Así es un niño gallego saludable a los 12 años: salta 1,5 metros y corre un circuito en 13 segundos

Galicia ya cuenta con valores normativos de referencia tras el estudio Dafis de actividad física

Se hizo con 29.000 alumnos en 215 centros educativos, con 53.000 valoraciones y en una década

Escolares 
practicando 
actividades
 deportivas en la 
calle. |   // V. ECHAVE

Escolares practicando actividades deportivas en la calle. | // V. ECHAVE / elena ocampo

Elena Ocampo

Elena Ocampo

Si su hijo tiene seis años, un peso saludable y buena condición física, su salto con los pies juntos debería superar ligeramente un metro de largo y extenderse hasta 1,53 si ha cumplido los doce. A esa misma edad y si está en forma, la carrera en cuatro desplazamientos de 10 metros que esprinta en el colegio, ida y vuelta, debería estar próxima una marca de 12,8 segundos; que se traducirían en cuatro décimas más, hasta 13,2 segundos, si tuviese una hermana con una buena condición física de esa misma edad. También a los doce años, ejercería una presión con las manos equivalente a unos 40 kilos. Y si quien lee acaba de alcanzar la mayoría de edad y entrena, su fuerza en las manos debería ser suficiente para presionar 88 kilos; 50 si es chica. No solo eso, debería aguantar casi 29 segundos suspendido en el aire con los codos flexionados si tiene 18 y está en buena forma... y saltar más de dos metros con los pies juntos. ¿Posible? Lo es, a juzgar por los datos.

Salto de longitud con pies juntos

Salto de longitud con pies juntos / FDV

Los propios estudiantes, profesores y pediatras gallegos ya no tienen por qué recurrir a percentiles de alumnos estadounidenses o australianos para saber en qué parte de la tabla se sitúan. Galicia cuenta con las suyas propias de referencia, tras más de diez años recogiendo datos de condición física relacionada con la salud de los escolares gallegos y también medidas antropométricas.

Llegan después de procesar un volumen de datos que ya se acerca a las 53.000 valoraciones y a casi 29.000 alumnos de 215 centros educativos: la herramienta se llama DAFIS –son las siglas de “Datos de Actividade Física Saudable”– y ya engloban valores de referencia de la condición física relacionada con la salud para la población infantil y juvenil de Galicia.

“Así, el profesorado y profesionales sanitarios tienen acceso a una información muy valiosa para conocer el estado de su salud”, expresa el coordinador del informe Dafis 2023 y director gerente de la Fundación Deporte Galego de la Xunta, Iván Clavel. “Gracias a todos los datos recogidos, hoy ya disponemos de valores normativos de referencia, de condición física relacionada con la salud para la población infanto-juvenil. Por lo tanto, gracias a Dafis, podrá comparar sus resultados de las pruebas físicas de cada niño o niña con una muestra de referencia para la misma edad y género”, abunda el experto.

La muestra obtenida permite, además, a los pediatras identificar y corregir un factor de riesgo emergente, como representa la “baja condición física” así como diagnosticar de forma precoz y tratar el síndrome por inactividad física pediátrica –en el que se engloba el trastorno por déficit actividad física, la dinapenia pediátrica y analfabetismo físico–.

Prueba de flexibilidad

Prueba de flexibilidad / FDV

Aquel proyecto piloto surgido en el curso 2013-14 en el CEIP de Friol cumple una década durante la que los docentes de educación física han evaluado a sus pupilos en diferentes pruebas: prensión manual (en cada una de las manos y con un aparato medidor); salto de longitud con los pies juntos; una prueba de flexibilidad (Back-saver sit and reach), una carrera de ida y vuelta consistente en 4 desplazamientos de 10 metros, la suspensión del cuerpo con los codos flexionados y una prueba de carrera de 20 metros en ida e vuelta (Course navette).

¿Cómo se pueden interpretar los valores normativos? Permiten encuadrar al alumno evaluado, cuya muestra va de los 6 a los 18 años, en un percentil teniendo en cuenta la edad y el sexo. Pero también permite establecer una valoración cualitativa de los resultados, que en las tablas se muestra mediante un código de colores: va de rojo oscuro en los peores resultados, pasando por amarillo, hasta verde claro y oscuro, con los que se asocia una mejor condición física relacionada con la salud.

Con todo y considerando que la condición física de los escolares es un indicador directo de la cantidad y la calidad de la actividad física diaria que realizan, y de su estrecha relación con su salud y capacidad funcional, esta herramienta “constituye un recurso pedagógico y epidemiológico de primera orden y con un potencial de crecimiento muy prometedor”, expresan desde la administración autonómica.

Toda vez que la inactividad física, el sedentarismo y, a consecuencia de ambos, una baja condición física, suponen factores de riesgo independientes para la salud de los niños y niñas, la información sobre su estado es un elemento fundamental para el cuidado de su salud y la prevención de la enfermedad.

La media tiene un peso normal

Estos últimos datos Dafis actualizados en 2023 constituyen además una iniciativa pionera en el Estado y galardonada: recibió dos premios de la estrategia Nutrición, Actividad Física y Prevención de la Obesidad en 2013 y 2019 –depende del Ministerio de Consumo– y responde a las políticas marcadas por los organismos sanitarios internacionales (Organización Mundial de la Salud, Unión Europea.) También, la Oficina Europea de la OMS la seleccionó como buena práctica europea para el fomento de la actividad física en el ámbito escolar. El análisis de los datos también se tradujo en publicaciones en la British Journal of Sport Science, la de mayor impacto científico en el ámbito de las ciencias del deporte.

A través de los datos Dafis también analizaron cómo las restricciones de la pandemia afectaron al perfil de condición física de niños y adolescentes. Se contrastaron los datos de composición corporal y aptitud física registrados en la plataforma antes (15.287 casos) y durante el primer año académico de la pandemia COVID (2.101 casos). Los resultados constataron que, “tras el primer curso escolar tras la pandemia, se registró una composición corporal menos saludable en los escolares gallegos evaluados”. La prevalencia del sobrepeso y obesidad era superior respecto a cursos precedentes particularmente en niños y en menor medida en las niñas. Así, varios indicadores de composición corporal fueron superiores.

El referido a la aptitud física, el componente muscular –evaluado mediante la prensión manual, el salto a pies juntos y la agilidad– resultó inferior en las jóvenes evaluadas durante ese curso pandémico. Por contra, la aptitud cardiorrespiratoria fue similar antes y durante el período pandémico. Ese estudio realizado en 2022, que se hizo de la mano de la Cátedra SXD-Galicia Activa fue publicado en la revista International Journal of Environmental Research and Public Health.

[object Object]

A la hora de usar los datos de los valores antropométricos –normopeso, obesidad, obesidad mórbida...– los expertos de Dafis muestran sus recelos. La razón no es otra que “los valores que están incluidos en estas tablas no son representativos del total de los niños y niñas gallegos, porque existe disparidad entre el número de los colegios de cada territorio”. Es decir, podrían no ser representativos de toda la población. Aún así, hay una referencia que sí dan por válida en los alumnos evaluados en esta muestra: la media (percentil 50) de todos los niños y niñas evaluados en este estudio gallego están comprendidos en en un peso “normal” que marcan los valores normativos.

Suscríbete para seguir leyendo