Treinta y una familias gallegas logran una adopción nacional con espera de hasta 8 años

Las solicitudes para prohijar a un niño de Galicia fueron de 122 en un año y los hogares a la espera ascienden a 377

Las demandas duplican a las de adopción internacional

Treinta familias gallegas logran una adopción nacional con espera de hasta 8 años.

Treinta familias gallegas logran una adopción nacional con espera de hasta 8 años. / SHUTTERSTOCK

Elena Ocampo

Elena Ocampo

Treinta y una familias gallegas cumplieron su deseo de ser madres y padres al mismo tiempo que un menor nacido en la comunidad recibía la oportunidad de integrarse en un hogar donde ser cuidado, protegido y, sobre todo, querido. La cifra de las adopciones nacionales –que se refieren a niños nacidos en Galicia– ascendió a 31 menores en 2022, mientras que se promulgaban otros 23 autos de adopción, último peldaño para que esa nueva vida se integre legalmente como hija o hijo de pleno derecho, según la “Estadística de protección de menores 2022”, de la Xunta.

Otra treintena de menores gallegos daban sus primeros pasos en un hogar de “guarda” con fines de adopción, pero aún bajo la tutela de la administración autonómica. De los pequeños gallegos adoptados, más de la mitad se fueron a hogares de A Coruña (14), 9 a Pontevedra, 7 a Ourense y uno a Lugo. Ese año 2022, último del que se disponen datos oficiales cerrados, fueron hasta 122 las familias de Galicia que solicitaron una adopción nacional que –según familias consultadas– es un camino no exento de esperas: se extiende desde los 2 hasta hasta los 8 años de media. Esa treintena de adopciones es una cifra prácticamente idéntica a la del año anterior, según confirman desde la Consellería de Política Social, “pero teniendo en cuenta que la media anual de adopciones nacionales en lo que va de siglo en Galicia es de 57”. Pero el número de peticiones es más abultada. Una especie de lista de espera en ese año registraba 377 hogares ya aguardando por una adopción nacional y con el certificado de idoneidad aprobado –un requisito imprescindible en ese periplo– según datos del Ministerio de Derechos Sociales. Galicia consta en ese listado como una de las comunidades con más familias demandantes.

Ahora, que es noticia que el cierre de las fronteras y las restricciones hunden las adopciones internacionales en España, se confirma que Galicia ya lleva años en esa senda. La cifra de peticiones para prohijar un niño gallego duplicó al de padres y madres interesadas en una adopción internacional: estas últimas fueron solo 61 en 2022 –de las que 36 se corresponden con A Coruña, 17 con Pontevedra, 6 Lugo y 2 Ourense–. Del mismo modo que los menores de procedencia internacional con preasignación a familias gallegas fueron solo 17; en su mayoría de Hungría (9), seguidos de Vietnam (7) y Bulgaria (1) en 2022. La Consellería de Política Social confirma que se trata de una cifra similar a la del año anterior: 18.

De las realidades que existen detrás de las cifras habla el coordinador de “Manaia”, Asociación Galega de adopción e acollemento, Antón Mouriz, que encaja el menor número de adopciones internacionales en las medidas más proteccionistas con la infancia y una “mejora de la adopción nacional en países como China”, pero también en Rusia, Colombia o Vietnam. “España fue, porcentualmente a su población, el país que realizó más adopciones de todo el mundo en el periodo entre 2004 y 2006”, explica. Y, en cuanto a las claves actuales, desde Manaia explican que “la mayoría de los menores susceptibles de adopción en los países de origen tienen un perfil para el que hay pocas familias adoptivas: son más mayores, con alguna discapacidad o trastornos de la conducta, o el aprendizaje, o vienen en grupos de hermanos”.

Y ese perfil existe también aquí y entra en las adopciones nacionales “especiales”. Consultados sobre la larga espera de las familias para resolver trámites y acceder a la ansiada adopción, Mouriz explica: “se busca la mejor familia para cada niño y no al revés. A veces, una familia recién llegada puede adoptar antes que una que lleva 5 años”.

Testimonios

FARO recabó testimonios de gallegos que en los últimos años optaron por el sistema de protección a la infancia que representa la adopción, aspecto que enfatiza la Xunta. Salvador Lamas y su mujer, residentes en Pontevedra, comenzaron hace 14 años y, debido a la dificultad de acceder a la adopción de un bebé –entre otras cuestiones, por su edad–, optaron a nacionales de mayor edad o adopciones especiales. Su caso, aunque excepcional, es reseñable. “Al cabo de un año nos llegó el certificado de idoneidad y nos explicaron que podíamos ser llamados en cualquier momento... pero, tras ponernos en contacto con una asociación, pasaron seis años y no llamaron, así que solicitamos tener una reunión en la Xunta”, explican. En ese momento, se percataron de que su documentación no aparecía. “El expediente no estaba... así que, ¡volver a empezar!”, comenta Salvador. Por suerte, en 2020 una niña de 12 años con necesidad de protección llegaba a sus vidas, no sin antes algún otro atranco infructuoso. Primero, fue acogida con el propósito de adopción y ahora, ya oficialmente su hija, después de un pasado en el que –tanto su hermana como ella– dejan atrás una familia quebrada por la droga.

Unos seis años tuvo que esperar también Raquel Veiga y su pareja por su hijo, que llegó de Colombia a Ourense tras la gestión a través de una ECAI –entidad acreditada– ubicada en Vigo y cuyos gastos de gestión no superaron los 3.000 euros en 2014. Ahora mismo este trámite –en los países disponibles– supera los 15.000 euros. “Nos entregaron a Alberto con 5 años, pero la espera se dilató porque justamente en Colombia decidieron priorizar las adopciones familiares, con una consanguinidad de hasta 5ª línea”, expresa. Lejos de lo que habían pensado entonces, cuando las adopciones nacionales en Galicia tenían una espera mayor.

“El perfil de niños y niñas adoptables que existe hoy en Galicia no es el de bebés, sino otro”, aseguran desde asociaciones consultadas, en relación a programas de “adopción especial” y a niños y niñas con diversidad funcional o discapacidad. En 2022 solo se entregaron 9 bebés en adopción al nacer en Galicia.

Xunta: “De China y Etiopía llegaron a salir cien niños al año a Galicia”

La Consellería de Política Social también apunta a la caída de la adopción internacional “de forma muy fuerte en toda España y también en Galicia” por una causa fundamental: “la negativa algunos países de origen a que salgan de su territorio niños a otros países más desarrollados, como sí sucedía hace unas décadas”. “Los ejemplos más evidentes son China y Etiopía, países de los que llegaron a salir en adopción más de 100 niños cada año solo a Galicia. Y el último año no se produjo ninguna preasignación hacia Galicia, ni un un relevo de estos países por otros de origen”, explican.

“La realidad es que a día de hoy en la práctica totalidad de países solo hacen adopciones de carácter especial, que tiene unas características que hacen más complejo encontrar una familia adoptiva”, explican.

“Desde la Xunta obviamente respetamos la decisión de cada país y consideramos que es positivo que puedan hacerse cargo de los niños que quedan en situación de desamparo, sin necesidad de recurrir a la adopción internacional”, valoran. También, que la mejora de los sistemas internos de protección de la infancia, “solo redunda en el bienestar del niño o adolescente”. “En Galicia, después de una bajada muy fuerte de las adopciones internacionales respecto al boom del período 2003-2012, con más de 250, en la actualidad esta cifra está estabilizada”.

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