"Los Betas", "Bloke 30", "Familia"... No se ocultaban, marcaban su territorio con grafitis, su cuerpo con pistolas o galones e incluso los afectados sabían de quién estaban siendo víctimas: "El grupo lo lidera un chico alto, delgado... Y que les llaman los Beta". Esta sobreexposición, especialmente en redes sociales, llevó a su identificación por parte de decenas de perjudicados por hurtos, robos con violencia o daños al patrimonio. Ahora sus presuntos cabecillas ya duermen en A Lama.

El Juzgado de Instrucción 4 de Vigo decretó el ingreso en prisión de tres miembros del grupo -los presuntos líderes- José Albany R. T., Anderlin Ariel E.V. y Enzo Ronaldo G.G. como supuestos autores de un delito de pertenencia a grupo criminal. A su vez, dejó en libertad a un cuarto arrestado que deberá comparecer en sede judicial cada quince días. La joven que se precipitó desde el 5º piso y que también se encuentra en calidad de investigada, pareja y hermana de dos de los reos, continúa ingresada en la UCI en estado de coma aunque no peligra su vida.

El magistrado a cargo del operativo que en la mañana del miércoles desarticuló a una "violenta" banda latina -predominantemente dominicanos- consideró que estos jóvenes integraban una presunta organización criminal dedicada a pequeños robos por el método del tirón o al despiste y con una definida estructura e intimidatorio modus operandi. Los implicados lo niegan. Sus declaraciones ante el juez Juan Carlos Carballal se prolongaron durante más de cuatro horas en las que defendieron su "inocencia".

Según precisaron fuentes próximas al caso, los jóvenes habrían asegurado que solo son "un grupo de amigos" y que el alias o sobrenombre con el que son identificados, "Los Betas", hace referencia a un grupo de WhatsApp que emplean para quedar o hacer competiciones de música rap, las también conocidas como peleas de gallos.

Los investigadores, a tenor de la minuciosa recopilación de datos y los registros en cuatro domicilios reforzaron su idea de que se encontraban ante una banda latina violenta, que pudiera semejar a otra desarticulada también recientemente por la Guardia Civil, "Los Chukis". Entre los efectos recogidos en las viviendas destacan 8 teléfonos móvil, unas bellotas de hachís o una balanza para pesar supuestamente droga.

A pesar de su corta edad, la veintena de investigados en esta causa ya cuentan con antecedentes y aunque la mayoría de los robos o ilícitos que se le atribuyen tuvieron lugar entre Vigo, Cangas y Baiona durante el verano, lo cierto es que hay denuncias de afectados que datan de principios de 2017.

El entorno de Fátima era la zona en la que se reunían, más concretamente en las largas escaleras de la calle Navarra, donde todavía asoman los grafitis que realizaban. Según la investigación, los delitos eran cometidos por uno o dos miembros mientras el resto cooperaban para facilitar su huida. Otras veces provocaban peleas para generar distracciones y proceder al hurto. Su estructura también está definida. Para los investigadores José Albany R. T. y su pareja Anyelin Crisbel E.V. eran los presuntos cabecillas, que impartían las instrucciones permanentes al hermano de esta, Anderlin Ariel E.V., que por sus características físicas y personales organizaba junto a Enzo Ronaldo G.G. la manera de ejecutar los golpes.

Se sospecha que contaban con ritos de iniciación o de acceso al grupo tales como peleas o agresiones entre ellos mismos. Sus redes sociales también eran testigos de su pertenencia a una banda a tenor de sus gestos, todos iguales e identificativos, comentarios o símbolos de pistolas y dinero.