Medio centenar de asturianos con médico en Galicia pierden su cobertura sanitaria

Vecinos en la frontera con Navia de Suarna, que llevan años yendo al doctor en Lugo porque les queda más cerca, pendientes de un convenio entre comunidades

El Sergas les ofrece ser desplazados

Por la izquierda, Ovidio Rodríguez, Luis Álvarez, Berta Guerra y Carmen Lorido, ayer, en Valdeferreiros.

Por la izquierda, Ovidio Rodríguez, Luis Álvarez, Berta Guerra y Carmen Lorido, ayer, en Valdeferreiros. / Demelsa Álvarez / e. ocampo

Demelsa Álvarez / E. Ocampo

El vecino del pueblo asturiano de Valdeferreiros, Luis Álvarez, en la parroquia de Os Coutos en Ibias, llegó en mayo a las urgencias del Hospital Universitario Lucus Augusti (HULA), su hospital de referencia “de toda la vida”, y se encontró con que su historial había desaparecido y su tarjeta sanitaria estaba desactivada: estaba fuera del Sistema Nacional de Salud. “Cuarenta y tres años cotizando para encontrarte un día que no tienes derecho a ir al médico”, cuenta con indignación este asturiano que ahora está empadronado en la vecina provincia de Lugo para asegurarse –precisamente– la asistencia médica mientras que no se regularice la situación sanitaria de esta parroquia administrativamente asturiana, pero enclavada en medio de territorio gallego. Así estaría el medio centenar de habitantes de Os Coutos, parroquia compuesta por nueve poblaciones: Valdeferreiros, la más grande y habitada, Folgueiras, Lagúa, La Muria, Parada, Santa Comba, Vilarello, Villaselande y Viñal.

Forman una península asturiana que sale hacia la provincia de Lugo, separada del resto de su concejo por el río Navia. Esta situación geográfica hace que estos pueblos estén a más de 20 kilómetros de la capital del concejo San Antolín de Ibias, donde se encuentran los servicios administrativos y el centro de salud. Concretamente, Valdeferreiros está a 26 kilómetros. Pero la distancia en estas zonas no se puede medir en kilómetros, si no en el tiempo que se tarda en recorrerlos. En este caso, son 45 minutos de trayecto por una carretera estrecha, sinuosa y con tramos bastante pendientes. Esto contrasta con los 13 kilómetros que tienen estos vecinos para llegar a Navia de Suarna, municipio gallego, y el cuarto de hora aproximado –26 minutos en coche, según el Sergas–, que invierten en el trayecto.

Esta ubicación en el mapa es la que hace que la vida de estos ibienses se desarrolle en territorio gallego más que en el asturiano. Los lugareños recuerdan que hace unos 40 años que comenzaron a enviar a sus hijos a los centros educativos del municipio gallego y también empezaron a acudir allí al centro de salud, siendo el hospital de Lugo, a una hora de distancia, su centro hospitalario de referencia. Todo ello fue “un apaño” para facilitar la vida a los vecinos de esta parroquia y evitarles las largas distancias a los centros asturianos que les pertenecerían, pero nunca llegó a materializarse en un convenio entre las administraciones de ambas Comunidades Autónomas que regularizase esta situación.

De este modo, cuando a mediados de este año el sistema de salud gallego eliminó de su listado a las personas no empadronadas en su territorio ni con tarjetas de desplazados, los cuarenta vecinos de la parroquia de Os Coutos se quedaron fuera del sistema sanitario, puesto que no constaban ni en Galicia ni en Asturias.

Luis Álvarez fue el primero en descubrir lo que estaba pasando al llegar con una urgencia al hospital lucense, donde finalmente fue atendido. Pero el problema continuó cuando fue a buscar los medicamentos a la farmacia y le dijeron que ni pagando le podían dispensar lo que el médico le recetaba al no tener la tarjeta sanitaria activa. Finalmente, la farmacia de Navia de Suarna le vendió el medicamento “gracias a que me conocía de toda la vida”, recalca.

Esta anómala situación, que afecta a personas de avanzada edad, ha provocado una reunión la semana pasada entre el conselleiro de Sanidade gallego, Julio García Comesaña y la alcaldesa del municipio asturiano de Ibias, Gemma Álvarez (PP). Desde la administración gallega aseguran que han remitido un convenio de colaboración para prestarles asistencia a estos vecinos y que están esperando por la conformidad del municipio asturiano para tramitarlo y, posteriormente, trasladarlo al Senado y ser autorizado. Hasta ese momento, las personas susceptibles podrán obtener la tarjeta de asistencia a desplazados, “con las prórrogas que precisen sine die”, por lo que mantendrán –también– la tarjeta sanitaria de su comunidad de origen, indica la Consellería de Sanidade.

La alcaldesa de Ibias confirmó que enviaron al Principado el convenio de colaboración para la asistencia sanitaria de las zonas limítrofes. “Es el Fondo de Compensación del Ministerio el que se hará cargo del gasto sanitario de los vecinos de Ibias y el convenio servirá para sufragar el gasto de transporte sanitario y del desplazamiento de los médicos que asumirá el sistema sanitario gallego”, apunta. Según lo que le han trasladado, podría entrar en vigor en el primer trimestre de 2024. La previsión es que, en unas semanas, el Ejecutivo asturiano lo lleve al Consejo de Gobierno.

“Llevamos toda la vida pidiendo que se regularice esta situación con el médico, es lo único que pedimos en esta parroquia a los políticos elecciones tras elecciones, cuando vienen a pedir el voto aquí y todavía no se ha dado solución”, recuerda Berta Guerra, vecina de Valdeferreiros. Lo que pasó este año fue la gota que colmó el vaso. Los vecinos ven “una vergüenza” que después de tantos años se encuentren “sin derechos”. “Somos españoles y pagamos todo lo que nos piden deberían atendernos donde tenemos el acceso más fácil”, reclaman.

Aún así, el problema que venían arrastrando desde hace años con esta situación sin regularizar es que, a pesar de contar con asistencia en atención primaria y en el hospital en Galicia, nunca tuvieron derecho a la asistencia domiciliaría ni al transporte sanitario en ambulancia. Recuerdan que esto les ha llevado a vivir situaciones muy dramáticas en las que tuvieron que trasladar en coches particulares a personas mayores muy enfermas o con rotura de cadera a pueblos gallegos cercanos para poder contar con la asistencia médica de primer momento de una ambulancia y el posterior traslado al hospital.

De hecho, Luis Álvarez se empadronó ahora en Galicia en la casa de unos familiares para asegurarse no tener problemas con la asistencia médica dado su estado de salud. Sin embargo, si se pone enfermo en su pueblo de residencia no tendrá asistencia médica ni traslado en ambulancia y en un lugar con la población envejecida, como es la parroquia de Os Coutos, durante las mañanas de lunes a viernes, él es el único con carné de conducir. Berta Guerra, que es trabajadora de este servicio en la parroquia, señala que son ocho casas las que tienen personas que necesitan ayuda a domicilio.

“Cosas como estas son las que hacen que los pueblos se queden cada día más vacíos, pagamos impuestos como el resto de ciudadanos, pero no tenemos los mismos servicios”, lamenta Ovidio Rodríguez.

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