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Educación de adultos: no solo un plan B

Ciclos formativos y oferta modular tiran de la matrícula de la enseñanza entre mayores de 18 años

Imagen de una feria de FP. XOAN ALVAREZ

La formación es un plus en inserción e incluso salarios, defienden desde la Xunta. Por ejemplo, la diferencia entre tener un máster y no tenerlo es de 226 euros por término medio, según el último estudio difundido por la Axencia para a Calidade do Sistema Universitario de Galicia y realizado entre la promoción de titulados de posgrado de 2013/2014 dos años y medio después. Aunque en Galicia, según la Encuesta de Población Activa, todavía existen 19.000 personas de 16 o más años que aparecen como analfabetas, la tendencia es la contraria: la población va ganando en nivel de formación. De hecho, por primera vez en la historia el año pasado la comunidad tenía un mayor porcentaje de población de entre 25 y 64 años con estudios superiores (universitarios o FP superior) que básicos.

Quien no estudia cuando en teoría le toca, por ejemplo, a la hora de sacarse la ESO o animarse a superar el Bachillerato, todavía tiene una segunda oportunidad para hacerlo a través de la enseñanza de adultos. No obstante, cada vez son menos personas las que recurren a la oferta reglada de la Consellería de Educación para subsanar las lagunas o carencias que, por circunstancias personales o laborales, dejaron sus currículos incompletos en el pasado, también porque la tasa de abandono educativo temprano ha caído en picado. Ahora muchos buscan mejorar sus oportunidades laborales o reciclarse, de modo que la cifra de matriculados en enseñanzas de adultos ha ido, a pesar de ligeros descensos en algún ejercicio, en aumento: en 15 años han crecido un 49%, impulsados por el auge de los ciclos formativos y la oferta modular, pensada para facilitar la conciliación con trabajo o cargas familiares.

Las cifras

Las todavía estimaciones de la Consellería de Educación para el curso actual elevan los inscritos en enseñanzas de adultos en Galicia a 26.448 personas, casi mil más que el curso previo. El 63% estaría cursando formación vinculada a FP y el resto se reparten, sobre todo, entre quienes empiezan a aprender, los que quieren sacarse el título de Secundaria y los que van a por el Bachillerato.

En concreto, según las estimaciones para este curso, poco más de mil personas están, o bien intentando adquirir técnicas básicas de lectura, escritura y cálculo, o bien tienen ya esas bases y pretenden acceder a educación secundaria. En el siguiente nivel, 4.100 adultos buscarían una oportunidad para sacar Secundaria y para otros 3.100 la meta es Bachillerato.

Pero la mayoría optan por la oferta modular o ciclos formativos, junto a FP Dual (con 1.820 alumnos). La FP gana cada vez más peso en la educación de adultos. Con la oferta modular, los interesados pueden matricularse por módulos (materias) lo que posibilita, destacan desde la Xunta, que se diseñen su “itinerario formativo en función de su actividad laboral, de las cargas familiares o de otras actividades” y según “las necesidades y a los intereses personales”. En ciclos formativos u oferta modular, sea presencial o a distancia, están inscritos 15.000 estudiantes, el 60% en ciclos superiores. Quince años atrás eran 3.350.

El éxito de FP –una cuarta parte de quienes hacen Bachillerato luego elige esta opción y un 15% de alumnos llega de la universidad– no solo vendría explicado, según docentes, por su inserción o su faceta eminentemente práctica, sino también por la necesidad de reciclaje profesional.

Hace unas semanas, la Xunta avanzaba que prepara una nueva Ley Galega de Educación para Persoas Adultas, una “prioridad”, para responder a los desafíos actuales y que, entre otras metas, busca apostar por las destrezas digitales o un acceso “más flexible”.

Pablo Kirsten Torrado. Foto cedida por P. C.

