El PSOE aprueba su nuevo proyecto sin debate interno

El documento de rearme político, sin medidas novedosas, recoge partes del programa electoral

Juan Ruiz Sierra

El PSOE aprobará hoy su nuevo proyecto político sin que las distintas federaciones y altos cargos del partido hayan podido revisarlo ni mucho menos discutirlo. El documento de 100 páginas no ha sido previamente enviado a los delegados de la convención. Tampoco se ha debatido. A diferencia de otras ocasiones, no ha habido posibilidad de enmiendas, en un claro síntoma del poder de Pedro Sánchez, cuyo discurso clausurará la cumbre, dentro de la organización.

Un líder autonómico del PSOE reconocía ayer que el texto, al que este diario y otros medios tuvieron acceso el pasado jueves, no le había llegado. No había excesiva crítica en sus palabras. Tan solo la constatación de un cambio en la manera de liderar el partido. “Son otros tiempos”, dijo.

Pero esta ausencia de debate se extiende incluso a quienes integran la ejecutiva socialista. Un miembro señaló que pudo tener el documento, llamado “Impulso de país”, tan solo unos minutos antes de que comenzara el pasado viernes la convención.

Si el poder de Sánchez en el partido ya era casi absoluto antes de los comicios autonómicos y locales del pasado 28 de mayo y de los generales del 23 de julio, ahora lo es todavía más. Los socialistas dijeron adiós a gran parte de sus gobiernos en comunidades y municipios después de la primera cita. Fue un auténtico mazazo. Pero la debacle también trajo consigo que desapareciera casi cualquier atisbo de liderazgo crítico con el secretario general.

Solamente quedó en pie el presidente de Castilla-La Mancha, Emiliano García-Page, que se ha manifestado contrario a la amnistía del procés y a la dependencia parlamentaria de ERC y Junts, quien no se ha desplazado hasta A Coruña porque se encuentra de viaje oficial en China.

Sánchez, fiel a su estilo de tomar decisiones audaces, reaccionó a la derrota en los distintos territorios adelantando por sorpresa la convocatoria a las elecciones generales. Contra pronóstico, consiguió primero que la derecha y la ultraderecha fracasaran en su intento de llegar a la Moncloa y después fue reelegido presidente del Gobierno gracias a un heterogéneo bloque de investidura formado por todos los grupos parlamentarios, la mayoría de ellos nacionalistas e independentistas, excepto el PP y Vox.

Ahora, Sánchez ha aprovechado este nuevo salto mortal saldado con éxito para remodelar la ejecutiva del partido (profundizando en la fusión entre Moncloa y Ferraz y prescindiendo también de las escasas voces potencialmente discordantes en la dirección, como Mayte Pérez y Andrea Fernández) y aprobar un documento político que apenas ha sido consultado y que, por otra parte, carece de medidas novedosas.