A pesar de que marzo fue más húmedo de lo habitual, las precipitaciones no han sido suficientes para compensar la falta de lluvias que la comunidad arrastra desde hace meses. El caudal de los ríos está a la mitad de los niveles registrados en enero. Ante esta situación la Xunta ha decidido ampliar la prealerta por sequía a toda la cuenca Galicia-Costa como medida preventiva para realizar un seguimiento más exhaustivo. En todo caso, de momento el abastecimiento de agua está garantizado, según recalca la Consellería de Infraestruturas.

El pasado 7 de febrero se activó la prealerta por sequía en doce sistemas de abastecimiento situados en la ría de Pontevedra y la parte del litoral coruñés que abarca desde la ría de Muros hasta la ría de Betanzos.

En una reunión celebrada ayer de la Oficina da Seca de la Xunta se acordó ampliar esta prealerta a los siete sistemas de abastecimiento restantes. Así serán sometidos a una estricta vigilancia por riesgo de sequía las zonas que se abastecen del río Eume y la ría de Ares; la ría de Ferrol; el río Mera, la la ría de Santa Marta de Ortigueira y la ría de Cedeira; el río Sor; la ría de Viveiro, el río Landro y el río Ouro; el río Masma y la ría de Ribadeo.

La Xunta argumenta que se amplió a estas zonas la situación de prealerta porque los recursos hídricos existentes “son inferiores a los habituales en esta misma época del año”. “Aunque no se prevén situaciones de escasez de agua, se decidió intensificar el seguimiento de los indicadores”, apunta la Consellería de Infraestruturas.

Aunque el mes de marzo fue más lluvioso de lo habitual, gracias sobre todo a las precipitaciones de la primera quincena, la situación arrastrada en los últimos meses refleja niveles inferiores a los valores esperados. En marzo la media de precipitaciones fue de 125 litros por metro cuadrado.

En cuanto al caudal circulante de los ríos, subió hasta mediados del mes de marzo pero a partir de entonces está bajando. En marzo se situó en 85 metros cúbicos por segundo, frente a los 200 metros cúbicos de enero.

La declaración de prealerta implica un seguimiento intensivo de la situación meteorológica y los niveles de los ríos y los embalses y acuíferos. Además se refuerza el intercambio de información con los concellos y se incide en medidas de concienciación ciudadana ante la escasez de agua.