La instalación de las rampas mecánicas en el bulevar de Gran Vía obligará al desmontaje de la pieza escultórica Los Rederos, del autor Ramón Conde, como ya adelantó FARO (ediciones del 26/12/2016 y 27/12/2016). El mecanismo que permitirá a los vecinos subir la calle ocupará, según los informes técnicos, desde el arranque de la Gran Vía, por lo que se hace necesario reubicar el monumento.
Aunque la decisión no está todavía tomada, el Concello baraja en estos momentos dos principales emplazamientos. El primero, y el que en principio contaría con más opciones, es en la rotonda de García Barbón, situada en una intersección que conecta con la calle Isaac Peral, el acceso a la autopista y a la calle Areal. En estos momentos dicha rotonda está presidida por una escultura de José García Barbón. Si Los Rederos acabasen allí, la pieza en homenaje al filántropo ourensano podría ser trasladada al parque María Xosé Queizán, a escasos metros.
Este tramo de García Barbón está pendiente de una humanización y con toda probabilidad se aprovecharía la reforma de la calle para acometer la instalación de la pieza de Conde junto a una fuente y luces.
La segunda opción que se estudia desde el Concello es la ubicación de la pieza en la rotonda de La Paellera, en Areal, que organiza el tráfico entre las calles Pontevedra y el acceso a Beiramar por el túnel, al lado del recinto portuario, una alternativa técnicamente más compleja y cara, según fuentes municipales.
El gobierno local valora que lo que hoy es una gran calle abierta al tráfico fue precisamente en su día una formidable playa en la que convivían bañistas y pescadores, rederos entre ellos. Tendría en este sentido, un contexto histórico más adecuado. La pieza también estaría rodeada de agua y de un sistema lumínico para hacerla resaltar. El alcalde ya se comprometió hace un año a trasladarla a "un lugar noble".
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