiarlo a pequeñas distancias. Utilizando una metáfora, como si pudiese utilizar una lupa de aumento muy grande”, explica.
Para ello, utilizará jets, chorros de energía en los que la viguesa es una experta, para bombardear el plasma y estudiarlo a muy pequeña distancia para poder ver su estructura interna.
De un modo similar, el experimento Rutherford de principios el siglo XX descubrió, disparando partículas alfa muy energéticas contra una fina lámina de oro, que el átomo no era un continuo, ya que una fracción de ellas rebotaba e incluso a muy alto ángulo.
“Usando técnicas que he desarrollado en los últimos años y que conciernen a los jets, en particular a su estructura, también estoy interesada en confirmar varios efectos cuánticos de la teoría de la fuerza fuerte como la coherencia de color o el LPM”, añade sobre los objetivos del proyecto.
La investigación arrancará en septiembre de 2021 y se prolongará durante cinco años. “Quiero alinear la Consolidator Grant con los tiempos del LHC (Gran Colisionador de Hadrones), porque el COVID ha introducido una demora en sus planes de trabajo de más o menos un año. En 2021 estaba prevista una ronda de colisiones plomo-plomo que se ha pospuesto y tampoco ha sido posible acometer ciertos cambios en los detectores”, explica.
“Es una de las cosas más bonitas. Es un premio individual, pero también te permite contribuir en la formación de personal”
La científica viguesa utilizará gran parte de la financiación del ERC para contratar a tres estudiantes de doctorado y dos ‘postdocs’. “Es una de las cosas más bonitas. Es un premio individual, pero también te permite contribuir en la formación de personal”, celebra.
“En estos tiempos es casi obsceno celebrar el éxito con tanta gente pasando penurias, pero estoy muy contenta. El premio está basado en el mérito investigador y la calidad del proyecto y lo conceden paneles de expertos externos, todo el proceso es muy transparente. Y además me va a permitir establecerme en Europa”, aplaude.
A ella siempre le gusta poner en valor su paso por la universidad compostelana, donde completó la carrera y el doctorado: “La formación que recibí es lo que me ha permitido también acceder a la investigación a este nivel en física de partículas. Hice el doctorado en 2008 con expertos de primer nivel como son Carlos Pajares, Carlos Salgado, Néstor Armesto y Elena G. Ferreiro”.
Todos ellos desarrollan estudios en el CERN y Salgado, recuerda Cunqueiro, consiguió el año pasado una Advanced Grant, el siguiente nivel en las ayudas del ERC dirigida a científicos de mayor trayectoria, para estudiar el mismo plasma primigenio: “El grupo de Santiago es más teórico y yo estoy en física experimental, pero mantenemos un diálogo muy fluido”.
Fiel a su espíritu “combativo”, Cunqueiro también quiere romper una lanza por la investigación básica y la educación pública. “El ruido populista de los últimos tiempos, de gente que cree que la Tierra es plana, en los poderes de las piedras, la astrología o la homeopatía, o del movimiento antivacunas, se combate reforzando la educación pública y también la educación científica y el pensamiento crítico para que no nos engañen fácilmente”, defiende.
"Hay que proteger la ciencia y luchar contra la confusión que genera el desconocimiento científico con buena educación pública”
“Detrás de las vacunas que van a llegar contra el coronavirus, además de biólogos y epidemiólogos, hay ingenieros de computación, matemáticos.... Hay que proteger la ciencia y luchar contra la confusión que genera el desconocimiento científico con buena educación pública”, insiste.
La nieta de uno de los grandes de la literatura gallega y española y director de FARO es una gran aficionada a la literatura. De hecho, el próximo número de la revista Grial publicará su relato “A praia”.
“El 90% de mi tiempo lo dedico a la ciencia, pero me gusta leer y escribir. En mi vida hay una gran tensión entre las ganas de escribir relatos y la ambición científica, que me come casi todo el tiempo. Es una lucha muy complicada”, admite.
A pesar de ello, su pasión por la literatura también le ayuda en su profesión: “Estoy convencida de que me permite ser más creativa y probar ciertas cosas. Soy muy contraria a la idea de separar las humanidades de las ciencias y atribuirles solamente a éstas el desarrollo tecnológico. Las humanidades tienen mucho que decir, absolutamente”.
