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El AVE Vigo-Oporto sigue sin detalles: Sánchez y Costa eluden concretar calendario y fondos

El presidente español asegura que están pendientes de los estudios de demanda, rentabilidad y modelo de explotación. Transportes anuncia la licitación en breve del estudio informativo de la salida sur de la ciudad

António Costa, Pedro Sánchez y el alcalde de Viana, Luís Nobre, en primer plano. | // ÁLVARO BALLESTEROS

Hace poco más de un mes, el Gobierno de Portugal presentaba por todo lo alto su planificación ferroviaria de alta velocidad, señalando el año 2030 como la fecha para que se pudiera circular por el eje Lisboa-Oporto-Vigo en AVE en poco más de dos horas, pero dependiendo este calendario, como advirtió en ese momento el Ejecutivo luso, de la intervención del Gobierno español en territorio gallego. La XXXIII Cumbre Hispano-Portuguesa, celebrada ayer en Viana do Castelo, se presentaba como la oportunidad para refrendar este compromiso y despejar las incertidumbres por parte de España. Sin embargo, las dudas persisten, porque tanto el presidente español, Pedro Sánchez, como el primer ministro de Portugal, António Costa, evitaron concretar los plazos y hasta los fondos para la conexión ferroviaria entre Vigo y Oporto a pesar de que se les preguntó expresamente por este proyecto y su fecha de finalización.

Tales como fueron sus declaraciones en público, ambiguas e indeterminadas, la cumbre fue un jarro de agua fría a las aspiraciones de Galicia –tal como había reclamado la Xunta, por ejemplo– de conocer con más detalle el nivel de compromiso con la ejecución de esta línea ferroviaria. Ni siquiera Costa fue más allá de asegurar que están trabajando “para unir por AVE Lisboa y Oporto y luego pasar a Vigo”, cuando hasta ahora su Gobierno siempre se había mostrado rotundo en fijar la fecha de 2030 a expensas de lo que pudiera hacer España.

En pedir concreción también se afanó la Xunta en los últimos días, que si bien no acudió ningún miembro por no estar invitada a la cumbre, sí envió un escrito a Moncloa con sus reivindicaciones, explícita en el caso del AVE Vigo-Oporto.

A Costa y Sánchez se le preguntó expresamente –en su comparecencia conjunta al concluir la cumbre– por el compromiso para poner en servicio esa línea en 2030. El primer ministro luso solo indicó que la idea es llevar el AVE a Vigo, además de completar la línea de mercancías entre Lisboa y Badajoz, avanzar en los informes de conexión Aveiro-Salamanca e iniciar los estudios para enlazar Faro y Huelva y luego extenderla hasta Sevilla.

Pedro Sánchez, por su parte, no ha querido especificar fechas, aunque insistió en el “compromiso rotundo” de ambos países con mejorar las comunicaciones ferroviarias. “En cuando a la conexión Vigo-Oporto, ambos países hemos encargado a la Agrupación Europea de Interés Económico de alta velocidad de España y Portugal que se realicen los estudios conjuntos de demanda, de análisis de rentabilidad, de modelo de explotación y estudios para la planificación del tramo común transfronterizo de esta conexión”, aseguró el presidente español, sin ir más allá ni ser más preciso.

La secretaria de Estado de Transportes, Isabel Pardo de Vera, había anunciado en una entrevista a este periódico que iba a haber anuncios en la cumbre.

El principal desafío para esta conexión ferroviaria es la salida sur de Vigo. El Eje Atlántico llega a la estación terminal de Urzáiz y, con el trazado actual, los trenes que siguen camino hacia Portugal deben retroceder hasta Redondela. La alternativa es construir un túnel para que el Eje Atlántico tenga continuidad hacia la frontera, si bien se trata de un proyecto con un coste que podría rondar los 600 millones euros y que todavía no está decidido su trazado.

