Faro de Vigo

Faro de Vigo

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

El tesoro invisible de la bahía viguesa

El tesoro invisible de la Ría

El arqueólogo vigués Ramón Patiño Gómez actualiza el primer catálogo de naufragios antiguos

La actualización del único catálogo de yacimientos submarinos en las costas gallegas escrito hasta la fecha, obra del arqueólogo vigués Ramón Patiño Gómez, reafirma la riqueza de un importante patrimonio que yace tan sumergido como olvidado por las administraciones. Con respecto a aquella primera publicación que vio la luz en 2002, esta nueva entrega que acaba de salir de la imprenta con el título Naufragios en las Costas Gallegas (Desde la edad de Bronce hasta la Guerra de la Independencia) amplía hasta 55 el número de barcos cuyos restos permanecen ocultos en la bahía olívica -el doble de los contabilizados hace trece años- y a 308 los situados entre A Guarda y Ribadeo. Esta investigación se centra en embarcaciones de la época romana y hasta principios del XIX. Siglos de intensa actividad comercial y bélica, como demuestra la batalla de Rande, en la que este experto abundó en su anterior libro para desmontar algunos mitos como el de la supuesta riqueza del mal llamado Santo Cristo de Maracaibo cuando se hundió en Cíes en 1702. Esta revisión del catálogo de Patiño, considerado el padre de la arqueología subacuática en Galicia, constituye un alegato en defensa de lo que albergan estos fondos y de lo que se sabe que existe pero sigue sin investigarse.

Aquella primera catalogación se basaba en los datos obtenidos hasta el año 2002 por el trabajo documental y de campo desarrollado varias décadas antes, cuando Patiño fue designado para dirigir la sección de arqueología subacuática en el Museo Provincial de Pontevedra. Años volcados en el cotejo de referencias en los archivos y de frenéticas inmersiones para comprobar en el lecho marino lo que solo aparecía en los textos antiguos. En este primer inventario, que contó con la entregada colaboración de buceadores de Montañeros Celtas y del Real Club Náutico de Vigo, además de recoger el fichero elaborado por la Sección de Actividades Subacuáticas del Grupo García Alén de Vigo, se incluyeron las informaciones de la parte norte de Galicia compiladas por Rafael Mejuto, delegado de arqueología de la Federación Gallega de Actividades Subacuáticas (Fegas). El catálogo actualizado incorpora toda esa amalgama de fechas, posiciones, materiales, objetos; corrige algunos errores de identidad y situación de barcos, y aumenta el número de localizaciones gracias a la existencia de métodos de investigación que permiten la consulta de archivos oficiales de Francia, Inglaterra y España sin necesidad de desplazarse a estos países.

Sobraría subrayarlo en una publicación de estas características, sin embargo, el arqueólogo e historiador, miembro del Instituto de Estudios Vigueses, nunca desaprovecha la oportunidad: "Todo lo que escribo lo documento". Con igual contundencia asegura que en la Ría de Vigo, desde Cabo Silleiro a Rande y hasta Cabo Home, hay una veintena de naufragios de barcos construidos en las citadas épocas "plenamente identificados". Todos estos figuran en su libro y no solo enumerados. Sobre cada uno indica sus características o las circunstancias de su hundimiento; también los objetos recuperados y hasta dónde se encuentran ahora, como en el Museo de Castrelos o en el Provincial de Pontevedra. "De otros diez barcos hay datos documentales que los sitúan en la ría pero no se sabe dónde exactamente", añade el investigador.

Haz click para ampliar el gráfico

Anillos de oro, monedas de plata, pistolas con motivos grabados en bronce; espadas, cerámicas, pipas, cañones, balas... Utensilios que hablan por sí solos de las mercancías que tanto atraían a estas aguas a famosos piratas como Drake, corsarios de la talla de Gago de Mendoza o del poderío armamentístico de la flota del comandante Velasco que acabaría diezmada en la batalla de Rande a principios del siglo XVI.

A los vestigios de la famosa contienda naval entablada en el entorno de la isla de San Simón, Ramón Patiño dedica una mención especial con un capítulo dedicado a ése y otros naufragios como el del Nuestra Señora de los Remedios -como así identifica al que de forma errónea se conoce como el Santo Cristo de Maracaibo-, el Hermine y el Stag en Cangas o el Jupiter en Cíes. Sobre los pecios registrados en Rande, el experto prueba la identificación de 19 galeones. Respecto a la existencia de otros seis precisa, al igual que ocurre con otros muchos pecios antiguos catalogados en su libro, que si bien hay referencias textuales que los sitúan en estas aguas no se halló ningún rastro de ellos.

Cuando el viento decidía las rutas y todas tocaban Vigo

  • Investigar los naufragios ocurridos en las costas de Galicia más allá de las épocas que abarca la última investigación de Ramón Patiño supondría al menos otra década de estudio pese a las técnicas y medios más avanzados que existen en la actualidad. El arqueólogo vigués sospecha que sería igual de relevante en cuanto al número en lo que concierne a Vigo. En su opinión, la presencia de ese medio centenar de pecios de madera catalogados en su libro es la consecuencia de la estratégica posición geográfica de la bahía olívica. "Entonces, como ahora, por fuera de Cíes pasaba una auténtica autopista, uno de los pasillos de tráfico de mayor concentración de Europa", enfatiza. En la navegación a vela mandaban las condiciones meteorológicas. Así que todo barco se refugiaba aquí de los temporal, o cuando más tarde pudieron abordar singladuras oceánicas, como los galeones, debían pasar por Cíes para que los vientos los empujasen rumbo sur hasta las Américas.

Compartir el artículo

stats