El gobierno vigués se compromete a buscar "una ubicación noble y acorde a la importancia de la pieza" para la escultura de Los Rederos de Gran Vía. La transformación de la avenida con la construcción de rampas mecanizadas por el medio del bulevar obliga a buscar un nuevo emplazamiento para los robustos pescadores de bronce de Ramón Conde. El conjunto pesa más de cuatro toneladas y mide 8,5 metros. La propia escultura tiene inclinación para adaptarse a la pendiente de la avenida. Reubicarla será un desafío y desde el Concello comprometen el "máximo respeto" para una obra que entienden "muy querida por Vigo".

Su pedestal coincide con la entrada a las cintas transportadoras que subirán Gran Vía y de ahí que sea necesario retirarla casi con toda probabilidad. Tanto el alcalde como el arquitecto de la reforma entienden que puede ser "una oportunidad" incluso para mejorar su ubicación y que los vigueses puedan acercarse más a ella en otro espacio público.