La crisis del coronavirus ha obligado a sacar el máximo partido a los recursos sanitarios disponibles en la ciudad. Nada sobra. Las intervenciones quirúrgicas no prioritarias se han aplazado, los centros de salud solo admiten cuadros apremiantes y las urgencias de los hospitales vigueses han separado sus servicios de urgencias para mitigar un posible aluvión de contagios masivos.

De momento, ascienden a 49 los casos detectados: 35 se encuentran confinados en sus domicilios y 14 han necesitado de hospitalización, de los cuales tres están en la UCI. Aunque lo peor no ha pasado. Vendrán "semanas difíciles", se afanan en alertar las autoridades: solo hay que ver cómo la barrera psicológica de los 10.000 casos advertida por Pedro Sánchez el pasado sábado fue ampliamente superada ayer en toda España.

La mayoría de los pronósticos apuntan a que en la segunda semana de abril la curva de infectados no comenzará su aplanamiento. Y para entonces, lo más plausible es que el sistema sanitario experimente, más si cabe, un intenso episodio de estrés. Vigo dispone de 2.259 camas (1.325 públicas) y el Álvaro Cunqueiro cuenta con 30 UCIs, sin contar los centros privados puestos bajo el mando único. Es su escudo sanitario pero, por si el escenario se complicara sobremanera y una avalancha de casos colapsara la capacidad del sistema, la Xunta trabaja en un plan para transformar centros públicos en hospitales de campaña.

Fuentes oficiales han confirmado a FARO que al menos desde el pasado fin de semana el Gobierno gallego está peinando los edificios de su titularidad para encontrar los que se ajusten a un eventual uso hospitalario. "Si no se hiciese sería una falta de previsión total; tenemos que estar preparados para lo peor", justifican.

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Para ello deben cumplir como mínimo dos requisitos: encontrarse actualmente vacíos y tener habitaciones individualizadas. De entrada, fruto de ese análisis ya se han identificado dos complejos. Se trata del Centro Residencial Docente, idóneo por ubicarse muy próximo al hospital Meixoeiro, y la Residencia de Ocio y Tiempo Libre de la playa de Patos (Panxón).

El primero aloja a los estudiantes de ESO y FP que viven lejos de Vigo, y se halla rodeado de los centros CIFP Manuel Antonio -con el que comparte instalación y recinto- y un complejo de atención a dependientes de la Xunta. Heredero de la antigua Universidad Laboral, el edificio fue construido en 1976 y cuenta, según las fuentes consultadas, con 200 habitaciones. La mayoría, dobles o triples. La suspensión de las clases por el estallido de la emergencia sanitaria lo ha dejado completamente vacío, salvo para realizar labores de limpieza y desinfección que pautal los protocolos contra la enfermedad.

El complejo recreativo de Patos, por su parte, es un clásico del veraneo familiar. En agosto dio cobijo a 160 personas. Un tiempo en el que la conselleira de Política Social, Fabiola García, prometió una mejora de instalaciones y accesibilidad por 140.000 euros. Es decir, sumadas las capacidades de uno y otro inmueble, su empleo como hospital de campaña inyectaría a la sanidad viguesa un 15% más de camas (casi un 30% más, teniendo en cuenta solo las públicas).

Las mismas fuentes explican que en las consultas de la Xunta se han descartado otros edificios, como las residencias geriátricas -al completo-, o los centros sociocomunitarios y campamentos, por no ajustarse a las condiciones. También la Residencia Juvenil Altamar (en torno a 85 plazas) está descartada, dado que todavía da resguardo a estudiantes.

Otros ejemplos

El plan de la Xunta para improvisar hospitales de campaña en la crisis del Covid-19 tiene réplicas similares en otros puntos de España. El ejecutivo de la Comunidad de Madrid, "zona cero" de la pandemia en España, anunció la semana pasada que contempla medicalizar hoteles medicalizarpara atender una avalancha de casos, y otro de los municipios más castigados, Igualada (Barcelona), ha pedido levantar un hospital en una residencia privada tras lograr la cesión de su propiedad.

De igual modo se prepara la Comunidad Valenciana, tras trascender que la Consejería de Sanidad reconvertirá en unos días parte de la antigua ciudad sanitaria La Fe de Valencia, la residencia Doctor Esquerdo en Alicante y un Centro de Tecnificación Deportiva situado en Vila-rreal.