El gobierno local prescindirá de los cuidadores de barrio del Casco Vello y no renovará la ayuda municipal a la cooperativa que desde octubre del pasado año gestionaba este servicio. La decisión obliga además a buscar una nueva fórmula de gestión para las bicicletas eléctricas adquiridas el pasado marzo y que están sin estrenar porque su alquiler y recogida diaria se planeó dando por segura la continuidad del servicio.

"Los cuidadores no entran dentro de nuestro planteamiento para el barrio y creemos que parte de su trabajo se puede suplir con un refuerzo de los servicios de limpieza y una mayor vigilancia policial. Pero el Casco Vello seguirá atendido", sostienen fuentes municipales respecto al que fue uno de los proyectos más populares del teniente de alcalde y socio de gobierno de Abel Caballero, Santiago Domínguez.

El servicio nació en 2008 como impulso a la recuperación integral de la zona vieja y con un amplio abanico de funciones que incluían desde la información a turistas a la realización de recados para los vecinos más mayores, además de denunciar desperfectos en el mobiliario. Sufrió dos interrupciones por problemas de financiación por parte del Concello y del Consorcio Casco Vello y, finalmente, en octubre de 2010 cuatro trabajadoras constituyeron una cooperativa para explotarlo. El 31 de mayo cesaron su actividad al expirar la ayuda municipal de 60.000 euros mientras aguardaban la renovación de la Corporación y la posible continuidad del BNG en el gobierno.

Ahora el Concello confirma su desvinculación del proyecto y analiza un sistema alternativo para gestionar las ocho bicicletas eléctricas que permanecen almacenadas en el parking de Policarpo Sanz. Asegura que hay concesionarias de aparcamientos interesadas en comprarlas y recuperar el proyecto de alquiler a turistas y vecinos.