Vigo está, desde ayer, "en pie de fiesta". La ciudad capituló por la tarde ante las tropas francesas inaugurando la Reconquista 2019 e iniciando una semana de festiva ocupación gala hasta que, el próximo domingo, el pueblo se alce en defensa de su libertad. Así, el programa de actividades se ha extendido este año a dos fines de semana por los 25 años de representación de la gran gesta de la ciudad.

"Prostitutas, yonquis, borrachos y edificios en ruinas, es lo único de lo que se hablaba sobre el Casco Vello a comienzo de los 90", recuerdan desde su asociación veciñal y cultural. Se propusieron resaltar mejores motivos para ser conocido y hallaron uno muy bueno en los hechos de 1809. Su barrio había sido el escenario de la primera expulsión de los franceses en Europa. En 1994 marcaron con huellas los puntos por los que discurría la muralla y el día 28 de marzo los recorrieron con unas treinta personas contando lo que allí había ocurrido casi dos siglos antes.

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Repitieron al año siguiente y, al tercero, comenzaron a idear la representación que hoy reúne multitudes. "Nos sobraba la mitad de la plaza de la Princesa cuando empezamos", recuerda Fiz Axeitos. En 1999 incorporaron el mercado y los "estirones" no dejaron de sucederse. Hasta hoy, que ocupa todo el casco hasta el final de la plaza del Berbés.

Nueve integrantes de este grupo que ideó la celebración de la Reconquista de Vigo y que han trabajado en ella durante este cuarto de siglo para hacerla crecer hasta convertirla en la gran fiesta de la ciudad, fueron homenajeados ayer en la inauguración de esta especial edición. Una escultura con la muralla, la torre del castillo y el olivo de la ciudad para cada uno de ellos fue el símbolo del "inmenso agradecimiento" por un "trabajo ímprobo".

Los recibieron Fátima González, que siempre ha actuado como Aurora; José Manuel Da Veiga, que interpreta a uno de los de la taberna; Xosé Lois Gutiérrez Pais, que se encargaba de grabar la representación; Fátima Suárez, metida en la coordinación, el vestuario y los complementos; Dolores Hernández, "Loli", costurera el vestuario; Antón Bouza, en el papel de Chalot; Victoria Gutiérrez Pais, tesorera; Fiz Axeitos, dedicado al atrezo y al montaje de los puestos; y Leo alonso, el primero que hizo una Puerta de Gamboa. Dedicaron sus trofeos a aquellos que ayudaron en este cuarto de siglo y a los que no están. "Por 25 años más", desearon.

El alcalde, Abel Caballero, los felicitó por retomar los valore de la libertad con los que también propuso construir el Vigo de futuro.

Varios cientos de ciudadanos se dieron cita en la plaza del Berbés para regresar al siglo XIX y revivir el preámbulo de la gran gesta. Era el mes de enero de 1809 cuando la corporación de Alonso Cayro, que veía en el país galo "el progreso y la manera de huir de la ignorancia", abogaba por jurar lealtad al rey José Bonaparte. "Morra Pepe Botella", gritaba el pueblo que, preocupado por los excesos que pudieran cometer las tropas napoleónicas, exigía la defensa de la villa. Los hidalgos -representados en la figura de Joaquín Tenreiro- y la Iglesia -en Juan Rosendo Arias, abad de Valladares- veían peligrar sus privilegios y arengaron al pueblo hasta hacer caer a la corporación por traición al absolutista Fernando VII.

Deponen y detienen a los afrancesados y proclaman nuevo alcalde a Francisco Javier Vázquez Varela y gobernador a Juan de Villavicencio. Pero cuando las tropas francesas llegaban a las puertas de la villa tras entrar por A Coruña y arrasar Santiago y Pontevedra, estos dos también consideraron que era mejor rendir la plaza para "evitar males mayores". Abucheado y bajo los gritos de "fuera gabachos", el comandante Jacobo Antonio Jacobo Chalot tomaba posesión del mando. Y lo mantendrá hasta el próximo domingo.