La plantilla de la zona azul de Vigo, que lleva ya 111 días en huelga por el despido de ocho compañeros, se manifestó ayer por la mañana frente a las puertas del Concello para reclamar una solución y solicitar la dimisión del concejal de Tráfico, Carlos López Font. Acompañados de sus familias, representantes sindicales y los portavoces de Marea, PP y BNG, los trabajadores se presentaron con bombos y cornetas en las puertas de la casa consistorial. La Policía Local decidió cerrar el acceso principal al Concello hasta que los manifestantes desconvocaron el acto. Los ciudadanos que quisieron entrar en las dependencias municipales para hacer alguna gestión durante la mañana de ayer tuvieron que hacerlo por la entrada de la Policía Local.

Una de las trabajadoras que asistió a la manifestación sufrió un ataque de ansiedad y la ambulancia tuvo que trasladarla al hospital. No es la única persona cuya salud se ha visto afectada desde el inicio de la huelga, hace ya casi cuatro meses. Uno de los empleados despedidos por la empresa concesionaria se encuentra ingresado en el Álvaro Cunqueiro por problemas cardíacos.