En una nota de prensa, el Ministerio de Transportes anunció su intención de licitar en breve el estudio informativo de la salida sur, proyecto al que se refiere como “de gran complejidad técnica y territorial”. En ese comunicado se dice también que España “se ha mostrado dispuesta a volver a impulsar, de forma coordinada con Portugal, la conexión de alta velocidad por Galicia”, si bien también se declara que el Gobierno “priorizará” la línea Madrid-Lisboa, algo que no entra los planes inmediatos de Portugal.

En la cumbre hispano-lusa se firmaron hasta once memorandos de colaboración, pero ninguno de ellos relativo a las comunicaciones ferroviarias, si bien figuran en una declaración conjunta con más de sesenta puntos, en la que se apuesta de forma genérica por la conexión con Galicia. Y solo en otro punto se hace referencia concreta a Galicia, en el que se habla del objetivo de reforzar las interconexiones eléctricas entre España y Portugal, para así incrementar la eficiencia del sistema, la seguridad del suministro y la producción renovable.

Constelación de satélites

Entre los acuerdos firmados figura uno para el desarrollo de la Constelación Atlántica, una formación conjunta de 16 satélites para la observación de la Tierra que servirá para observar y predecir mejor los fenómenos adversos meteorológicos o combatir los incendios, dado que en ambas circunstancias se requiere un uso “muy frecuente” de imágenes. Está previsto que cada uno de los dos países construya y opere de manera independiente la mitad de los satélites.

Otro memorando de intenciones prevé la puesta en marcha de un proyecto piloto en caso de catástrofe o accidente en áreas transfronterizas, de forma que acudirán los servicios de emergencia más próximos, como ambulancias, para prestar la primera ayuda.

Además, España y Portugal trabajarán conjuntamente para armonizar los indicadores de sequía y escasez de agua; crearán el Laboratorio Ibérico de Alimentación; en Cáceres se pondrá en marcha el centro de investigación en almacenamiento energético; y cooperarán en acelerar” el potencial de ambos países en la costa atlántica para la producción con fuentes de energía renovables en alta mar de origen o localización oceánica de cara a 2030.

Abel Caballero con Pedro Sánchez y António Costa. | // FDV X. A. Taboada

Caballero transmite a los Gobiernos español y luso la “importancia” de ese eje ferroviario

Si bien la Xunta no estaba invitada a la cumbre hispano-portuguesa celebrada ayer en Viana do Castelo, sí hubo representación gallega pues el alcalde de Vigo, Abel Caballero, pudo asistir en calidad de presidente de la Federación Española de Municipios y Provincias (FEMP). Caballero transmitó a los presidentes de España, Pedro Sánchez, y al primer ministro de Portugal, António Costa, la “importancia” del tren de alta velocidad para vertebrar el país luso hasta Vigo y luego con el resto de la red española y europea de alta velocidad. En la cumbre el alcalde mantuvo conversaciones con las responsables del Ministerio de Transportes, que, según Caballero, plantearon en la reunión bilateral “la voluntad absoluta” de ejecutar este enlace. Es, por esta razón, que el presidente de la FEMP se mostró satisfecho con el resultado del cónclave.

Inversión en microchips para frenar la dependencia de Asia

La pandemia, entre otros muchos efectos, puso de manifiesto la dependencia de Europa de los microchips que se fabrican en Asia, que en más de una ocasión afectó a la fábrica de Stellantis en Vigo. Así, con la idea de limitar esta subordinación y desarrollar y ampliar las competencias en este campo y hacer frente a una emergencia europea, unos de los memorandos firmados ayer en la cumbre hispano-lusa aboga por desplegar una estrategia conjunta de microelectrónica y semiconductores, la cual consideran estratégica. Pedro Sánchez destacó que España y Portugal “no quieren quedarse fuera” de la deslocalización que se está produciendo en este sector y que por eso quieren situar a la península en posición de poder contar con esta industria. Idea en la que insistió António Costa, para que Europa “pueda recuperar autonomía estratégica y no depender de terceros países” en la provisión de componentes electrónicos que cada vez se usan más en todos los órdenes de la vida.

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