El riesgo de pobreza se multiplica casi por cuatro en los hogares que viven de alquiler

Las familias con menos recursos sufren en mayor medida el alza de precios de la vivienda | La tasa de hogares con problemas económicos es del 35% en los arrendamientos y del 9% en pisos en propiedad

Una mujer observa los anuncios de pisos en una inmobiliaria de Vigo. |   // MARTA G. BREA

Una mujer observa los anuncios de pisos en una inmobiliaria de Vigo. | // MARTA G. BREA / Daniel Domínguez

Daniel Domínguez

Daniel Domínguez

El encarecimiento de la vivienda está dificultando cada día más que las familias lleguen a fin de mes y las obliga a estirar sus recursos económicos al máximo para hacer frente a ese gasto y al incremento de precios de la cesta de la compra, que, a pesar de haberse moderado, experimentó la mayor crisis desde la Transición. Ese cóctel constituye un muro para que las familias con menos dinero puedan acceder a una vivienda en propiedad y genera que sean los hogares que viven en régimen de alquiler los que mayor riesgo de pobreza registran, casi cuatro veces más que quienes tienen un piso en propiedad, esté este pagado o reste todavía abonar parte de la hipoteca.

La tasa de pobreza alcanzó el 35,16% en las viviendas en arrendamiento en 2022, según la Enquisa estrutural a fogares elaborada por el Instituto Galego de Estatística (IGE), casi tres puntos más que en 2021 (32,2%) y casi la cifra de un 2020 marcado por el impacto de la pandemia de coronavirus, que causó una crisis socioeconómica sin precedentes. Entonces, ese porcentaje alcanzó el 35,84%. Para lograr datos superiores es necesario echar la vista atrás hasta 2013, cuando se llegó al 37,4%, justo en los peores momentos de la crisis financiera mundial causada por el desplome del banco estadounidense de inversión Lehman Brothers.

Frente al 35,16% de tasa de riesgo de pobreza en los hogares en alquiler, el porcentaje es del 9,65% entre quienes viven en viviendas en propiedad, con un 9,4% en el caso de que la hipoteca esté pagada y del 10,3% en el de quienes aún abonan mes a mes este préstamo. En el caso de las viviendas cedidas, alcanza el 24,95%, según el IGE.

Aun así, la mejora del empleo sitúa el peligro de exclusión en el nivel más bajo en 12 años, pues la media en Galicia es del 14,5%, frente al 15,1% de 2021, según el IGE. Hay que llegar a 2010 para alcanzar una cifra más baja. Entonces, se situó en el 14,28%.

Las entidades sociales llevan tiempo alertando de los efectos del encarecimiento de los alquileres, además de las hipotecas, debido al alza de tipos de interés durante todo el año pasado. De hecho, uno de cada diez hogares gallegos ya realiza un “sobreesfuerzo” para pagar este bien, dedicando más del 30% de sus ingresos. A nivel estatal, esa situación afecta al 47% de quienes viven de alquiler.

Y el arrendamiento crece, a pesar de que cada vez cuesta más pagar una renta, que en 2021 era de 450 euros de media en Galicia y ahora es de 511, con Vigo y A Coruña por encima de los 600. Ambas, por cierto, se han unido a otras 13 urbes precisamente para contener esta subida de precios.

Aun así, Galicia ya tiene más hogares que vive bajo esta modalidad que quienes pagan una hipoteca. Los primeros cayeron un 25% en diez años hasta las 169.000 y los segundos aumentaron el 38% y superan los 171.500, según datos de 2022.

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