"Si no hago todo lo posible para que el caso de mi hermana se resuelva no me lo perdonaré en la vida". Quien se expresa así es Rosa, hermana de Déborah Fernández-Cervera, la joven de Vigo cuyo cadáver fue hallado hace 17 años en una cuneta de la antigua C-550 en O Rosal tras diez días desaparecida. El de esta creativa chica que solo tenía 22 años es uno de los casos criminales sin resolver en Vigo. Archivado judicialmente desde 2010, en enero de 2018, tras esclarecerse el caso de Diana Quer, la familia de Déborah inició una lucha para que la investigación se reactivara. "Pero lo que teníamos entonces carecía de peso suficiente para presentarlo en el juzgado", explica la hermana. Y este diciembre el horrendo crimen de la profesora zamorana Laura Luelmo volvió a "removerles el alma". Y han retomado su batalla para que la causa por la muerte de su familiar no quede en el olvido. Rosa y Jose, otro hermano de Déborah, impulsan una campaña en redes sociales como Facebook pidiendo colaboración ciudadana. Y entre todo lo que les han hecho llegar, afirman que tienen "una información vital" que podría por fin "arrojar mucha luz".

Rosa prefiere ser prudente y no avanzar mucha información sobre esa pista que les ha devuelto la "esperanza" y "cierra el círculo", explica, en torno a la que fue la principal vía de investigación para la Policía Nacional, una hipótesis que se recoge en el último atestado policial, el de la Operación Arcano, que está en el sumario de la causa. Esa teoría se extiende en que Déborah Fernández se habría encontrado el 30 de abril de 2002, tras salir a correr por Samil, con alguien muy próximo a ella. La hipótesis ahonda en que la chica murió "por causas naturales u homicidas" -la familia mantiene la segunda opción- y que el autor abandonó el cadáver en O Rosal entre pistas falsas para despistar, algo que también habría logrado construyéndose una rápida coartada apareciendo en lugares públicos. La tesis policial apuntaba a un sospechoso que fue interrogado por los agentes y sobre el que se hicieron indagaciones. Pero no se pasó de ahí, ya que no llegó a haber ninguna imputación judicial.

Esa "valiosa información" que les ha hecho llegar ahora una de las personas a raíz de la campaña en la página de internet Justicia para Déborah cambiaría la que hasta ahora parecía una verdad absoluta. Ésta era que la última pista de la joven se perdía en la curva del matadero, en Alcabre, cerca de su casa. Un conocido se cruzó con ella allí a las 20.45 horas del día de su desaparición. "Los datos que nos han hecho llegar cambiarían la última ubicación en la que se la vio con vida", explica Rosa. Y es que una persona, añade, les trasladó que aquella jornada la vio "en otro lugar" y a una hora algo más tardía de la del testigo de la curva del matadero. "Es relevante y cierra el círculo en torno a la que fue la principal línea de investigación policial", destaca Rosa.

Con esta información y más datos que les trasladaron quieren ir al Juzgado de Instrucción 2 de Tui, el que llevó el caso, para intentar que se reabra el caso 16 años después de la muerte de Déborah Fernández. "Pelearemos para ello, esto tiene tanta importancia que no se puede dejar pasar", indica. Pero quieren dar pasos seguros y firmes. Ya en contacto con una abogada de SOS Desaparecidos, la familia busca a otro letrado que también les represente. Y cuando "filtren" todas las pistas recibidas, las presentarán con la esperanza de que el caso de Déborah tenga otra oportunidad.

Lo que también ha recibido esta familia en la página que tienen activa en Facebook es el cariño de cientos de personas, que les envían apoyo y fuerza en este reto. Y que recuerdan de forma entrañable a Déborah. "Deboriña eran carcajadas y espontaneidad! Me sigue contagiando su risa, y es que aún la puedo oír!!", reza uno de los mensajes.