Docentes y expertos, proclives a limitar más el móvil como baraja el Sergas

Hay colegios e institutos que ya vetan su utilización en recreos al ver en ellos más problemas que ventajas

Psicólogos como Rial Boubeta abogan por eliminarlos de centros educativos

Jóvenes con móviles.

Jóvenes con móviles. / EP

Carmen Villar

Carmen Villar

El 90% de los adolescentes gallegos se conecta a internet a diario, un 27% hace un uso problemático de esta tecnología, dos de cada tres se llevan el móvil al instituto y muchos lo utilizan cuando el profesor explica, según estudios promovidos por Unicef y la Fundación Barrié. Datos como esos preocupan a la Consellería de Sanidade, embarcada en una reforma legal que busca prevenir adicciones en los más jóvenes y que incluye los videojuegos y los teléfonos. Esta semana su titular, Julio García Comesaña, indicó que no se descarta avanzar en la prohibición en centros educativos que ya afecta ahora a los móviles en el aula, un paso que ven con buenos ojos docentes y expertos como Antonio Rial Boubeta.

Por ahora, Galicia es una de las dos comunidades que ha regulado la utilización de los móviles en colegios e institutos. El decreto que desarrolla la Lei de convivencia e participación da comunidade educativa en materia de convivencia escolar prohíbe su uso en horario lectivo “como mecanismo de comunicación”, pero de forma “excepcional” habilita a los centros para regular su “correcto” empleo como herramienta pedagógica. Qué sucede fuera de las clases queda a decisión de cada centro y ya los hay que los vetan en los recreos, en la línea en la que apunta Sanidade.

"Mejor limitar"

Así se decidió en el IES de San Tomé de Freixeiro cuando María Sío era directora: el uso del móvil se prohibía desde el portal hasta la hora de salida en el mismo lugar, explica. “Porque es útil para muchas cosas, pero para muchas más es contraproducente”, aduce, como el sacar fotografías en lugares o de forma “indebida” o “sin permiso” y después subirlas a las redes, lo que puede crear problemas de convivencia. Por eso, opina, “todo lo que se pueda limitar mejor que mejor”. “Creo que es importante eliminar el móvil del centro y el IES de Beade, donde estoy ahora, sigue en la misma línea”, añade. El móvil es “requisado” si se usa en un espacio público sin la autorización de un profesor. No obstante, advierte que ese punto puede resultar “conflictivo” con algunas familias “no muy colaboradoras”. Al respecto, cree que hay una “laguna legal” sobre qué hacer al retirarle un móvil a un niño y vería “interesante” que la Xunta dejase esos cabos “bien atados” si lo regula.

El móvil, requisado si es mal utilizado

Rosa Fernández, directora del IES Pino Manso, de O Porriño, sostiene que en su centro, donde ya no se permiten salvo indicación expresa docente, verían bien una norma más restrictiva. También allí, de saltarse la norma, el móvil se requisa y se envía a las familias aviso para pasar a recogerlo. Si el alumno lo emplea fuera del aula, también se le retiene, pero se le devuelve al estudiante al final de la jornada. “Registramos la incidencia y su acumulación”, avisa, “puede tener consecuencias”. “Suelen tener cuidado, pero para ellos el móvil, reconoce, es como “una prolongación y muchas veces lo usan de forma inconsciente”. En cambio, a los docentes, señala, les preocupa que accedan a contenidos “inapropiados” y que el dispositivo se vuelva en su “contra”, pero también precisan la connivencia de los progenitores, que, a veces por falta de pericia técnica, “no siempre poseen control del móvil”.

Necesidad de un respaldo a los centros

Para Jaime Vázquez, jefe de estudios del IES de Teis, la intención de la Xunta de acotar más el uso del móvil sería “adecuada” si facilitase “apoyo” a los centros, un “respaldo” para llevarla a cabo, y pone el foco en la necesidad de facilitar un “mayor nivel de educación en el alumnado y sobre todo a sus familias”. En su centro se endureció la prohibición de su uso y se restringió al recreo y zonas habilitadas para que fuese más eficaz. Comparten que el móvil es un “problema” por su uso “excesivo” y la “dependencia” que produce. Además, añade, como Sío, es un dispositivo que puede dificultar cumplir la ley de protección de datos, aparte de ser utilizado para copiar, apunta. Fuera del aula, admite, la situación no mejora ya que detectan “problemas” en grupos de WhatsApp y, en casos de acoso, prolonga la exposición. En el IES de Teis trabaja también Luis Vilán, exdirector del centro, quien no ve con “malos ojos” la prohibición. Es partidario” de “limitarlo” en caso de un uso “no responsable”, pero concede que en los más jóvenes falta “madurez” para eso.

Un foco de problemas de convivencia y emocionales

El profesor de la USC Antonio Rial Boubeta, responsable de estudios como los de Unicef o la Fundación Barrié que reflejan la relación de jóvenes y tecnología, prefiere “pecar de ser celoso en exceso y limitar en demasía que abrir demasiado” y de ahí que sea tajante al señalar que los móviles “en Primaria, ni de broma, y en ESO, de momento, tampoco”. Y no se refiere al aula, sino a todo el centro educativo, recreo y actividades no curriculares o extraescolares incluidas. “Vemos que hay problemas de convivencia y emocionales en la población infanto-juvenil que son brutales”, sostiene, y los expertos coinciden en señalar el uso de pantallas como uno de los causantes, por lo que insta a restarles “peso”. No obstante, la ley no basta, opina, y prohibir tampoco, aunque ayuda, sino que esas medidas “deben completarse con una inversión decidida y sostenida a a nivel de prevención escolar y familiar”, sostiene.

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Al experto en menores y tecnología Antonio Rial Boubeta, que ve “positiva” la nueva ley que prepara Sanidade por su carácter “integral”, al abordar en conjunto las adicciones para tener un “mínimo de expectativas de éxito”, las medidas vinculadas a videojuegos y nuevas adicciones sin sustancia le parecen “necesarias y oportunas”. La cuestión, inquiere, es si serán suficientes y si el móvil debería prohibirse.

“Cada vez son más las voces autorizadas desde el punto de vista de la evidencia científica, clínica y educativa que recalcan que las consecuencias del uso de pantallas en el ámbito educativo pueden ser más negativas que positivas”, advierte. Así, señala, el uso temprano y excesivo de las pantallas “puede ir en detrimento de la calidad del aprendizaje”, en lo relacionado con la atención o en el desarrollo del lenguaje, pero también desde el punto de vista psicomotor, dada la importancia a edades tempranas de socializar e interactuar y adquirir valores. “Hay voces críticas sobre si estamos siendo capaces de alcanzar un equilibrio y a mi modo de ver no lo somos”, alega, por lo que “habida cuenta de los problemas que puede suponer, la solución menos mala es limitar o, si se quiere, prohibir”. En el caso de niños de Primaria, como experto defiende eliminar el móvil de los colegios, también en los recreos, pensados para que los niños socialicen y jueguen. “Prohibido. Punto”, afirma, y además conmina a “revisar muy seriamente la presencia de pantallas”, a “racionalizarlas”, “en la propia docencia, en el propio proyecto educativo”, al entender que se le está dando “un peso excesivo a la tecnología en el aprendizaje en Infantil y Primaria”. En el caso de la ESO, tampoco le “desagrada” la prohibición, al menos de momento.

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