Galicia registra uno de cada cuatro decesos asociados a la baja temperatura en España

Desde finales de noviembre, el sistema MoMo estima 255 fallecidos en la comunidad | Es la autonomía que concentra las cifras más elevadas, seguida de Castilla y León

Una máquina quitanieves limpieza la calzada este mismo mes en Pedrafita do Cebreiro.   | // EFE / ELISEO TRIGO

Una máquina quitanieves limpieza la calzada este mismo mes en Pedrafita do Cebreiro. | // EFE / ELISEO TRIGO / C. Villar

Carmen Villar

Carmen Villar

La primavera astronómica asoma ya en el horizonte del calendario, pero el mes de marzo empezaba en Galicia con frente frío y nevadas en cotas bajas y febrero ya había traído consigo masas de aire gélido procedentes de Groenlandia. Lo que para algunos colectivos, como los aficionados al esquí que acuden a Manzaneda, puede ser motivo de celebración, tiene una cara B lúgubre: una de cada cinco familias gallegas no puede mantener su vivienda a la temperatura adecuada, y eso implica que pasan calor en verano y frío en invierno. El Ministerio de Sanidad cuenta con un plan nacional de actuaciones preventivas ante las bajas temperaturas porque el frío tiene efectos sobre la salud y, de hecho, España dispone de un sistema que realiza el seguimiento la mortalidad achacable a este factor que revela que Galicia, con un elevado porcentaje de población mayor y con patologías crónicas, concentra uno de cada cuatro decesos producidos en el Estado.

El sistema en cuestión es el MoMo, que el Gobierno utiliza para monitorizar la mortalidad diaria por todas las causas, también debido al exceso de la temperatura o al hecho de que estas se queden cortas. En otoño e invierno las estimaciones de decesos suelen vincularse al defecto en la temperatura, es decir, al frío y, en concreto, como atribuibles al frío el MoMo da cuenta de un total de 255 fallecimientos en Galicia entre el 25 de noviembre y el 10 de marzo.

La comunidad con más fallecimientos

Los decesos atribuibles al frío en la comunidad durante ese intervalo de tiempo suponen una cuarta parte de todos los asociados a ese factor en todo el Estado, donde la contabilidad en ese indicador asciende a un total de 974 personas. Además, Galicia sería la autonomía que lideraría esos fallecimientos. Tras Galicia, donde se estiman en 255 los fallecidos, irían Castilla y León, con 169; Andalucía, con 137; La Rioja, con 102; Cantabria, con 93; Aragón, con 75; Castilla-La Mancha, con 51; Asturias, con 35; Cataluña, con 29; Extremadura, con 23; Navarra, con 3, y Comunidad Valenciana y País Vasco, con un fallecido cada una, respectivamente. Según el MoMo, no se registrarían decesos asociados a esta causa en Baleares, Canarias, Madrid y Murcia.

Según advierten tanto el Sergas como el Ministerio de Sanidad, la exposición a bajas temperaturas se asocia con la “intensificación de enfermedades” en la población vulnerable a medio y largo plazo, junto con la “acción oportunista de los agentes infecciosos”. Las autoridades alegan que las bajas temperaturas “debilitan la respuesta defensiva del organismo” y parte del origen del exceso de morbimortalidad asociado al frío, señalan, “es de naturaleza infecciosa, principalmente por agentes como el virus de la gripe o el neumococo”. Este invierno, por ejemplo, las complicaciones de la gripe en Galicia provocaron hasta el pasado día 9 de marzo, según datos de la Consellería de Sanidade, 3.817 ingresos y 244 muertes hasta el 18 de febrero, de las que 88 fueron por causa directa de la enfermedad.

Hay colectivos más vulnerables que otros, recuerda la Xunta. En el caso del frío, las estimaciones de muertes no hacen distinción por sexos: de los 255 fallecidos, 129 serían mujeres y 126, hombres. Sí, en cambio, influyen las edades: los mayores de 85 años son más vulnerables.

El año pasado la situación fue mucho más crítica: el MoMo contabiliza 824 muertes atribuibles al defecto de temperatura en el mismo período analizado solo en Galicia y 2.092 en el conjunto de España.

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