El Concello considera que la concesión administrativa para el bar-cafetería "El Mirador" en el parque de O Castro, sobre el monumento a Martin Códax, caducó el pasado mes de marzo y ha negado la prórroga solicitada por su titular. Su cierre, previsto para fin de año, se une al del restaurante El Castillo, por lo que en el parque quedará a partir de ese momento sólo una cafetería abierta al público.

El titular de la concesión solicitó la prórroga hasta el mes de noviembre para "poder cumplir satisfactoriamente compromisos adquiridos con antelación, como bodas o comidas colectivas".

Desde el Concello se recuerda que la explotación de la citada cafetería en régimen de concesión administrativa fue aprobada en mayo de 1986 y que según el pliego de condiciones, figura el 10 de marzo del año en curso como "remate del plazo concesional".

En cuanto a la posibilidad de autorizar la prórroga solicitada, desde el Concello se señala que es jurídicamente inviable pues "las cláusulas del condicionado establecen que el cumplimiento de los plazos da lugar a la extinción del contrato, no siendo admisible una prórroga no prevista en el pliego".

Por otra parte se señala que "carece de relevancia justificativa la causa alegada de compromisos previos, al derivar de un acto voluntario y previsible de la propia concesionaria que, desde el momento de la notificación del acuerdo, ya tenía pleno conocimiento de la fecha de vencimiento de la concesión".

Su titular tiene intención de mantener abierto el establecimiento hasta que finalice el año "porque se ha pagado el canon del año en curso".

Por otra parte, señala que en el Concello no le dieron ningún tipo de opción ante el vencimiento de la concesión ni le indicaron si tienen intención de sacarla de nuevo a concurso.

El restaurante El Castillo

El posible cierre de esta cafetería se une al del restaurante EL Castillo, abandonado desde principios de 2007, al no renovar el Concello la concesión. Aunque en una primera fase se barajó volver a sacar a concurso la concesión, casi y con el cambio de gobierno se fueron sucediendo varias alternativas, desde su derribo, previsto en el Plan de Reordenación de O Castro para dejar exentas las murallas de la fortaleza, hasta su recuperación integral para dedicarlo a distintas actividades.

También se barajó recurrir al asesoramiento del arquitecto portugués Eduardo Souto de Moura, especialista en la recuperación de fortalezas urbanas.

Entre los muchos usos que se llegaron a plantear para el caserón, actualmente en estado ruinoso, figura su conversión e Escuela de Hostelería o como sede institucional para bodas, en sustitución del Concello y el pazo de Castrelos. La última partió de la concejalía de Patrimonio Histórico, que lo propuso como una posible sede para la exposición permanente de fondos del Museo de Castrelos.