Más calor y más episodios extremos tanto de lluvias como de sequías, así como un incremento de la erosión que podría comerse hasta tres metros de litoral gallego en tres décadas. El cambio climático distorsionará la vida en la comunidad y en el resto del planeta hasta el punto de que el país de los mil ríos, asociado a la lluvia, se encuentra en estado de prealerta desde el 7 de febrero por sequía en la actualidad tras el invierno climatológico más seco de la última década. Por eso, la Xunta quiere mejorar sus barreras de protección contra los efectos del cambio climático, especialmente en el apartado de previsión de sequías. Aspira a que la inteligencia artificial le permita predecirlas con hasta tres meses de antelación.
Elevar la información recopilada sobre el terreno y aplicar algoritmos para anticipar la capacidad de respuesta y mejorar la eficiencia de las medidas constituyen la base del proyecto Innovaugas 4.0, un plan de compra pública innovadora aplicado por Augas de Galicia y financiado con 7 millones de euros en su fase inicial por la Unión Europea a través de los fondos Feder.
El sistema parte de que Augas consulte a empresas del mercado sobre soluciones innovadoras en el ámbito de la eficiencia energética y la adaptación al cambio climático. Esta semana se licitó por casi 3 millones un contrato precisamente para que empresas ofrezcan sistemas de gestión para “la adaptación al cambio climático” en aspectos vinculados a las sequías, inundaciones y gestión de recursos hídricos. “Necesitamos más información y mejores previsiones, sobre todo en cuanto a las sequías, para poder tomar las mejores decisiones”, resume Iván Cacheiro, ingeniero de Augas de Galicia y responsable del proyecto Innovaugas 4.0.
El pliego indica que se busca detallar una previsión con tres meses de antelación para poder “tratar alertas tempranas y recomendaciones en escenarios de riesgo cuantificado”, así como determinar el posible deterioro del estado de las masas de aguas, “monitorizando en tiempo real el recurso disponible y las demandas existentes, de forma que se puedan establecer previsiones a corto y medio plazo de la evolución”.
De esa forma, se podrán anticipar decisiones como anular el riego de parques para ahorrar agua con antelación.
En la actualidad, Augas carece de un sistema que encienda la señal de alerta con tanto tiempo de antelación. “Ahora mismo, los datos nos van llegando sobre la marcha”, resume Cacheiro, que destaca las diferencias entre el sistema de alarmas de inundaciones, “que funcionan bien”, y el de sequías, todavía con deficiencias.
Los planes de Augas pasan por ampliar los sensores que monitorizan los recursos hídricos en Galicia y usar las nuevas tecnologías también para determinar los puntos críticos, con “mayor vulnerabilidad” en cada escenario.
Además, también pretende obtener información sobre el impacto de los usos del suelo en el ciclo hidrológico, una cuestión clave, por ejemplo, en el efecto de los purines sobre las aguas subterráneas, y sobre el efecto de las sequías en el agua embalsada. El plan de Augas es adjudicar el contrato para lograr este sistema de información entre julio y agosto.
Una parte del plan Innovaugas ya fue adjudicado recientemente. Se trata de usar las depuradoras de Baiona, Nigrán y Gondomar como puntos para explorar sistemas que permitan ahorrar energía y que puedan ser exportados al resto de estaciones de saneamiento de tamaño medio de la comunidad.
