Transportistas recurren a flota de países del Este para eludir la exigencia del tacógrafo

El sector reclama controles férreos y regular el mercado para que sea “transparente y ordenado”

Control de la Guardia Civil a un camión de reparto con matrícula de Rumanía.

Control de la Guardia Civil a un camión de reparto con matrícula de Rumanía. / FDV

Viajan con el hornillo para preparar la comida, la botella vacía para hacer sus necesidades, el colchón para echar una cabezada, bebidas energéticas para mantenerse despiertos... Son cada vez más los transportistas que cruzan España y parte del extranjero para llevar a destino la mercancía en menos de 24 o 48 horas, sin cumplir los horarios de descanso y sin la preparación que debe tener un repartidor. Lo hacen con pequeños camiones y furgonetas matriculados en países de Europa del Este, la mayoría en Rumanía, Hungría y Bulgaria. Se trata de un fenómeno que comenzó antes de la pandemia, pero que en la actualidad ya se ha extendido por las carreteras de todo el país y se ha convertido en habitual. Desde el sector lo califican como un “fraude legal que genera explotación laboral a esos conductores contratados en sus países de origen y provoca competencia desleal. La patronal del transporte en Galicia (Fegatramer) reclama que se realicen controles exhaustivos sobre los vehículos de entre 2.500 y 3.500 kilos de peso, en especial los matriculados fuera de España, a los que no se les exige tacógrafo. También apremia al Gobierno central a regular el mercado para garantizar que sea “transparente y ordenado”. 

Es habitual ver en las proximidades de los centros logísticos y polígonos de la comunidad a transportistas extranjeros en grupo preparando la comida en sus hornillos o comiendo bocadillos mientras hacen cola a la espera de recibir la mercancía para llevar a destino o que se toman un descanso relámpago tras entregar la paquetería con la que viajaron durante más de 12 horas al volante desde algún punto de Europa. “Se les ha dado carta blanca para no respetar los horarios de trabajo”, denuncian desde el sector.

Transportistas matriculan su flota en países del Este para eludir restricciones

Hornillo para cocinar que lleva el camionero en el remolque. / FDV

La normativa actual exime a los vehículos de menos de 3.500 kilos del uso del tacógrafo, un dispositivo que deja constancia de las horas de conducción y, en consecuencia, revela el cumplimiento o no de las horas de descanso (para los camiones de más de 3.500 kilos de peso se exigen 45 minutos de descanso cada cuatro horas y media, que pueden fraccionarse en uno de 30 minutos y otro de 15). Hasta mayo del año pasado, a los vehículos de entre 2,5 y 3,5 toneladas que realicen transporte internacional no se les exigía licencia comunitaria.

“Todo lo que suponga trabajar en circunstancias que bordean la ilegalidad incide en los costes y los precios. Hay un abuso de las furgonetas”, advierte José Carlos García Cumplido, secretario general de Fegatramer.

Exceso de peso, exceso de horas en carretera y exceso de velocidad en este tipo de vehículos. Son tres preocupaciones del sector que ya han transmitido al Ministerio de Transportes para que tome cartas en el asunto.

La patronal reclama un “mercado transparente y ordenado” y, para lograrlo defiende “controles exhaustivos” y “mercados regulados”. “Se debe desarrollar una actividad con las mismas condiciones para todos”, urge García Cumplido, que da la cifra de más de 80.000 furgonetas matriculadas en Galicia, “pero, si no se exige autorización de transporte, ¿cómo se sabe cuántas se dedican al reparto?”, cuestiona. En concreto, sobre el transporte ligero, demanda la regulación de las subcontrataciones.

Al volante, están conductores extranjeros que trabajan a destajo

De no establecer las mismas exigencias, sostiene la patronal, no solo habrá consecuencias económicas negativas para el sector, distorsionando la competencia, presionando a la baja los precios con estas irregularidades, sino que también afectará a su imagen, fomentará la explotación laboral y afectará a la seguridad en carretera de todos los usuarios.

Con el bum de las compras online, se produjo un repunte de la movilidad por parte de las furgonetas de reparto, aquellas de menos de 2.000 kilos que están exentas no solo de tacógrafos sino también de autorización de transporte y licencia comunitaria. En consecuencia, se produjo un aumento de personas que alquilan este tipo de vehículos, que afrontan una situación de precariedad laboral, ya que trabajan horarios extra largos para poder completar un suelo decente o son penalizados si no entregan a tiempo la mercancía. Esa ausencia de una formación específica, que sí tienen los conductores del transporte pesado (camiones), y la exigencia de llegar a una hora a destino hace que se salten las limitaciones. “Cuántas veces vemos a una furgoneta que nos adelanta, y nos preguntamos, 'pero, ¿a qué velocidad va?, ¿cómo es posible que nos adelante una furgoneta?’”, cuestionan desde Fegatramer.

Exceso de velocidad, cansancio y drogas son las principales causas de los accidentes en los que se ven implicadas furgonetas, un parque móvil en el que se centra esta semana la Agrupación de la Guardia Civil de Tráfico con un operativo especial de vigilancia coincidiendo con la celebración del Black Friday.  En esta campaña de descuentos se esperan más de 4,6 millones de envíos diarios de mercancías en las carreteras españolas, más de 400.000 en Galicia.

Desde el sector del transporte llaman a la ciudadanía a reflexionar sobre los tiempos de entrega. “Hoy todos quieren un transporte rápido, que les permita disponer del producto al día siguiente y además sin costo para él”, apuntan desde la patronal en Galicia. “La DUM (Distribución Urbana de Mercancías) se ha convertido, apunta el presidente de Fegatramer, en un reto difícil de resolver en unas ciudades que crecen [el 80% de la población es urbana y continúa creciendo] y deben reducir la congestión, la contaminación, etc., creando zonas de bajas emisiones”.

“Todos, incluidos los consumidores, debemos de contribuir a disfrutar de un transporte ágil, eficiente, eficaz y sostenible”, concluye Cumplido.

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