Las primeras 24 horas de con las nuevas restricciones en Vigo se han consumido sin grandes altercados. Por un lado se hicieron controles en los puntos de salida de la ciudad para velar por el cierre perimetral del municipio. Por otro, se llevaron a cabo controles específicos de terrazas y cafeterías para cerciorarse de que no se celebrasen reuniones entre personas no convivientes.

La labor de la Policía Local, después de que las nuevas medidas decretadas por el comité clínico de la Xunta entrasen en vigor ayer a las 15.00 horas, fue meramente informativa. Los agentes patrullaron diferentes zonas de la ciudad para comprobar el aforo de decenas de locales de hostelería. En los casos que detectaban a grupos de no convivientes simplemente les recordaron la normativa que acababa de entrar en funcionamiento y les advertían que tenían que separarse o irse cada uno por su cuenta. Incluso se encontraron gente que afirmaba no conocer el contenido del nuevo decreto de Sanidade.

Aunque no todo fue coser y cantar, en un bar de la Praza da Miñoca se encontraron con la negativa de un hombre a seguir sus indicaciones. Como el varón no hacía caso y no quería separarse de las personas no convivientes, fue denunciado por los agentes y propuesto para sanción.