El viaje prometía ser una experiencia inolvidable y así ha sido, aunque por otros motivos bien diferentes. Diecisiete alumnos de cuarto de ESO del colegio Alborada y dos profesores que los acompañaban se pasaron el último día y medio tirados en el aeropuerto romano de Fiumicino. La compañía portuguesa TAP, con la que habían contratado el vuelo, canceló durante dos días el enlace previsto con Oporto y sin dar más explicaciones dejó al grupo de alumnos sin posibilidad de regresar a Vigo. Lo que en un primer momento parecía un contratiempo hasta casi divertido, una experiencia más que acumular en las mochilas de este grupo de chicos de 15 y 16 años, con el paso de las horas se tornó en una pesadilla.

Sólo la intervención diligente de la agencia de viajes les permitió llegar esta pasada madrugada a Vigo, eso sí, después de dividirse el grupo en dos, volar hasta la terminal de Barajas en diferentes compañías -Iberia y Air Europa- y distintas horas, y, por último, tomar un autobús en Madrid para recorrer los últimos 600 kilómetros de esta odisea vacacional por carretera.

En realidad, la estancia de casi una semana en la Ciudad Eterna ya empezó mal desde el primer minuto. "Nuestro vuelo entre Oporto y Roma se canceló y tuvimos que esperar la compañía TAP nos incluyese en otro que salió horas más tarde. Entonces pensamos que ahí se acabarían los problemas, pero no habían hecho más que empezar", relataba ayer María Gómez, una de los dos profesores que acompañaba al grupo, desde el aeropuerto de Roma, mientras aún esperaba por el embarque.

Tras seis días recorriendo y disfrutando de los encantos de Roma, incluida una excursión de un día a Pompeya, los estudiantes del Alborada se dirigieron el viernes por la mañana al aeropuerto de Fiumicino para tomar el vuelo que les llevaría hasta Oporto. Su sorpresa fue cuando vieron en las pantallas que la conexión estaba cancelada. Los profesores entonces trataron de averiguar qué estaba pasando, pero se encontraron con un muro de desinformación e incomunicación de la aerolínea portuguesa. Sin ninguna oficina en la terminal italiana, tampoco respondían a las llamadas telefónicas que se realizaban. Finalmente lograron que se les informase que su vuelo del viernes saldría ayer. Sin embargo, en ningún momento les facilitó alojamiento para pasar la noche del viernes. Tuvo que ser la agencia de viajes quien se encargase de pagar la noche en el hotel.

Sin ninguna información

La sorpresa se convirtió en indignación cuando ayer comprueban de nuevo que el supuesto vuelo de TAP que les debía trasladar también estaba cancelado. A partir de ese momento se encendieron las alarmas. Pero nuevamente la aerolínea portuguesa no contestó a ninguna de las llamadas, tanto de los profesores como de los padres que desde Vigo intentaban infructuosamente buscar una salida a una situación "impresentable". "Nos dejaron literalmente tirados; se desentendieron totalmente", resume la profesora Gómez-. "Desde el principio le echaron la culpa al Gobierno italiano y al Ayuntamiento de Roma, y se olvidaron de nosotros", censura

"Como TAP no contestaba, nuestra agencia nos consiguió recolocar en dos vuelos diferentes pero ya vía Madrid. Un grupo de siete chicos salió hace un rato [por ayer] con un profesor, mientras nosotros tendremos que esperar aún unas horas para coger el segundo vuelo. Ellos nos tendrán que esperar en Barajas y entonces cogeremos un autobús hacia Vigo, así que no creo que lleguemos ahí hasta las cinco o seis de la mañana del domingo, cuando en realidad teníamos que haber estado en Vigo el viernes a primera hora de la tarde", relata la docente quien, con humor, confesaba: "La verdad es que el viaje va a ser inolvidable para todos".