El alumnado gallego pierde 1,13 puntos en el camino del Bachillerato a la selectividad

Galicia es la cuarta comunidad donde la brecha entre la nota de la ABAU y la del instituto es mayor, casi 2 décimas más que la media

Un examen de la ABAU.

Un examen de la ABAU. / Gustavo Santos

Carmen Villar

Carmen Villar

Cuando entran en el examen de selectividad, lo hacen con un “notable” bajo el brazo. Cuando salen, y eso entre los que logran el apto en la parte obligatoria, lo hacen con un “bien” un impacto que luego suavizará el mayor peso que se le da al expediente de Bachillerato en la nota de acceso. La calificación media con la que los gallegos finalizan su periplo en el instituto se resiente con su desempeño en la ABAU (Avaliación de Bacharelato para o Acceso á Universidade). El examen en sí se salda con 1,13 puntos menos de media y además los gallegos son los cuartos de España donde se registra una mayor bajada en relación al resultado de Bachillerato.

Los datos recopilados por el Ministerio de Universidades relativos a la ABAU del pasado año (2023) muestran que el alumnado que compite por alguna de las vacantes en el sistema universitario gallego sale del instituto con un 7,68 de calificación media (una décima menos que un curso atrás) y, en cambio, obtiene un 6,55 en la parte obligatoria de la selectividad. Aunque el expediente de los preuniversitarios gallegos en su periplo no superior tampoco destaca entre los mejores del país, porque su esfuerzo les situaría en el undécimo lugar de las 17 comunidades, los resultados de la ABAU los relegan a la cola del Estado, con la excepción de Baleares, una posición en la que permanecen empatados en los últimos años.

La diferencia, esos 1,13 puntos que separan la media del instituto y la media de la fase general de la prueba de acceso a la universidad, es, además, la cuarta más elevada de todo el Estado, solo superada por Canarias, cuyos estudiantes sacan 1,45 puntos con respecto al expediente de Bachillerato; Andalucía (1,27) y Baleares (1,20). El retroceso es generalizado en el test, pero si se analiza el conjunto autonómico no llega al punto (0,95) y en Cantabria se reduce a un tercio.

El peso del expediente

Con todo, el dato experimenta una mejora en comparación con el de la selectividad de 2022, cuando la discrepancia entre la evaluación del instituto y la que constataba la prueba llegaba a 1,38 puntos, la mayor brecha en el período al que permite remontarse el Gobierno en ese indicador, 2015. Aun así, hay que tener en cuenta que el expediente del instituto pesa un 60% a la hora de calcular la nota de acceso. De hecho, la nota media de acceso a la universidad, en la que conjugan conforme a esa regla ambos parámetros, fue en Galicia en 2023 de un 7,30, cuatro décimas menos que la del instituto. En ese indicador, y con ese resultado, el alumnado gallego se sitúa en una posición –cuarta por la cola– peor que la que le otorga su desempeño en el instituto, pero mejor que aquella en la que se plantaría de contarse únicamente la ABAU.

Además, no solo existe la fase general. Los jóvenes tienen margen para elevar sus calificaciones con las materias optativas, sin las que les resultaría imposible acceder a titulaciones que exigen más de un diez y que rondan el medio centenar en Galicia.

Entre las chicas, esa resta entre lo que sacan en Bachillerato y lo que rinden en el examen en la selectividad es mayor que entre sus compañeros varones: 1,21 puntos frente a 1,01, si bien son ellas las que consiguen una mayor nota tanto en el instituto (7,86 frente a 7,44) como en la prueba de acceso (6,65 frente a 6,43).

Las nuevas reglas del examen para este año

La Consellería de Educación lleva tiempo reclamando una mayor homologación del examen en cuanto a dificultades y criterios de corrección, incluso una misma prueba, porque alega que cualquier estudiante de España puede acceder a la facultad de cualquier lugar. Hace una semana el Gobierno presentaba una propuesta de reforma de la ABAU para aplicar a partir de 2025 que, a juicio de la Administración gallega, “perpetúa la desigualdad entre los estudiantes”, ya que, sostiene, “pueden acceder a la misma facultad presentándose a exámenes con diferentes grados de dificultad”.

En tanto el nuevo examen no llega, la ABAU de este año solo incluye “pequeños cambios”, como indica el Ministerio de Educación al resumir en un documento las “preguntas frecuentes” sobre el test. Lo básico, recuerda, es que el número de exámenes será el mismo que ahora (cinco en las comunidades en que, como en Galicia, hay lengua cooficial), habrá que elegir entre Historia de España o Historia de la Filosofía, los exámenes durarán 90 minutos con 30 minutos de descanso mínimo entre exámenes y solo habrá una propuesta de examen con preguntas a elegir.

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