Las dificultades para sustituir a los pediatras de baja o de vacaciones e, incluso, a los que se jubilan, es un problema que ya se había detectado hace seis años en España. Desde entonces, nada se ha hecho para resolverlo. Entre otras medidas, la Sociedad de Pediatría de Galicia (Sopega) apuesta por aumentar las plazas de formación de nuevos especialistas -MIR-. Pero esta solución no produciría sus primeros frutos, al menos, hasta dentro de un lustro. Mientras tanto y ante el riesgo que observa de que, poco a poco, los médicos de familia vayan asumiendo toda la atención pediátrica en los centros de salud, propone al Sergas una reorganización de las consultas con el objetivo de optimizar los recursos existentes.
Tras analizar los datos y discutirlos en sus foros y en múltiples reuniones con el colectivo, la principal medida por la que apuesta Sopega es la centralización de los pediatras con cupos de menos de 600 niños. El objetivo es evitar la dispersión de facultativos y poder eliminar la figura del facultativo itinerante. En pueblos distantes, aboga por establecer un radio de cobertura de entre 10 y 15 kilómetros. "Es necesario que se garantice una asistencia continuada", defiende el doctor José Ramón Fernández Lorenzo, jefe de Pediatría en Vigo, pero que en esta ocasión habla solo como presidente de la Sopega.
Según los datos del Sergas de 2016, en los centros de salud gallegos pasan consulta 377 pediatras y la carga de trabajo no se reparte por igual. La mayoría -el 41,4%- tiene entre 900 y 1.200 niños adscritos y hay casi un 8% que supera los 1.200. Sin embargo, uno de cada cuatro se queda por debajo de las 700 tarjetas sanitarias y el 13,6% no llega ni al medio millar. Así, se da la circunstancia de que hay 46 pediatras que atienden menos de la mitad de menores que otros 26. Suelen coincidir en áreas rurales.
La sociedad de pediatras gallegos apuesta por reordenar a los que tengan menos de 600 tarjetas para poder sacar mayor rendimiento a los recursos existentes. La centralización propuesta afectaría a algo más de medio centenar de pediatras, ocho de ellos en el área sanitaria de Vigo.
"O se hace un cambio en el modelo o se va a extender lo que ya está pasando, que los médicos de familia asuman la atención pediátrica", explica el doctor Fernández Lorenzo. Apunta que una de cada diez plazas de pediatra en Galicia ya está ocupada por un facultativo de adultos, según datos de 2012. Y eso que es de las comunidades en mejor situación. En Baleares, Madrid, Castilla la Mancha Murcia y Valencia alcanzan el 40%. Datos más actualizados, de octubre de 2016, señalan que esto sucede en, al menos, una de cada cuatro consultas a nivel nacional. De ahí que Sopega advierta de que la existencia de pediatras en centros de salud "está en peligro".
Hay países, como Gran Bretaña, en los que la atención a niños en Primaria está en manos de médicos de familia y "la mortalidad infantil es más alta". El doctor Fernández Lorenzo destaca que está comprobado que los pediatras derivan menos, hospitalizan menos, llevan un mejor control de las patologías crónicas, usan menos fármacos innecesarios, necesitan menos pruebas complementarias y permiten más diagnósticos precoces. Además, según el Banco Mundial, sin especialistas en menores "se gasta mucho más dinero". No porque los facultativos de comunitaria no pongan buena voluntad, sino simplemente porque tienen menos formación en niños: solo tres meses frente a los cuatro años del pediatra.
Enfermeras especialistas
Otra de las medidas que reclama Sopega es la promoción de la presencia de la enfermedad especializada en Pediatría tanto en centros de salud como en hospitales. Entiende que en unidades de críticos debería ser "requisito indispensable". Hoy, Galicia las forma durante dos años, pero luego no las incorpora al no darles preferencia en la contratación en estas áreas. Los pediatras defienden que, al sumarlas a Primaria, podrían descargar en ellas ciertas funciones y "estar más centrados en patología crónica y compleja".
El presidente de Sopega destaca que "otro gran problema es que los pediatras prefieren estar en los hospitales". Por ello, el colectivo que representa aboga por hacer más atractivas las plazas en centros de salud. ¿Cómo? Pagándoles más cuando se suben sus cupos porque no se sustituye a un compañero, al igual que se hace con los médicos de familia que asumen niños; aliviar las cargas excesivas; ofertarles contratos no inferiores a un año -lo que también redunda en una mejor atención a los pacientes al favorecer seguimientos-; fomentar su prestigio; o integrarlos en la investigación y en el mundo académico. También apuestan por incentivar de manera económica y curricular la cobertura de plazas que nadie quiere.
La sociedad ya ha planteado todas estas cuestiones ante la Consellería de Sanidade, con la que lleva trabajando alrededor de un año en la búsqueda de soluciones.
José ramón fernández - Presidente de la Sociedad de pediatría de galicia (Sopega)
"O se hace un cambio en el modelo o los médicos de familia acabarán asumiendo la atención pediátrica"
