La flota musulmana enviada por Muhamad I a conquistar las costas gallegas en el 899 fue la primera víctima documentada de la bravura de sus frías aguas y traicioneros rompientes. Las naves comandadas por el emir Gen Ganim inician el catálogo de naufragios acaecidos en el ámbito del actual Parque Nacional Marítimo-Terrestre Illas Atlánticas que ha realizado Miguel San Claudio y al que este periódico ha tenido acceso.

El documento incluye 32 siniestros registrados desde el siglo IX hasta el 15 de septiembre de 1993, cuando el pesquero Nuevo Torre de Likona se hundió en punta Figueiriño, al sudeste de la isla de Sálvora, cerrando, hasta el momento, esta memoria de infortuna.

El autor refiere la posibilidad de que un navío turco se perdiese en Ons en 1634 y dedica varias páginas al pecio cuya leyenda ha atraído desde hace décadas a nuestra ría a codiciosos buscadores de tesoros: el Santo Cristo de Maracaibo, caído en desgracia cerca de las Cíes durante la Batalla de Rande en 1702.

El arqueólogo submarino Miguel San Claudio también revela las dudas que existen hoy sobre el auténtico nombre del galeón y su verdadera carga. Refiere la hipótesis según la cual parte del tesoro habría sido puesto a salvo antes de que los británicos pusiesen sus manos sobre él y que éstos mintieron sobre la cuantía real para no tener que justificarse por tan escaso botín.

Junto con el naufragio del Santo Cristo, el experto destaca por la "riqueza patrimonial" que depositó en nuestros fondos la tragedia de la flota de la Armada que se dirigía en 1719 hacia Escocia. Huyendo de una tormenta, los buques que la integraban se hundieron o chocaron contra las rocas a lo largo de la costa gallega. Es posible que alguno de ellos se encuentre en los fondos del parque.

A lo largo del XVIII y el XIX, las aguas que hoy conforman Illas Atlánticas fueron testigos de enfrentamientos entre buques corsarios y ataques de la Armada británica. Algunos restos de aquellos hundimientos ya han visto la luz, como cañones de hierro, munición o porcelana.

Las dos guerras mundiales fueron el trasfondo de varios siniestros en las rías de Vigo y Pontevedra. En 1917, el vapor francés Asturianne naufragó cerca de las Cíes huyendo de un submarino alemán, mientras que el patrullero francés Barsac se hundía en Ons en el año 1940 junto a dieciocho tripulantes.

Los habitantes de las islas han dado muestras de solidaridad y valentía como las tres jóvenes de Sálvora que en 1921 rescataron a 48 pasajeros del vapor Santa Isabel.

Hasta un viejo submarino han encallado en aguas del parque, que también se cobraron la vida de decenas de marineros de la zona. Uno de los últimos sucesos catalogados es el del Polycommander, que vertió 15.000 toneladas de crudo en la Ría. Después, llegaría otra marea negra, la del Prestige, pero eso ya es otra historia.