No figura la autopista, ni la N-550, ni las autovías que gestiona el Gobierno central, pero sí se analizan las que, seguramente son los viales con mayor densidad de población de toda la provincia. Son las carreteras de titularidad autonómica, sobre las que ya se trabaja en una nueva actualización de sus mapas de ruido, la contaminación acústica que a diario sufren los miles de ciudadanos que residen en sus orillas. Este trabajo de la Xunta analiza todos aquellos viales de su titularidad que superan los tres millones de vehículos al año, que son treinta en toda la provincia y 12 en el área de Vigo y sus municipios de influencia.
Se analizan, por tanto, desde viales de alta capacidad como el corredor do Morrazo o la autopista del Val Miñor a carreteras de menor incidencia y ruidos, como la PO-340 en Tui. Curiosamente, las dos primeras generan escasa contaminación acústica, dada su separación de zonas densamente pobladas. La autovía do Morrazo causa ruidos a unas 60 personas y la del Val Miñor, a menos de 300. Ambas tienen unos 11 kilómetros de recorrido.
Pero frente a esta situación, hay otras cinco que superan claramente esos umbrales y los vecinos que padecen la constante molestia del tráfico se cuentan por centenares. Se trata de PO-324, que discurre ante la playa de O Vao, la PO-325 y la PO-552, que enlazan Vigo, Nigrán y Baiona por diferentes trazados, la PO-403 en Ponteareas y, sobre todo, la PO-551, que atraviesa toda la península de O Morrazo, desde Marín hasta Moaña, pasando por Bueu y Cangas. Esta es la donde más vecinos tienen que convivir con el ruido de los coches, alrededor de 9.000 de forma directa, que residen en unas cinco mil casas, sin contar aquellos algo más separados, pero que también escuchan el “runrún” del tráfico a lo lejos.
"La PO-551, que atraviesa toda la península de O Morrazo, provoca contaminación acústica a 9.000 vecinos"
Tras esta carretera tradicional de O Morrazo, la segunda más molesta es la PO-552, que atraviesa Vigo, Nigrán y Baiona, y se prolonga después por otros municipios a lo largo de unos treinta kilómetros. En este caso, los mapas de ruido de la Consellería de Infraestruturas apuntan a que en sus márgenes viven unos 5.200 residentes afectados, en unas tres mil viviendas. La mayor parte se concentra en el tramo entre la ciudad olívica y Baiona (2.200 casas y 3.700 vecinos).
En cuanto a la PO-324, son solo 2,3 kilómetros, pero su población con contaminación acústica directa es de 340 personas de 150 residencias. Por su parte, la PO-325 suma 1.450 afectados de 780 casas, mientras que la PO-403 concentra a 2.700 vecinos y 1.370 viviendas, además de tres colegios en menos de tres kilómetros.
Uno de los objetivos de este estudio es seleccionar las zonas más conflictivas con el fin de aplicar medidas correctoras, unas acciones muy limitadas en la actualidad. De los 117 kilómetros analizados en el área, solo hay barreras acústicas en 265 metros: 225 en la autovía do Morrazo y 40 en la PO-511, entre Mos y Porriño. Eso sí, la Xunta afirma que otras actuaciones, como las glorietas, reducen la velocidad y, por tanto, el ruido.
