Faro de Vigo

Faro de Vigo

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

Arte "enterrado" por el ladrillo

Dos murales del programa "Vigo, ciudad de color" han sido tapados por nuevos edificios - Otro, en San Gregorio, lo hará próximamente

Los murales de Vigo que dejarán de decorar la ciudad // FDV

El ladrillo comienza a desvestir varios de los murales con los que el Concello lleva un lustro engalanando y llenando de color multitud de rincones desangelados de la ciudad. Al menos dos de las casi 100 medianeras convertidas en arte durante estos últimos años ya han pasado a la historia. Otra lo hará en cuestión de meses. Todas ellas enterradas por el ladrillo.

La Fiestra, obra de Urbano Lugrís que recreó el artista vasco Luis Olaso en la calle del Príncipe, fue el primer mural que se ejecutó dentro de este exitoso programa municipal (2014). Casualmente se convirtió también en el primero en desaparecer tras levantarse el edificio Stella Príncipe. A diferencia del resto de trabajos, éste se realizó sobre una lona de 14x18 metros, lo que permitió que el Concello lo pudiera conservar. El lienzo estaba previsto que se colocara en la plaza de O Berbés, aunque por el momento todavía sigue guardado.

En las últimas semanas el ladrillo ha apagado otro mural de grandes dimensiones. Se trata del dibujo con el que la artista viguesa Elisa González decoró el lateral del inmueble de Vía Norte, 7. "Ya han empezado las obras para la construcción del edificio contiguo al mural de Vía Norte. Ahora en vez de personajes mirando hacia arriba parece que intentan sobresalir del andamiaje y respirar durante lo poco que les queda allí. Pasad a ver a los ahogaditos mientras podáis! Fue bonito mientras duró! Deica logo socios", publicaba recientemente en sus redes sociales cuando todavía era medianamente visible. A día de hoy ha desaparecido por completo.

Peor se lo ha tomado la reconocida artista baionesa Lula Goce, que ha visto como el proyecto de la cooperativa que levantará un edificio de 40 viviendas en la curva de San Gregorio se llevará por delante el hiperrealista mural en el que inmortalizó a su hijo Tomás y a su sobrina Marta y que se convirtió en una de las obras más emblemáticas de las realizadas dentro del programa "Vigo, ciudad de color". Su malestar también lo plasmó a través de las redes sociales. "El mural se convirtió en un icono de la ciudad, por el feísmo que lo rodeaba, y por ese granito de esperanza que plantaba en los corazones. Hoy me he enterado de que desaparecerá en los próximos meses. El lobby inmobiliario se ha reactivado en Vigo y este mural, icono del barrio, va a terminar sepultado por un edificio enorme. Lo que siento con esto es pena, no porque se tape, si no porque se tapa con una mole de hormigón y granito [...]", se quejaba el pasado 27 de septiembre a través de Facebook coincidiendo con el Día Mundial del Medio Ambiente. "Siento frustración por todos aquellos vecinos que pusieron su esperanza de una zona verde para sus hijos y para sí mismos y hoy pasan por encima de sus necesidades vitales de respirar naturaleza en mitad de la urbe", agregaba.

Lula Goce y su mural en la calle San Gregorio

Lula Goce y su mural en la calle San Gregorio

Lula Goce y su mural en la calle San Gregorio // ÓSCAR BERNÁRDEZ

Estos son los tres primeros casos de murales que desaparecen. Pero probablemente no serán los últimos. La cara del programa Vigo, ciudad de color es que permite llenar de arte rincones grises de la ciudad al tiempo que se convierte en un gran escaparate para los artistas. La cruz, como admiten desde el propio Concello, es que se trata de "arte efímero" y que, por lo tanto, está expuesto a desaparecer. Una amenaza que recae principalmente sobre aquellos murales que se han pintado -o se pintarán- junto a parcelas edificables.

Compartir el artículo

stats