En dos semanas, vuelven al “cole” los escolares de Infantil, Primaria y Educación Especial y, unos días más tarde, los seguirán los más mayores, de ESO en adelante. Lo que se encontrarán es un escenario bastante similar al de hace un año: mascarilla a partir de 6 años –aunque desde el Gobierno apuntan que existe la “posibilidad de valorar su uso en ciertas actividades al aire libre”–, grupos burbuja en Primaria, ventilación frecuente y cruzada, lavado constante de manos... Eso sí, de entrada, estarán más cerca unos de otros si la evolución de la pandemia no se interpone.
La hoja de ruta que se aplicará, en principio, según trasladaron ayer autonomías y Ministerio de Educación tras la reunión de la Conferencia Sectorial, es la que acordaron comunidades y Gobierno central el pasado mayo y que Galicia traducía en julio en un protocolo que suscitó críticas de sindicatos y de anpas públicas al rebajar la distancia entre alumnos en el aula de 1,5 metros a 1,2. Según la Xunta, a no ser que la situación epidemiológica lo impida, las reglas ahí fijadas serán las vigentes en septiembre.
A esos 1,2 metros se remitía ayer el conselleiro de Educación, Román Rodríguez, para expresar su confianza en “recuperar la mayor normalidad posible de forma progresiva en la vida de los centros”. En concreto, trasladan desde la Xunta, “dado que la distancia en Secundaria se reduce a 1,2 metros según lo marcado por el Gobierno central”, espera que “se puedan recuperar muchos de los espacios –como bibliotecas o salas de usos múltiples– que fueron utilizados el año pasado para que todo el alumnado pudiese asistir a clase de forma presencial”. En Primaria, Rodríguez recuerda que se mantendrán grupos burbuja de “menos de 25 alumnos”.
Tanto el conselleiro como la ministra de Educación, Pilar Alegría, apelaron ayer a los mismos argumentos, experiencia y vacunación, para defender que el inicio de este curso será diferente al del pasado año y permitirá abrir la mano con la distancia, aunque Alegría recomienda mantener por los grupos de convivencia estable con “la mayor estanqueidad posible” y ambos insten a no bajar la guardia ni a ceder en prudencia.
La ministra destacó que una gran parte de adolescentes estarán vacunados –según Rodríguez, la semana en que arranca Secundaria la mayoría de alumnos de más de 12 años lo estarán– e indicó que eso va a permitir “garantizar” la presencialidad “con mayores cuotas de seguridad” y además “flexibilizar la distancia interpersonal dentro de las aulas en la mayor parte de las circunstancias de 1,5 a 1,2 metros”.
El Ministerio de Educación añadía ayer que “la distancia interpersonal de 1,5 metros seguirá siendo necesaria, pudiendo reducirse a 1,2 metros en algunos casos”. El documento “Medidas de prevención, higiene y promoción de la salud frente a COVID-19 para centros educativos en el curso 2021-2022”, aprobado a finales de junio, fija diferentes separaciones en función de la transmisión. El poder bajar a 1,2 metros la asocia a la nueva normalidad y a los niveles de “baja transmisión” en 3º y 4º de ESO, FP Básica o Bachillerato. No obstante, ese texto ya indica que “los escenarios se revisarán a lo largo del primer trimestre del curso y según avance la estrategia de vacunación”, decisiva según la ministra.
Además, esta también indicó que serán las comunidades y las autoridades sanitarias las que irán valorando la situación y Galicia se remite a su comité clínico. De hacer caso a Galicia, por ejemplo, el “ritmo de vacunación”, como defendió Rodríguez, tendrá más relevancia. “No tendría mucho sentido que en un contexto sanitario diferente al de hace un año se mantengan las mismas condiciones sin tener en cuenta” la vacunación, alega.
Por otro lado, el conselleiro lamentó ayer que el Gobierno” no comprometa fondos para afrontar los sobrecostes que la pandemia supone en lo referente a material sanitario, limpieza y profesorado”. La Xunta alega que los fondos europeos no permiten contratar docentes para ese fin. No obstante, la ministra invitó ayer a las comunidades a hacer de la educación una “política prioritaria” e indicó que el Gobierno es consciente de que “para seguir manteniendo el apoyo adicional de profesorado” hay que “colaborar” con recursos. En esa línea, las animó a aprovechar los 13.500 millones que el Gobierno reparte a las comunidades para hacer frente a la crisis del COVID para “garantizar las necesidades del sistema educativo”.
No solo el Gobierno. Sindicatos pidieron a la Xunta mantener el refuerzo de profesorado contratado para la pandemia, pero Educación sigue sin dar números. CC OO rechazaba ayer rebajar la distancia y Anpe apela a mantener los efectivos para “asegurar” la calidad del proceso educativo.