“Hice Historia por vocación e Informática era mi hobby”

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A veces, hay que llegar a la tercera para que vaya la vencida. Pablo Kirsten Torrado tenía desde siempre dos “pasiones”, la Historia y la Informática. Cuando le tocó elegir destino, decidió intentar llevar al mundo laboral su “vocación” por la Historia y se matriculó en Santiago. Sin embargo, no llegó a finalizarla –él quiere pensar que aún no– por poco: le quedaron optativas y el trabajo de fin de grado. No fue que no le gustase o no se le diese bien, sino una decisión tras valorar el futuro. “Me di cuenta de que la única salida era el posgrado para ejercer como profesor y en eso no me veía, porque creo que para ser profesor tienes que tener vocación de serlo”, alega. Después este vigués se planteó intentarlo con una oposición a policía, pero la salud se lo impidió. Ahora tiene 31 años y lleva dos invertidos en su segunda “pasión”, la Informática, que siempre le había interesado, pero que tenía por hobby. “Hacía mis trasteos en casa con mis equipos, los de amigos, y me decían todos ¿por qué no haces algo con la informática?”, comenta. Lo sopesó al darse cuenta de que, tras tiempo formándose, poco más tenía que al salir del instituto, así que decidió probar si lo que le gustaba se le daba bien en el IES de Teis, en la oferta modular del ciclo superior de Administración de Sistemas Informáticos en Red, y ha confirmado que sí. De hecho, aspira a acabar en junio y pasar a las prácticas y al proyecto. “Desde el primer momento noté que me gustaba y que había elegido lo que se adaptaba mejor a mis habilidades”, señala. Destaca la faceta práctica: “Lo que más me gustó es que tenías la sensación de que lo que ibas viendo día a día lo podías aplicar en casa, tú mismo”. No obstante, avisa: “Tienes que ponerte y es lo que más horas te va a llevar”. Aunque también hay “mucha teoría”, sobre todo en 1º. “Es para que tengas una base. Y, sinceramente, puede entrar cualquiera, aunque no sepa nada. Se empieza de cero”, anima, si bien conocer inglés “es un plus”. Pablo está convencido. FP “es una buena opción para que puedas tener un futuro laboral y además para gente que se quiere reciclar”.

Belén Cabaleiro Silva. Foto cedida por B. C.

“La FP es una oportunidad para crecer e incluso cambiar”

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No es la primera vez que Belén Cabaleiro Silva estudia FP, que reivindica: “Es una oportunidad para crecer e incluso cambiar. Sales con una profesión y una experiencia, pero es duro volver a estudiar con 40 años”. Tras dedicarse a la cosmética y al cuidado de la piel, lo que siempre le gustó, la mayor parte del tiempo como encargada en una perfumería que al final cerró, ha vuelto al instituto, al IES de Teis, a por el ciclo superior de Estética Integral e Benestar. “Porque tienes que hacer lo que te gusta”, proclama. “Como siempre estoy haciendo cosas y activa, me fui a la Estética, que llevo haciendo toda la vida. Porque desde hace 20 años avanzó tantísimo y hay tantas técnicas nuevas, que me dije: Tengo que volver a reciclarme”. Para hacerlo, Belén, que vive en Gondomar, tiene 44 años y es mamá de dos niñas, compatibiliza familia y estudios. Al respecto, apunta que la conciliación “no existe”, sino que es el apoyo familiar, que ve “fundamental” para ejecutar su proyecto. “Si no, es inviable”. Eso, y estar “muy atenta en clase” para que no se le escape nada. Porque tiempo no le sobra. No solo por la familia –aunque celebra coincidir con las niñas en vacaciones–, sino porque se acaba de apuntar a una formación para lograr un certificado de profesionalidad en maquillaje integral. “De 9 a 2, la formación, y por las tardes de 16 a 22, en Teis. Llego a casa cerca de las 11 de la noche. En momentitos es cuando estudio. Es complicado”, admite. Aun así, logró acabar el año pasado 1º –y trabajaba–. Hábito tiene: ya había hecho un ciclo de Comercio –le convalidaron materias– y antes FP1, pero empezó a trabajar. “Y cuando eres joven y tienes dinero, lo de estudiar se va dejando”. ¿Y después? Le gustaría volver a trabajar, quizás en un centro médico, y con un horario que le deje más tiempo para sus hijas.

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