Galicia figura entre las autonomías que menos explota la recaudación por tributos propios

Los ingresos apenas suponen 1,4% del total | El pago del IRPF en las rentas medias está 240 euros por debajo de Cataluña

Campaña, el pasado año, de la declaración de la renta.

Campaña, el pasado año, de la declaración de la renta. / Gustavo Santos

X. A. Taboada

X. A. Taboada

Las comunidades tienen potestad para incrementar sus ingresos mediante impuestos propios dentro del sistema tributario autonómico, pero la realidad es que su implantación no sigue un patrón común en España. Es más, es totalmente heterogéneo, con autonomías como Madrid, que ha optado por eliminarlos todos, o Castilla y León, con solo uno en vigor, mientras otras los han ido incrementando a lo largo de los años, como Valencia o, especialmente, Cataluña, que es la comunidad con mayor número de tributos propios (11). A medio camino se encuentra Galicia, con solo seis impuestos, pero resulta que es una de las autonomías con menor recaudación por estos tributos propios. La caja por este concepto apenas supone el 1,4% de los ingresos tributarios totales, cuando la media nacional se sitúa en el 2,2%.

Esta disparidad se extiende al marco jurídico-impositivo que rige en el conjunto de España, con sensibles diferencias en lo que toca al bolsillo del contribuyente en función del territorio en el que viva, según las conclusiones del Panorama de la Fiscalidad Autonómica y Foral 2024 elaborado por el Registro de Economistas Asesores Fiscales (Reaf).

Los ingresos de la Xunta por los impuestos propios ascendieron en 2022 a 88 millones de euros, lo que apenas llega al 1,4% de los 6.145 millones de la recaudación tributaria total. La Comunidad de Madrid ha apostado directamente por eliminar los tributos autonómicos y territorios como Castilla-La Mancha, Valencia o Extremadura, aprobaron algunos nuevos, pero antes de que entrasen en vigor ya los derogaron.

Quinta más baja

El caso es que hay otras tres autonomías, además de Madrid, con una explotación aún menor que Galicia de los impuestos propios: son Andalucía (en la que los ingresos suponen el 0,8% del total), Castilla-La Mancha (0,3%) y Castilla y León (1,2%). A la cabeza se encuentran Canarias (13,2%), Baleares (5,5%) y Extremadura (5,4).

“En total los impuestos propios representan solo el 2,2% de los ingresos tributarios, por lo que siguen siendo una escasa fuente de financiación para las autonomías”, se recoge en el informe, en el que no se dice nada de la guerra que mantienen las comunidades para bajar los impuestos propios mientras reclaman más financiación al Estado.

El impuesto estrella

El contraste entre territorios también se traslada al tributo estrella de la recaudación, el IRPF. Por ejemplo, un trabajador con unos ingresos brutos anuales de 30.000 euros pagará menos por el impuesto de la renta si es residente en el País Vasco (4.547 euros), y más si tiene su domicilio fiscal en Cataluña, donde abonará 5.039. La diferencia es, por tanto de 492 euros. Si se compara con Galicia, el abono sería de 4.797 euros, lo que supone 242 euros menos que un catalán.

En cambio, si sus ingresos superan los 160.000 euros brutos anuales, pagará menos a Hacienda por este impuesto si vive en Madrid (56.681 euros), y más si está afincado en la Comunidad Valenciana, 63.785, una diferencia de más de 7.100 euros, el 12,53%, que superará los 46.000 euros (el 18,36%) para un contribuyente que gane 600.000 euros. Galicia vuelve, en este supuesto, a estar en la parte media de la tabla. Con unos ingresos de 160.000 euros pagaría un factura del IRPF de 59.132 euros, lo que supone 2.450 más que en Madrid, pero 4.653 menos que en Valencia.

En el caso de un trabajador –los tres ejemplos están calculados para un contribuyente que obtiene únicamente rentas del trabajo, soltero, menor de 65 años y sin hijos– con ingresos de 20.000 euros brutos anuales, pagará lo mismo en toda España, 1.772 euros, excepto en País Vasco, que serán 2.000 euros, y Navarra, donde alcanzará los 2.040.

Sucesión

En los impuestos de Patrimonio, Galicia se sitúa en la media, pero en el de Sucesiones es la comunidad con el tipo más bajo de España. A modo de ejemplo, un soltero de 30 años que hereda bienes de su padre por un valor de 800.000 euros, de los que 200.000 corresponden a la vivienda, no pagará nada en Andalucía, Baleares, Cantabria y Galicia.

En el otro extremo, la cuota más alta es la de Asturias, con 103.135 euros, muy por encima de las tres siguientes: Aragón (55.466 euros), Cataluña (44.570) y Castilla-La Mancha (31.759).

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