Zona Franca redobla su apuesta por el motor con un segundo edificio del conocimiento en Portanet

Zona Franca, por boca de su entonces delegada Teresa Pedrosa, había anunciado la construcción de un edificio del conocimiento en una parcela situada entre las calles Val Miñor y Portanet. Este inmueble, de siete plantas de altura y cuatro de aparcamiento subterráneo, se destinaría a acoger la BFA -aceleradora de start-ups de la industria gallega de automoción- que de forma provisional está funcionando en Porto do Molle, en Nigrán. Posteriormente desde el Consorcio se comunicó que también comprarían tres plantas y un sótano de los inmuebles ya construidos junto al solar. En total se lograrían más de 6.000 metros cuadrados. La inversión rondaría los cinco millones de euros. Pedrosa fijó para este mismo año el inicio de la obra.

Ahora Regades se ha propuesto darle una vuelta de tuerca al proyecto, de forma que sea mucho más ambicioso. Así no serán un edificio, sino dos. El segundo se levantará en un solar situado al otro lado de los inmuebles ya existentes, y los dos nuevos edificios estarán conectados precisamente por los entresuelos que ya estaban previstos adquirirse de los bloques y cuya operación no está todavía cerrada. Con la nueva propuesta la inversión rondará los once millones de euros. Además, la Unión Europa, a través de los fondos Feder, aportaría más de un millón.

En el caso del primer nuevo edificio, con toda probabilidad no se realizarán los cuatro parkings subterráneos que adelantó Pedrosa, sino solamente uno. "La parcela pasa junto al río Lagares, y queremos ser lo más respetuosos con este espacio", justifica Regades.

Business Factory Auto: eificios "con valores"

Zona Franca aspira a que los futuros inmuebles sean algo más que espacios funcionales y buscará un valor estético. "Convocaremos de inmediato un concurso de ideas para que los arquitectos nos hagan propuestas. Queremos construir algo emblemático. Si la automoción está íntimamente vinculada con la innovación, la tecnología, la innovación y la sostenibilidad medioambiental, pretendemos que los nuevos edificios también transmitan esos valores", explica Regades. El ganador del concurso, que arrancará en septiembre, tendrá el derecho a realizar el proyecto constructivo. Regades pretende, además, que los inmuebles sirvan para darle "un plus" al barrio, que lo revitalice. "Tenemos el deber de reactivar la economía, pero también de ser dinamizadores sociales. Por eso habilitaremos espacios para el disfrute ciudadano", enfatiza.

Aunque el delegado de Zona Franca asegura que el destino de los nuevos edificios está "bastante definido -centro de emprendimiento, aulas de aprendizaje, incubadora de coworking, oficinas en régimen de alquiler, incluso un auditorio para actos- adelanta que antes de ponerse en marcha mantendrá una serie de reuniones con los principales colectivos y asociaciones del motor vigués, como Ceaga o Cetag, para conocer sus demandas. "Lo que no vamos a hacer es construir primero y luego preguntar si les va bien. Queremos que el continente se adapte al contenido, que sirva para satisfacer sus necesidades y, por eso, cualquier propuesta que nos trasmitan será escuchada con suma atención", explica.

Regades no ve ningún obstáculo para que los edificios se puedan acometer de forma inmediata. "Desde el punto de vista económico, tenemos los recursos y desde el punto de vista urbanístico, hay que verlo con detalle pero creemos que puede obtener una licencia directa", matiza el delegado.