Los incendios se inclinan al sur: el 73% del monte quemado es de Ourense y Pontevedra

De las 185.000 hectáreas calcinadas en la última década, 134.000 pertenecen a las dos provincias sureñas

Cuanto más se avance al norte, más disminuyen los fuegos

Un incendio forestal en el municipio ourensano de Toén.

Un incendio forestal en el municipio ourensano de Toén. / Brais Lorenzo

X. A. Taboada

X. A. Taboada

Se suele decir cuando se registran en verano las grandes olas de incendios forestales que Galicia arde por los cuatro costados. Pero va a resultar que no es así. Lo que se quema, sobre todo, es el sur de la comunidad. Basta una cifra. En la última década las provincias de Ourense y Pontevedra han acumulado casi el 73% de toda la superficie arrasada por las llamas en territorio gallego.

Así lo destaca además la Consellería do Medio Rural en el plan de prevención y extinción de incendios (Pladiga) para este año, presentado ayer en la reunión del Consello Forestal de Galicia. La distribución espacial de los fuegos, tal como se observa en la imagen que acompaña a esta información y que corresponde al periodo 2014-2023, no deja lugar a dudas. “Destaca que afecta especialmente a la parte sur de la comunidad autónoma, mientas que en la parte más al norte la incidencia y la superficie afectada resulta bastante menor en comparación, incluso dando la impresión de una disminución gradual según se mire más al norte”, se cuenta en la memoria del Pladiga.

Los números son tan elocuentes como el mapa de la distribución geográfica de los incendios. En la última década ardieron en Galicia casi 185.000 hectáreas. Pues bien, solo en Ourense se quemaron 102.235 hectáreas, lo que representa nada menos que algo más del 55% de todo el monte arrasado en la comunidad desde el año 2014. Son 20.000 hectáreas más que la suma de la superficie calcinada en las otras tres provincias en la misma década.

Pero si se le añade lo quemado en Pontevedra, con 32.262 hectáreas, resulta que en el sur de la comunidad se superan las 134.000 hectáreas arrasadas por los incendios, que suponen el 72,7% de todo el monte consumido por las llamas.

En la provincia de Lugo el fuego también se ha comportado con virulencia, arrasando con casi 35.000 hectáreas, pero con la particularidad de que la mayor parte de la superficie se concentró también en la parte sureste. Y la de A Coruña es la que menos problemas tiene con las llamas. Las hectáreas quemadas en diez años apenas superan las 15.000, beneficiándose de un clima de temperaturas más suaves y con mayor grado de humedad.

Según el análisis realizado sobre la causalidad y motivaciones tras los incendios, se desprende que el 74,64% fueron intencionados, suponiendo además el 65,7% de toda la superficie afectada. Se desconocen las causas del 6,2% y del resto –negligencias, natural, quemas o reproducción– ninguna supera el 5%. Por provincias, el mayor grado de intencionalidad se produce en Ourense (el 78,2%) y Pontevedra (77,3%).

En consonancia con esta causalidad guarda mucha relación la franja horaria en la que se han producido los 17.651 incendios registrados entre 2014 y 2023. Hay muchos incendios nocturnos, pero a partir de las diez de la mañana comienza a incrementarse la actividad incendiaria, llegando al pico a las cinco de la tarde, con 1.509 focos. “Teniendo en cuenta los datos acumulados, conviene destacar que en el periodo del día que transcurre entre las 14.00 y las 22.00 horas se inicia el 57,8% de todos los incendios registrados (10.193), un porcentaje que no varía mucho con respecto de la anterior década”, se recoge en la memoria del Pladiga.

Como objetivo para 2024 la Consellería do Medio Rural se marca quedar por debajo de las 18.489 hectáreas de monte quemado, que es la media anual de lo arrasado en la última década, y que la cifra de focos no supere los 314.

El Pladiga incorpora nueva maquinaria

El dispositivo de lucha contra incendios forestales de la Xunta contará este año, por primera vez, con seis nuevas máquinas hidrostáticas polivalentes, que pueden realizar tanto labores preventivas como de extinción. Así lo avanzó ayer la conselleira de Medio Rural, María José Gómez, con motivo de su participación en la reunión del Consejo Forestal.

Estos vehículos permiten hacer trabajos preventivos de desbroce (incorporando, de accesorio, un brazo lateral con disco de corte) y de extinción, al disponer de espacio para depósito de agua con lanza y enganches para mangueras y soplador de aire para limpieza de calzadas y zanjas. Otra de las novedades es la creación de hasta 44 nuevos puntos de agua para recargo de medios aéreos y terrestres.

El Pladiga 2024 estará integrado por más de 7.000 personas, contabilizando tanto los profesionales de la Xunta como de otras administraciones.

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