Mónica Dávila, de A Coruña, relata que no daba crédito cuando recibió, en casa de sus padres y no en la suya, una carta del Concello de Vigo con un expediente de embargo de bienes por 304,19 euros. No sabía de qué podía ser. Contactó con el Ayuntamiento y resolvió el misterio. Era derivado de una multa, por aparcar en zona de carga y descarga, del 13 de noviembre de 2010, en la calle Torrecedeira: "Tuve que hacer memoria, ya ni tengo el coche de entonces; fue de un día que fuimos a Vigo y recuerdo que estaba con una persona de la ciudad y me indicó que allí se podía aparcar".
Lo cierto, asegura, es que "nunca" supo, hasta la diligencia de embargo del pasado verano, que había sido multada. "No recibí ninguna notificación", dice esta mujer, que presentó una queja ante el Valedor do Pobo que acaba de ser resuelta tras el informe del Concello que indica que la notificación de la denuncia por la multa se publicó en el TESTRA (Tablón Edictal de Sanciones de Tráfico) en 2011, "tras dos intentos de notificación con carácter ausente". En el período ejecutivo, añade el Ayuntamiento, se hicieron publicaciones en el BOE en 2014 y 2018. "El procedimiento se ha hecho bien; la multa sigue viva, no prescribió", afirman fuentes municipales.
La afectada no entiende como no pudieron hacerle las notificaciones. "Como mínimo llevo censada en mi actual casa desde 2012, a donde por ejemplo me llega el impuesto de circulación", señala. Sin posibilidad de recurrir en vía administrativa, valora ir a la vía judicial: "Es indignante; tal y como efectuaron los intentos de notificación, un día detrás del otro, considero que lo hicieron mal, que es nulo de pleno derecho, porque la ley vigente cuando fue la multa tenía otros plazos".
